ALICANTE. Una financiación sencilla, sin apenas requisitos ni papeleos y, sobre todo, rápida. Las tarjetas revolving resultan de lo más atractivas para el ciudadano que ve en ellas una forma fácil de hacer frente a sus pagos.
Una “solución” de liquidez inmediata que, sin embargo, puede convertirse en una espiral de la que es muy difícil salir. Eso es lo que le ocurrió a F.S.D., un vecino de Alicante que ha tardado más de 20 años en acabar con la pesadilla en la que se convirtió la tarjeta revolving que contrató. Ahora, el Juzgado de 1º Instancia Número 4 de Alicante le ha dado la razón. “Me la ofreció un comercial que vino a mi lugar de trabajo. Lo único que me explicó es que podría aplazar cada mes el pago, abonando cada mes lo que quisiese… Evidentemente, lo que no me explicó es la bola que se iba haciendo con los intereses que aplicaban ni tan siquiera el % de dichos intereses”, explica.
Tras más de 20 pagando a la entidad y viendo cómo la deuda no descendía, decidió tomar cartas en el asunto y reclamar a Wizink, anteriormente conocida como Citibank. “Tuve que incluso llegar a pedir una ampliación de mi hipoteca para poder pagar los intereses que me aplicaban”, añade F.S.D.
Por ello, el afectado decidió finalmente ponerse en manos de Reclama Por Mí, despacho de abogados especializado en reclamaciones por tarjetas revolving, quien presentó una demanda por usura contra Wizink. Ahora, la pesadilla de F.S.D. ha acabado ya que, en sentencia firme de septiembre de 2020, el Juzgado de 1º Instancia Número 4 de Alicante ha declarado la nulidad radical, absoluta y originaria del contrato firmado en el año 1998 donde el interés se situaba 26,82 % TAE y condena a la entidad Wizink a pagar todas las cantidades abonadas de más que excedan el principal prestado.
Concretamente, Wizink deberá devolver al afectado la cantidad de 18.670 euros. Es importante destacar que el afectado, después de 22 años pagando las cuotas, ha terminado pagando casi el doble del crédito dispuesto.