ELCHE. No es nada raro que esta temporada una victoria del Elche quede claramente empañada en la jornada siguiente. Sí que fastidia cuando el agónico triunfo ante el Sevilla Atlético sirvió para poner tierra de por medio respecto al descenso y siete días más tarde el equipo está otra vez en el mismo punto de partida. Vuelta a empezar. Otra vez.
El camino que se recorrió la semana pasada que sirvió para distanciarse a seis puntos del abismo se ha ido al traste. Ante el Numancia era la ocasión perfecta para acariciar la permanencia y conseguir al fin dos victorias consecutivas, algo que se ha convertido en pura utopía este año. Segundo partido en casa consecutivo y las buenas sensaciones tras la victoria ante el filial sevillista parece que quedaron años atrás.
Foto: Pepe Olivares
El equipo entró mal y salió peor. Sólo el buen hacer de los jugadores que tiraron de coraje y casta fueron la luz de un día para olvidar, pero eso duró 20 minutos. Más corazón que cabeza. Más jugadores que entrenador. El debut de Caballero era algo claro, todos lo veían excepto el que lo tenía que ver. Por mal que sepa este no es el año de José Ángel y el rival lo sabía. Después del partido, Pablo Valcarce y Nacho, del Numancia, reconocían que tenían estudiado al Elche y que el centro del campo era su talón de Aquiles. Acertaron de lleno.
La jugada era de valientes. De hacer debutar de inicio a Caballero y que éste hubiera cuajado un buen partido, Toril hubiera ganado un pivote para los restos en un final de temporada en la que los jugadores caen como fichas de dominó. Aun así, al chaval le tocó el marrón de salir con 0-2 y brilló con luz propia. Su entrada se pedía a gritos desde el minuto 10 de la primera mitad. El centro del campo era inexistente y el Numancia sacó petróleo ante un Martínez Valero que se desesperaba.
Se necesitó ir dos por detrás del marcador para que el técnico franjiverde reaccionara. Preocupante. Llama la atención que el propio Toril conteste a la posibilidad de dar continuidad a Caballero en la medular el próximo partido así: “¿Y qué hago quito a José Ángel?”. Creo que la respuesta se contesta sola. Sí, sí y mil veces sí. El técnico alega que a los “profesionales hay que respetarles”. De locos. Ah, y muy buen partido de Malonga, pese a todo.
Foto: Pepe Olivares
