LA VILA JOIOSA. Si antes de la pandemia Vilamuseu recibía una media de 1.700 visitantes al mes (unos 21.000 al año), desde agosto de 2021 la cifra ha aumentado hasta casi 3.500 mensuales, lo que da una proyección de cerca de 42.000 visitantes al año, el doble que las cifras pre-pandemia. Esto lo sitúa como un museo destacado en la Comunidad Valenciana por su número de visitantes.
A ello hay que añadir su impacto en internet, con más de 51.000 visualizaciones del perfil de Vilamuseu o 123.000 visualizaciones de fotos del museo en Google solo en el último mes; con un sobresaliente en las principales plataformas de valoración de los usuarios (4,5 estrellas en Google y en Tripadvisor, 5 estrellas en Facebook); o en redes sociales, con 2.500 seguidores en Instagram o un alcance de casi un millón de interacciones en Facebook al año y más de 8.100 seguidores, que lo sitúan como el quinto museo alicantino con mayor repercusión en esta red social.
Es indudable el efecto de la nueva exposición de Vilamuseu ‘Música, Pólvora i Desembarc’ en el aumento de visitantes. Organizada junto con Onda Cero Radio Marina Baixa y la Asociación Santa Marta e inaugurada el pasado 6 de agosto, la exposición se ha convertido en un foco de atracción de turistas nacionales e internacionales, y muy especialmente de la provincia de Alicante y su entorno; pero también ha conseguido atraer a los vecinos de la propia Vila Joiosa, que repiten una y otra vez la visita con familiares y amigos, y a los llamados “no públicos” de los museos, como pequeños grupos de adolescentes o de personas mayores que quedan para visitar juntos la exposición.
La explicación de este éxito, en tiempos de retracción de las visitas a los museos en todo el mundo por efecto de la pandemia, responde a varios factores: en primer lugar, la elección de un tema de gran interés para la población de la zona. Es, además, una exposición sorprendente y totalmente diferente al resto de museos y exposiciones de Moros y Cristianos: muy interactiva y accesible, con potentes audiovisuales, con textos breves y fáciles de comprender, que desvelan numerosos secretos y anécdotas de una de las 5 fiestas de Moros y Cristianos declaradas de Interés Turístico Internacional de las casi 400 que se celebran en España. Un corto cinematográfico sobre el ataque corsario de 1538 o una proyección envolvente que nos hace sentirnos en medio del famoso Desembarc (acto central de la fiesta) son solo dos de los atractivos de una exposición emocionante, que no deja indiferente a nadie.
Cada tres meses una compañía mora y otra cristiana toman protagonismo y ocupan el espacio central de la exposición: los cuarteles. En noviembre, Moros del Riff y Piratas darán el relevo a Contrabandistas y Moros Tuareg. Otra razón de peso para repetir la visita.