SAN MIGUEL DE SALINAS. La Asociación de Vecinos de San Miguel de Salinas ha convocado para este domingo, a las 12 horas, una manifestación para mostrar su repulsa a la futura planta fotovoltaica que se construirá en 200 hectáreas de suelo agrícola de la localidad para dar energía eléctrica a la desalinizadora de Torrevieja, que se ampliará para duplicar su capacidad. El proyecto, que los vecinos han conocido a través de una encuesta de participación ciudadana, pretende asentarse en el mejor suelo agrícola de San Miguel de Salinas, expropiando unas 200 hectáreas de terreno en la que predomina el cultivo de cítricos. La plataforma vecinal se ha concentrado esta mañana en la zona en la que se prevé construir esta planta solar, y en la que se ubican varias viviendas que tendrían que ser derruidas. La protesta del domingo partirá desde el Ayuntamiento de la localidad.
Los vecinos iniciarán así una serie de protestas que extenderán, han insistido, hasta que logren que la planta su ubique en otros lugar. La expropiación del terreno no acabará solo con decenas de hectáreas de suelo agrícola, que para muchos es la única fuente de ingresos, sino también con viviendas de muchos agricultores de la localidad que tienen en el campo su primera vivienda.
El portavoz de la plataforma vecinal, Manuel Gómez, ha señalado que los vecinos se sienten "engañados, porque el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, vino a Torrevieja a anunciar la ampliación de la desalinizadora y de la construcción de la planta fotovoltaica. Entonces se dijo que no se sabía dónde iba, y que se estaban barajando varias opciones. Dos días después, tras la publicación de la encuesta ciudadana, supimos que la ubicación era en el mejor suelo agrícola de San Miguel, lo que condena a muchas familias que tienen aquí sus casas y modo de vida".
Tras el revuelo generado y el rechazo vecinal, el Ayuntamiento de San Miguel de Salinas convocó una reunión para informar del proyecto, del que poca información más se pudo añadir a la que ya se ha hecho pública a través de esta encuesta ciudadana. Así, los vecinos están dispuestos "a llegar hasta el final, pues nos quieren quitar, en muchos casos, lo único que tenemos", ha señalado un agricultor afectado.
Y es que, lo que muchos temen, es que el dinero de las expropiaciones del terreno no alcance para buscar una alternativa ni en cuanto a vivienda ni en lo que respecta a lo laboral, pues para muchos agricultores este ha sido el modo de vida durante generaciones. Desde la plataforma estiman que se perderán más de cuatro millones anuales en cosechas de estas 200 hectáreas.