ALICANTE. El Museo de la Piedra de Sprimont (Lieja, Bélgica), en colaboración con las canteras de la región y los consistorios de la zona, organiza habitualmente un simposio internacional de escultura sobre el granito. Una iniciativa que se complementa con talleres alrededor de la geología y el tallado de la piedra, conferencias e incluso un mercado de productores locales y animación para todos los públicos. Todo un marco artístico en el que el alicantino Carlos Lorenzo ha participado elaborado una pieza en gran formato de 2,6 metros de alto, por 1,2 metros de ancho y 30 centímetros de grosor.
Tanto el museo como las empresas locales impulsan este proyecto desde hace más de treinta años con el objetivo de promocionar su piedra local denominada Belgium Blue o Petite Granite. De esta forma, se le da una visibilidad internacional a través de este enfoque artístico. Un certamen en el que esta vez se habían presentado 54 proyectos, entre los que fueron seleccionados diez artistas de siete países diferentes: Portugal, Serbia, Polonia, Inglaterra, Holanda y Bélgica, además de España, con el escultor alicantino como representante nacional, quien ha estado dando forma a su obra Veleta durante tres semanas, al igual que el resto de participantes, durante el pasado mes de agosto. Cada uno realizando su propia obra personal de temática libre.
La pieza de Carlos Lorenzo está creada a partir de un bloque monolítico. “Me fui adaptando al bloque que me proporcionaron; tenía una idea previa con una maqueta, pero finalmente el bloque no se adaptaba”, describe sobre su proyecto. “Como no nos echamos atrás y en la vida hay que seguir e improvisar, pues, realicé otra obra diferente”, apunta el artista sobre esta experiencia personal que, al mismo tiempo, era colectiva. “Ha sido una convivencia entre artistas muy enriquecedora donde hemos compartido métodos de trabajo y conceptos artísticos, además de pasar unas veladas muy divertidas e interesantes”, recuerda.
En esa adaptación a la realidad a la que se vio abocado por las características de la piedra que debía moldear, el alicantino optó por hacer de la necesidad virtud y generar “una sincronía con un momento particular e íntimo”, en el que se encuentra. “Opté por realizar esta obra titulada Veleta desde un trabajo muy personal en el que hablo de que a veces las cosas no vienen como uno quiere y hay que adaptarse, como una veleta, dejándose llevar por el viento y aprendiendo a fluir; no se puede ir a contra viento”, sentencia el artista. De hecho, ese simbolismo se expresará también con el movimiento. “La escultura se colocará con un eje metálico central que le permitirá girar sobre sí misma, como una veleta real, porque así la gente podrá interactuar con la obra haciéndola girar”, describe.
Esta escultura implica, por tanto, un cambio en su metodología habitual. “Normalmente trabajo formas mucho más orgánicas y curvas, aunque me apasiona crear planos y jugar con las líneas”, destaca. Sin embargo, en esta ocasión decidió adaptarse. “Opté por hacer un trabajo más geométrico y limpio en el que he jugado también con las líneas y planos”, apunta el creador de esta veleta de granito. “Además, lo que más me gusta del mármol negro es que se le pueden sacar tonalidades de color, así que también he querido jugar con esas posibilidades”, afirma. Una obra en un solo bloque monolítico, con líneas rectas, pero diagonales, creadas en dos colores. Escultura que por el momento seguirá erigiéndose en el Museo de la Piedra de Sprimont.