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'FILANT IDEES. ALLIBERANT L'ART', IVAM CADA

Vincular Alcoy con su historia económica: textil como industria y arte en una exposición

26/06/2019 - 

ALCOY. "Hasta los años 60 del siglo XX, a través de los críticos de EEUU, se apoyaba la idea del purismo, de que el arte tenía que estar muy cuadriculado, que no debería haber mezcla de géneros, es decir, con la pintura y sus elementos por un lado, la escultura y sus elementos por otro… Pero es a partir de esa década cuando se produce una eclosión y los artistas empiezan a combinar diferentes técnicas y elementos dentro de la obra de arte". La explicación que ofrece María Jesús Folch pone en contexto la exposición de la que ella misma es comisaria, Filant idees. Alliberant l’art, que desde el miércoles, 26 de junio, hasta el domingo, 27 de octubre, habitará el espacio del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM CADA) de Alcoy. La muestra parte desde la década de los 60, "donde se originan dos movimientos fundamentales: la nueva tapicería francesa y el arte de fibra –el Fiber Art americano–, que provocan que el mundo del textil empiece a revolucionarse", centra la comisaria, porque es este sector el eje que hace girar la exposición: "Se ha tratado de vincular el pasado histórico y reciente de Alcoy con la forma de vida que ha adoptado la ciudad durante mucho tiempo, donde la base económica ha sido el textil", aclara.

Dentro de este momento inicial, la muestra presenta nombres de figuras femeninas, porque "los textiles están muy asociados a la mujer y sus labores", recuerda Folch, donde destacan los nombres de Pilar Sala, “una murciana que trabajaba en Alicante” y de Aurelia Masanet, “quien está relacionada con la historia de Alcoy e introduce en la ciudad y en Alicante la forma de hacer de los españoles Josep Grau Garriga y Aurelia Muñoz, con su manera de elaborar arte mirando hacia el pasado histórico y las tradiciones", expone. Treinta y cinco obras en total que componen este recorrido artístico en el que también se presenta la mirada más social, a través de la lucha feminista, el tratamiento del cuerpo o la definición de las identidades, y que se divide en tres partes esenciales: La conquista del espacio y la materia, Antiformalismo: juegos de identidad y denuncia y Prácticas textiles y protesta social.

En el primero de estos tres tercios expositivos "se muestra cómo el textil deja de estar vinculado a una pared y conquista el espacio", resume la comisaria, donde se encuentran piezas de artistas como Grau Garriga, Tàpies, Juan Hidalgo o Aurelia Muñoz. Esta última, a través de su obra, "juega con el aparato perceptivo del hombre, porque a medida que la persona va caminando, la pieza cambia de composición y entra, aquí, un punto esencial: el tiempo", comenta. En cuanto a Hidalgo, se expone una de sus creaciones performáticas, relacionada con su faceta como músico y con Zaj, la banda que creó junto con Walter Marchetti y Ramón Barce: "1.600 hilos de lana de 40 colores diferentes que se van combinando y arrancan desde unas placas de metacrilato a cuatro metros y medio de altura. De esta manera, la lana cae formando una especie de estructura cúbica que en su terminación tiene cascabeles", describe Folch. Una pieza ideada para que los y las visitantes entren a caminar por ella activando los cascabeles para, así, producir música y, a su vez, "las lanas se van enredando las unas con las otras y cambia de una estructura geométrica a una diversa", matiza.

El concepto del purismo, de Clement Greenberg, se introduce en Antiformalismo: juegos de identidad y denuncia, momento en que "los artistas empiezan a elaborar piezas conceptuales", apunta Folch. En esta segunda parte, se destaca House of Vetti, una obra de Robert Morris "que hace referencia a una casa con frescos pornográficos pintados que apareció en las excavaciones de Pompeya", explica. Y añade que "aunque los paneles de fieltro están cogidos por un punto, la forma de vulva la da la fuerza de la gravedad y no el artista”. Una obra que, además de emplear materiales novedosos, guarda también un lenguaje político a través del erotismo, "para protestar sobre cualquier ejercicio de represión y control sobre la obra de arte", interpreta la comisaria. En esta sección también se pueden admirar trabajos de Kimsooja, Cosima von Bonin o Ricardo Cotanda.

En la tercera y última parte del recorrido artístico se observan piezas de Cristina Lucas, Agustín Parejo School o las pancartas de Carolina Caycedo, pero destaca una creación de Yinka Shonibare, "un traje elaborado con material textil de origen étnico, que es la tela que los africanos han hecho suya y que representa su nacionalidad, aunque el traje tiene el estilo victoriano de la época", aporta Folch. Aquí se produce un choque, una contraposición, porque pese a la identidad africana que reflejan las telas, "estas se fabricaban en Holanda e Inglaterra". Por su parte, el hecho de decapitar al maniquí –como acostumbra en todos sus trabajos– representa "la forma en que el imperialismo trató al africano", aclara.

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