ALICANTE. Víctor Ullate Roche es el encargado de traer la magia de los musicales a la World Dance Fair que se celebrará en marzo en Alicante. Para este evento gestiona un curso con el que prepararse para las pruebas de reparto de West Side Story y además ojeará a jóvenes candidatos para participar en Billy Elliot.
Con Billy Elliot él lleva la dirección de la formación y se pasará por las aulas, aprovechando que se espera una gran asistencia de ellos, para encontrar nuevos talentos “porque estoy en constante búsqueda”. Hicieron una primera promoción de la que salieron siete niños ya formados y que se encargan de llevar el día a día del espectáculo. “Ahora estamos preparando la segunda promoción”, cuenta, “pero siempre estamos reciclando niños”.
La suya será siempre una carrera contrarreloj debido a los cambios hormonales típicos de la edad, ya sea por el cambio de voz o porque les salga bigote. Él busca entre 9 y 14 años, “como mucho”. “Cuando pierden la voz blanca, cogen la de adulto y ya no podemos trabajar con ellos”, señala.
En esta labor de ojeador que ejercerá Ullate, verán el nivel de formación que tienen los posibles aspirantes “para determinar el tiempo que vamos a necesitar”. “Buscamos niños que sean inteligentes, rápidos, que tengan condiciones para que el proceso sea más rápido”, añade.
Al tratarse de niños, Ullate cuenta que les interesa mucho el talento aunque sea en bruto. “Hemos hecho casting en el que había niños que no habían hecho baile nunca pero que habían hecho atletismo o acrobacias”, recuerda. Para el musical “tienen que hacer de todo: acrobacias, bailar clásico, cantar… Muchas condiciones que los propios niños pueden no saber que lo hacen pero que, al trabajar con ellos, ves que pueden hacerlo porque tienen oído”. Lo más difícil, advierte, es que puedan desarrollar el baile.
El baile. Como la propia historia desarrolla, se trata de un niño que ha de vencer los diferentes prejuicios con los que se encuentra para cumplir su sueño. ¿Es difícil encontrar voluntarios que tengan esa misma aspiración? “Espectáculos como este hacen que el niño se vea reflejado y quiera hacerlo”, contesta el bailarín. Eso sí, añade rápido que “evidentemente, en España todavía hay mucho prejuicio para que el niño baile por parte de los padres”.
Esa clase de mentalidad no duda en calificarla como algo “que me parece muy antiguo, porque realmente eso no te condiciona, de ninguna de las maneras". Ya que, como indica, "el baile es una necesidad que tenemos los humanos de expresarnos y de sacar lo que llevamos dentro, y nada más”.
“Tenemos todavía esos prejuicios absurdos de que el niño tiene que tener el color azul y las niñas el rosa”, lamenta Ullate. Como pasa en la historia, los tópicos asocian el baile a temas a los que no debería asociarse por defecto. “Por eso viene muy bien que se haga este espectáculo aquí en España”, insiste, “porque si el niño tiene ilusión, no se la cortes, no le condiciones”. Ese tema que trata el musical, asegura que le interesaba “muchísimo porque llevo toda la vida en la enseñanza y todavía estamos con esa problemática. Por eso era muy importante que este espectáculo removiera conciencias”.
Si por Billy Elliot estará atento a los posibles talentos que se encuentre, con el curso de preparación, trabajará con ellos. Las pruebas de reparto de West Side Story se harán en Madrid en los próximos meses, pero Ullate puntualiza que lo que se enseñe durante las jornadas servirá para cualquier audición a la que se quiere presentar. "Aunque aprovechamos que se va a hacer para basarnos en él [como ejemplo]", añade.
Gracias al curso que ofrecerá quiere que los candidatos adquieran "las herramientas para que, si deciden ir, se sientan seguros". Teniendo en cuenta que esta vez no se busca talentos innatos, sino ya modelados, "que controlen, sin que sea necesario que sean profesionales". Los requisitos que pedirá incluyen que conozca algún estilo de baile: clásico, moderno, danza española o hip hop.
Y no solo bailar. Al ser un musical, hay que tener ciertas capacidades vocales. "No se requiere tampoco que sean un Pavarotti", bromea, "pero que puedan afinar para poder trabajar de coro". Con ambos requisitos demostrados en vídeo, elegirán a 25 personas, chicos o chicas, para empezar a trabajar "individualmente con ellos las canciones".
"Cuando te presentas a un casting, lo primero que quieren es verte bailar en una coreografía coral y verte cantar individualmente", explica. De ahí, el trabajo con cada uno para que puedan mostrar sus recursos "y tener seguridad y aplomo". El otro punto que considera básico, "es saber qué estás cantando, porque las canciones son historias. Es básico".
Una de las novedades que se introduce en Alicante es que a todo esto se le sumará "una pequeña puesta en escena para que sea atractiva para el público". Y es que acostumbrados a los programas de talentos, el teatro parece que no se aleja de eso. Los espectadores que compren su entrada podrán asistir y valorar a quienes consideren mejores.
Con una coreógrafa trabajarán la coreografía original de Broadway de West Side Story para esa muestra final que acogerá el Teatre Principal. Lo que está pendiente de determinar es el precio que tendrá esa entrada, aunque asegura que será "simbólico". El dinero recaudado servirá para premiar a los aspirantes escogidos con, en principio, 1.000, 600 o 300 euros.