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‘VEREDAS DE DOMINGO’ DE WENCESLAO PÉREZ EN LA SALA LANART DE L’ESCORXADOR

Wences Pérez: “Los cuadros que cuentan cosas son los que le llegan a la gente”

20/05/2019 - 

ELCHE. Desde el 10 al 26 de mayo se podrá visitar en la sala LANART de l’Escorxador CCC de Elche la exposición Veredas de domingo del pintor, muralista y escenógrafo Wenceslao Pérez (Carrus Este, Elche, 1970), 12 ilustraciones que retratan la luz en una mañana de domingo. Una mañana que se repite a lo largo de toda una vida. Desde que naces hasta que te vas. Un bonito paseo de domingo. Inauguración amenizada al piano "verbenero" impresionista por el maestro Javier Díez.

Impregnados del espíritu naïf de su autor, realizados en dos semanas y dos días, pero latentes en la recámara creativa de Wences desde hace más de un año, los retratos a veces oníricos, a veces festivos, siempre luminosos y enamoradizos de Valentina, Clara, Alejandra, Ángela, Adela, Julia, Sara, Lucía, Laura, Mercedes, Trinidad, Claudia y Asunción “saldan algunas cuentas pendientes con la familia, mi madre me decía que no la pintaba nunca”, y ella es la modelo del cuadro titulado Asunción, así como de la fascinación del pintor por las mujeres: “los chicos molamos, pero no le llegamos ni a la altura del tobillo a ellas, y además, es mucho más divertido pintar chicas”. Cuando acabe la muestra, cada una de las modelos va a recibir su cuadro en depósito, formando un nuevo modelo de disposición expositiva dispersa, como una ruta de afinidades electivas, a la espera de ser llamados de nuevo para mostrarse como viñetas de una exposición.

Wences Pérez nos acompaña en una visita guiada, justo después de explicársela a niños de 8 años...

-¿Qué estamos viendo?

Estamos viendo Veredas de domingo, 12 ilustraciones sobre tabla en acrílico que cuentan toda la vida de una mujer, representada por distintas personas que van cambiando con la edad. Todo empieza una mañana de domingo, en verano, al descorrerse una cortina y lo que sería una ducha llena de cubitos de playa, chancletas y sonidos de gente que se mueve por la playa, escuchados desde la ventana del aseo, la niña que descorre esa cortina se encuentra con la sorpresa de tener la playa delante de sus ojos, tras esa cortina que es como una puerta abierta a la imaginación. A partir de ahí jugamos con nuestra propia imaginación, que nos permite ver cosas a través del sonido y la luz, lo que nos lleva, en nuestros paseos, a ir creciendo, a ir haciéndonos mayores.

-La luz tiene una importancia vital en esta serie.

A veces nos olvidamos de la luz que tenemos, de la belleza que nos rodea, ensimismados en nuestros problemas, en nuestras historias particulares, y esto es lo que he intentado reflejar en estas 12 tablas, la luz de cómo veríamos todo eso, si todavía tuviéramos 7 años.

-12 tablas que forman un recorrido casi cronológico por las diferentes etapas vitales de esa mujer abstracta, concretada en 12 rostros diferentes.

Sí, tenemos aquí un primer cuadro, el de la niña en la playa, Sara, que es muy importante. De hecho, toda la exposición valdría la pena para mi solo por este cuadro. Un cuadro que tiene justo el doble de tamaño que los otros 11. Empecé pintando el fondo de este cuadro, con colores muy pastel, como suele ser habitual en mi, y lo dejé ahí parado, durante un año. Al poner en marcha esta exposición, fui pintando temas con colores más fuertes, más pop, en un estilo que estoy llamando pop impresionista, la luz mezclada con colores planos y muy vivos. Cuando terminé de pintar los once cuadros restantes, me puse sobre este que, al ser origen y llegada, ejemplifica exactamente lo que quería pintar en esta serie, siendo los demás como una especie de evolución, de ejercicios de estilo que surgen de él y en él acaban.

-¿Y esto cierra el círculo?

Pues la verdad es que al contrario, abre nuevas vías, porque mi idea es, a partir de este, hacer una nueva serie.

-El conjunto ofrece tiene mucho de cuento en doce estampas, o de doce pequeños cuentos que conforman una sola historia, con una estética muy Amélie Poulain, como la peli de Jeunet.

¡Sí!!! Es que yo soy muy Amélie, muy kitsch, la referencia es perfecta. En cuanto a la narración de la composición expositiva, está instalada como una escenografía, sabíamos el tamaño de la sala y se han repartido todos los cuadros, que son del mismo tamaño, menos el que comentábamos antes, de una manera geométricamente muy compensada, repartidos en el espacio como si fuera una obra de teatro, lo que ayuda a verlo en conjunto o alejarte y ver la historia que sucede en cada uno de ellos. Lo que no hay es una disposición cronológica de las etapas vitales.

-¿Y todos están basados en modelos reales?

Hay cosas muy íntimas en algunos de ellos, personas retratadas que quiero muchísimo, amigas de todas la vida, y también más recientes, mi sobrina y la persona que cierra el ciclo vital, mi madre. Uno de los cuadros es un retrato de una persona muy importante para mi, algo que me ha pasado relativamente hace poco, y la gente lo nota. Esas cosas llegan, la energía del autor se transmite a los cuadros, y de ellos al espectador.


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