VILLENA. Villena solo podrá destinar el 3 % de su suelo no urbanizable común para la ubicación de posibles instalaciones de plantas fotovoltaicas, según la modificación normativa del Consell que clarifica la situación a la que se enfrentan los municipios de la Comunidad Valenciana ante la solicitud de instalación de plantas fotovoltaicas en su término municipal. La nueva norma, publicada como Decreto Ley 1/022 de Medidas Urgentes en respuesta a la Emergencia Energética y Económica originada en la Comunidad Valenciana por la Guerra de Ucrania, supone que Villena podrá destinar a este uso un máximo de 500 hectáreas de su término municipal del total de las 34.500 sobre las que se asienta.
Para el edil de Urbanismo, Javier Martínez, este nuevo escenario permite clarificar mucho la situación real a la que se someten los municipios y sobre la que es necesaria dar una respuesta más allá del inmovilismo, ante la situación de crecimiento del precio de la energía, la absoluta dependencia de terceros países y una crisis medioambiental de efectos cada vez más severos.
A partir de ahora, “una vez que se ha determinado un máximo –indistintamente de las solicitudes que haya sobre la mesa– el Ayuntamiento y la Conselleria deberán determinar cuáles son esas 500 hectáreas disponibles, teniendo en cuanta que deben ser no urbanizables comunes y cumplir con los requisitos del artículos 10 del DL14/2020, es decir, entre otros, no estar bajo ningún régimen de protección medioambiental, que no esté catalogado como inundable, que disponga del nivel de pendiente como fija la norma y minimizar el impacto paisajístico de las mismas”.
No obstante, el primer paso corresponde a las autoridades autonómicas de determinar la viabilidad de las propuestas que, como se ha visto, no todas serán aceptadas por su impacto o afección. Martínez aclaró que “una cosa es ver el volumen de solicitudes y otra cuáles de ella serán aprobadas. Hasta la fecha, las rechazadas por Conselleria son muchas”. Posteriormente, se analizará aquellas que dispongan de un informe de impacto ambiental para ver qué territorio ocupan y en qué condiciones.
El concejal entendió parte de la alarma social que generó el número de solicitudes, pero también explicó que “nuestra posición de ser cautos y prudentes, midiendo la balanza para establecer un principio de equilibrio entre el respeto al territorio y la necesidad de hacer apuestas a modelos de energía verde y sostenible, ha sido la correcta”.
Para Martínez, aún queda mucho recorrido y mucho trabajo por delante para garantizar que no se pierda suelo con valor agrícola, natural y paisajístico, al tiempo que Villena no deje pasar una oportunidad de generar nuevas actividades económicas, nuevos puestos de trabajo y una posibilidad de contribuir al medio ambiente con energías más sostenibles.