ALICANTE. En un mercado musical que implosionó, víctima del nuevo modelo de que se ha terminado acomodando en nuestra sociedad, las discográficas pequeñas, las llamadas independientes, buscan nichos donde posicionarse. La especialización es uno de los caminos que les quedan a esas discográficas que miman la producción de sus discos, el afecto de sus clientes y que organizan festivales con esas mismas bandas. Ningún lugar es ajeno a esto, mientras en él exista la magia de la creatividad. Una de esas pequeñas discográficas está en Alicante. Víctor Jordá es el artífice que levantó Pulgar Producciones.
«La idea de montar el sello surge a partir de tener varios proyectos personales en marcha, como Medicine Man, y algunos en proceso; a los cuales se sumó Le Sheik», apunta Jordá. Muchos de los sellos independientes más prestigiosos buscaban poder publicar la música que a ellos les fascinaba y que nadie ponía en el mercado. «En principio, la idea era poder publicar todos estos proyectos en los que estoy involucrado de alguna manera; pero sin cerrarme tampoco a futuros proyectos externos», comenta el jefe de Pulgar Producciones. Víctor reconoce, que la pasión fue el motor que les movió para hacer lo que les pedía el corazón: «es un sello independiente que acaba de salir a la luz, cuya fortaleza, como en la mayoría de estos casos, no es el capital». Y añade que, «somos un equipo de trabajo formado por profesionales de diferentes disciplinas».
Cree tanto en el sello que no dudó en poner a su banda, Medicine Man, con la que lleva 20 años a cuestas, dentro de su roster, sabiendo lo duro que esto puede ser. «En realidad no es muy diferente a trabajar para otros músicos o productoras, solo que es más laborioso ya que asumes más roles y más riesgos», reconoce el músico. De hecho, una de las salidas que muchas bandas atisban en su horizonte profesional es precisamente la autopublicación. «Pero sigue siendo un mundo complicado», comenta Jordá. Pero el productor se pone más serio para evaluar, de forma superficial (un análisis concienzudo duraría horas), la extraña situación del mercado musical.
«La industria no sigue el esquema de hace unas décadas», recuerda. «Ahora lo independiente puede tener más cabida; el avance de la tecnología facilita las autoproducciones y permite el surgimiento de más iniciativas con vistas de mercado», reflexiona el productor. Por otro lado, también nos señala el aspecto más difícil para cualquier banda o sello, «es muy complicado, sin capital, hacerte ver en un mundo inmenso». En este sentido, aclara que por supuesto, «no todo el mundo consume la música que más se vende. Lo difícil es llegar a ese porcentaje por tus propios medios».
El primer disco de Medicine Man, llevaba su propio nombre y lo grabaron gracias a la segunda edición del concurso Da la nota, organizado por la Universidad de Alicante. Quizás la administración pueda apoyar a los nuevos talentos. «Que grupos emergentes tengan incentivos que les ayuden a seguir creyendo y trabajando para mejorar, es algo que tenemos que cuidar si queremos que suceda», explica. En este sentido, el de visibilizar a los grupos, Víctor también planta cara con un evento musical, el Festival Internacional de Blues de Alicante, que en 2018 tuvo su primera edición y que este año se celebra el 22 y 23 de marzo en la Caja Negra de Cigarreras. Entre los grupos que actuaron estuvieron gente como los murcianos Baboon Blues County o los madrileños Ñaco y Los Buscavidas. «Intentamos rescatar la etiqueta 'Blues Alicante' que nació a mediados de los ochenta», reconoce contento. Para ese festival contaron con el emblemático Billy Branch. «Él idóneo para apadrinar el proyecto y encabezar el cartel, ya que fue uno de los músicos que participaron en aquel momento, y por suerte para todos aceptó», apunta con el orgullo propio del que sabe que está haciendo historia para la cultura de una ciudad. Recuerda que, «la respuesta fue muy buena por parte del público, por lo que seguimos en el empeño y estamos preparando la segunda edición para el mes de marzo», subraya.
Entre las propuesta que podemos encontrar en el sello, está el tercer plástico de Nacho Luri con su proyecto Le Sheik. «El álbum Psychological geometry de Le Sheik es un proyecto muy especial», comenta Jordá. «Me costó muy poco decidir aceptar su oferta de producir el disco y eso me llevó a querer incorporarlo al catálogo del sello, que estaba en proceso de creación», cuenta. No puede esconder que la brújula que utiliza para invitar a las bandas a unirse a su sello es su personal y refinado gusto musical. «Ese es un poco el criterio en general, que las canciones me lleguen», sentencia.
Nos detenemos un poco para echar un vistazo al panorama alicantino. «Veo que siguen floreciendo grupos de calidad de todos los estilos», comenta Jordá. La gente que siempre ha estado defendiendo la cultura desde la trinchera, sigue aferrada a esa forma de entender el mundo de la música así. «Los que realmente generan cultura siguen comprometidos hasta donde se puede», dice con seriedad. También se lamenta, como hacemos todos al ver la situación de la cultura en nuestra sociedad. «Desgraciadamente, en la mayoría de ocasiones tengo la sensación de que no se aprecia lo suficientemente todo ese trabajo y compromiso», comenta, para rematar con tono agridulce que «falta apoyo en muchos ámbitos».
La música en directo, sobre todo en un género donde se muestra el alma de par en par como el blues, parece que cada vez tiene menos espacios. «En estos momentos, por ejemplo, apenas hay salas donde actuar. Esto dificulta el crecimiento cultural». Y termina con un consejo, antes de dar por concluida la conversación: «quien pueda, sin duda, que vaya a un club de blues o a un festival a escucharlo en directo, porque si lo que ha escuchado, de verdad tiene blues y le ha llegado, descubrirá todo un mundo después de eso».