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tribuna libre / OPINIÓN

Vuelva usted mañana

6/09/2020 - 

Hemos vuelto de vacaciones. Hasta ahora, este merecido periodo reparador nos permitía aparcar momentáneamente nuestros problemas, para volver a retomarlos con fuerzas renovadas a la vuelta del periodo veraniego. Antes de esta crisis, las cuestiones sin solucionar entraban en un proceso de stand by que a la vuelta nos hacía encontrarlas prácticamente igual que cuando nos marchamos. Sin embargo, en la actual situación que estamos viviendo, demorar su solución ha sido un craso error. Los problemas, lejos de permanecer aletargados, se han acrecentado. Y la inacción no ha hecho más que agravarlos, alcanzando dimensiones que ahora se escapan a nuestro control.

Los encargados de solucionarlos, lejos de hacerlo, los han dejado para última hora, siendo sus consecuencias más irreparables y gravosas. Se han enzarzado en disputas estériles sobre quién tiene la competencia para solucionarlo, quién es el responsable, quién es el culpable de su causa y de su solución. Posponer los problemas pendientes, ha supuesto un coste de oportunidad. El tiempo perdido en afrontar los problemas ha implicado un elevadísimo coste, pero en este caso no solo económico, sino, desgraciadamente, social, humano y personal.

Pero parece ser que esto no es algo nuevo. Ya en 1833 Mariano José de Larra plasmaba en Vuelva Usted mañana la parsimonia con que en nuestro país se resolvían los problemas, haciendo un retrato satírico de lo costoso que era conseguir resolver cualquier asunto, si es que se llegaba a solucionar. Sarcásticamente relató como Sans-Délai, un ciudadano francés, que pretendía solucionar en quince días unos asuntos en España, tras seis meses en el país y numerosos "vuelva usted mañana", tuvo que marcharse sin haber resuelto alguno. No hay prisa. Parece que hacer las cosas con antelación no es lo nuestro. Lo nuestro es resolverlo el último día y a última hora. Pero ahora sí que hay prisa.

A todos los niveles del Estado Social en el que convivimos, nos hemos encontrado con múltiples ejemplos de la incompetencia de nuestros dirigentes. Los diferentes estamentos de la Administración Pública han sido ineficientes ante la inoperancia política. No han estado a la altura de lo que se requería de ellos, incumpliendo el mandato de nuestra Constitución que les obliga a garantizar los derechos fundamentales de la ciudadanía. 

¿Cómo es posible que conociéndose los problemas con antelación no se haya actuado para anticiparse con diligencia y oportunidad? ¿Por qué se ha actuado tarde? El vuelva usted mañana ha estado presente en cómo se ha afrontado esta crisis. 

No han garantizado el derecho a la protección de la salud. La sanidad, sobre todo la atención primaria está saturada, los sanitarios están exhaustos, han arriesgado sus vidas y muchos de ellos la han dado en cumplimento de su vocación de servicio al prójimo. Aun habiendo advertido por activa y por pasiva de la carencia de recursos económicos, materiales y, sobre todo, de personal sanitario, la inacción ha sido la nota definitoria. Asociaciones médicas, profesionales, de enfermería, sindicatos…se han cansado de demandar soluciones. Advirtiendo que, en caso contrario las consecuencias, como se está poniendo de manifiesto, serían dramáticas. No actuar a tiempo supone el peor coste, la propia vida ¿Dónde están los rastreadores prometidos? ¿Dónde están los profesionales sanitarios que se iban a contratar para reforzar la sanidad? ¿Dónde están los recursos materiales necesarios para atender a los pacientes adecuadamente y salvaguardar su protección? Vuelva usted mañana.

No han garantizado el derecho a la educación. Nuestro sistema educativo de infantil, primaria y secundaria, se encuentra envuelto en una total desorientación ante la improvisación a que se ha visto abocada. Con el curso académico a punto de empezar, profesorado, equipos directivos, alumnado, asociaciones de madres y padres, colectivos educativos… se han quejado amargamente de la falta de medios tanto materiales como humanos. Carencias que han redundado en la imposibilidad de cumplir en muchos casos las directrices emanadas desde los diferentes ámbitos institucionales. Ahora nos damos cuenta de que no hay aulas suficientes, que el ratio de alumnado por aula es elevadísimo, que se tienen que construir barracones, que la contratación de profesorado no se hará a tiempo, que los medios de prevención están sin instalar, que no se podrá atender adecuadamente a los niños con atenciones especiales… Y como muestra un botón. Las vergonzosas colas de los centenares de profesores esperando a que se les hiciera la PCR. Qué planificación es ser convocados a través de un mensaje telefónico a la una de la madrugada para hacerse las pruebas PCR a las nueve de la mañana. Vuelva usted mañana.

No han garantizado el derecho de la tercera edad a disponer servicios sociales. Lo ocurrido en las residencias de ancianos ha sido vergonzoso. Y como sociedad, como se trata a nuestros mayores dice mucho de cómo somos. Han sido abandonados a su suerte y, en algunos casos, sacrificados por ser considerados prescindibles. Pues a pesar de lo ocurrido, volvemos a tropezar con la misma piedra. De nuevo vuelven a ser el colectivo más castigado. Vuelve a ser la población donde más contagios y muertes se están produciendo. No se ha hecho prácticamente nada y, como si de una pesadilla se tratara, vuelve de nuevo a atormentar nuestras conciencias. Vuelva Usted mañana.

No han garantizado el derecho a la protección de la familia. Nos dimos palmaditas en la espalda por la aprobación del Ingreso Mínimo Vital. Sin embargo, no se pusieron los medios suficientes para realizar su solicitud, tramitación y concesión. El número de peticiones resueltas y concedidas es mínimo ¿Por qué no se han puesto los medios necesarios? Han tenido que ser de nuevo las ONG's, asociaciones, familiares, amigos, vecinos… los que han tenido que salir en ayuda de estas familias. Siguen repitiéndose las colas de quienes tienen que recurrir a la caridad para poder subsistir, cuando debería ser un derecho. Y estas organizaciones advierten de que a este ritmo en un breve período de tiempo no podrán satisfacer estas necesidades. Vuelva usted mañana.

No han garantizado el derecho al trabajo que permita obtener una remuneración suficiente para satisfacer las necesidades básicas. Con el confinamiento descubrimos una cosa que se llamaba teletrabajo. Pero no nos equivoquemos, eso no es teletrabajo. Lo que hicimos es, como pudimos, seguir trabajando desde casa improvisando soluciones imaginativas para continuar. Para teletrabajar es necesario disponer de los recursos y formación adecuada y, lo que es más importante, una legislación que regule esta modalidad laboral. Pues ni una cosa ni la otra. Hemos vuelto de vacaciones y seguimos exactamente igual que antes. Vuelva usted mañana.

No se ha garantizado el derecho a obtener la tutela efectiva de los jueces y tribunales. Los juzgados, si ya antes de la pandemia se encontraban saturados, la situación no ha hecho más que agravarse con la crisis sanitaria.A sociaciones de jueces, Colegios de Abogados… demandaban un plan de choque que satisficiera la necesidad de más recursos. La paralización de la justicia es de tal envergadura que el retraso en los juicios puede ser infinito. Vuelva usted mañana.

Cuánta razón tenías Fígaro.

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