Valencia Plaza

‘XEITO I ESPENTA’ DESDE MADRID

Todos contra todos

  • Albert Rivera y Pablo Iglesias, en un debate con motivo de las anteriores elecciones. Foto: EFE

El frenesí electoral “sospechoso habitual”. La incompetencia y torpeza para llegar a acuerdos políticos se justifican en el inicio ya casi de manera oficial de la campaña de las elecciones generales. Por culpa de esa convocatoria se rompe el Pacto de Toledo, por culpa de las elecciones no hay inversión para las comunidades autónomas, por culpa de los comicios no hay reforma laboral, ni ley de la vivienda, ni inversiones en infraestructuras, ni…¿por cierto que fue de la Conferencia de Presidentes Autonómicos? ¿Y de la financiación? Respuesta a todo ello: el sospechoso habitual en este caso, el adelanto electoral. Estamos en plena parálisis institucional y va para largo. Como se van a solapar, campañas, elecciones, negociaciones, trueques, pactos y componendas, nos vemos abocados a una larga temporada de inacción política

Insultos y titulares. Lo visto y oído en la última sesión del control al Gobierno en el Congreso será la tónica general. Todos contra todos o todos contra Sánchez. Nos vamos a ver sumergidos en un mar de frases más o menos afortunadas y creativas. El aperitivo, el colchón de Pedro Sánchez, -Pablo Casado dixit-, las patitas cortas de Casado que señalaba Sánchez, las chaquetas de Albert Rivera que explicaba Sánchez, y porque no estaba Pablo Iglesias, -Irene Montero se ocupó de marcarle el terreno al Presidente y deslindarse de su antigua amistad-,…¡vaya sesión, insulto va, insulto viene! Ahora resulta que la campaña tiene la culpa de todo y se abre la veda. Y esperen, que pronto veremos los vídeos creativos y sofisticados de cada formación política atacando a sus contrarios. Se han convertido ya en todo un clásico del marketing político. Para ser sinceros, entre la campaña, la playa, el turismo rural y las procesiones no vamos a saber qué hacer. Se necesita urgentemente una sesión de coaching o similar para tomar decisiones. Algunos dicen que los ciudadanos van a llegar extenuados al 26 de mayo y se barrunta la abstención como protagonista.

Las encuestas y la ley d’Hont. El maremágnum de sondeos y encuestas no nos dejan ver con claridad, ni siquiera a los propios demoscópicos. Hay algunas coincidencias: gana el PSOE que recupera posiciones, el PP le disputa el puesto aunque pierde respecto a su posición actual, Ciudadanos no da el sorpasso a los populares, Podemos se hunde e irrumpe con fuerza Vox. Pero hay alguna dificultad con la distribución de votos en especial con Podemos y Vox. Las encuestas difieren en la proporción de los datos. En una veintena de provincias-circunscripciones, el resultado es incierto. Si se aplica la ley d’Hont con los restos se prima a las formaciones mayoritarias. De ahí que sea importante en el caso de la derecha quien ocupe el primer lugar. Si es el PP, tendría más escaños, lo mismo ocurriría con Ciudadanos. El factor Vox es curioso. Registra un importante crecimiento, pero puede verse reducido si no consigue ser la formación más votada en la derecha, en especial en las provincias en las que hay 4 o 5 escaños en disputa. A Podemos le ocurre otro tanto. El PSOE arrastra su voto y la lógica dice que vence en la izquierda. Con lo que los de Iglesias tienen difícil mantener el resultado actual porque perderían diputados en unas cuantas circunscripciones. Así que el CIS y las distintas empresas demoscópicas tienen delante un arduo trabajo para atinar con los datos. Pensemos que en el caso de Vox no hay recuerdo de voto ni resultados previos. Así que aviso a navegantes y atención al “todos contra todos” en la lucha por los escaños.

Otra vez protagonismo del Rey Felipe VI. Ocurrió con las generales del 2015 y del 2016, el monarca tuvo que arbitrar la situación imposible entre Mariano Rajoy, Pedro Sánchez y las ínfulas de Pablo Iglesias y Albert Rivera. Si como se augura el resultado del 28 de abril es fragmentado nos veremos otra vez abocados a las consultas continuas en la Zarzuela para proponer candidato a la Presidencia del Gobierno. El Rey deberá armarse de paciencia y pedir a sus interlocutores que sean discretos, no como el lenguaraz Pedro Sánchez, y que sean efectivos para no caer en el bucle que ya vivimos. De momento Felipe VI en pleno juicio del procés, ha recordado lo que todo el mundo sabe y parece que los independentistas han olvidado, el Estado de Derecho existe.

La gota malaya del Procés. Con estos previos electorales estamos, pero no debemos olvidar que tenemos en marcha el juicio a los independentistas. O nos faltan datos o no se entiende. En las declaraciones de los acusados, Oriol Junqueras, Rull, Turull, Romeva y compañía se advierte que no sabían nada, no hubo referéndum, no se contrató nada, no se convocó nada, no hubo DUI (Declaración Unilateral de Independencia, mínima eso sí),…y entonces pregunta ¿Porqué estamos en el juicio? O alguien ha sufrido un rapto intelectual y jurídico o no se explica. De verdad que los argumentos que pretenden sólidos los encausados, provocan cuando menos perplejidad, ingenuidad, intencionalidad, sarcasmo, soberbia o todo junto a la vez. La semana próxima tendremos las comparecencias de los testigos que con buen criterio los magistrados del Tribunal Supremo han adelantado para que no se solapen con los fastos electorales. Declara el martes Mariano Rajoy, después lo harán Soraya Sáenz de Santamaría , los ex ministros Ignacio Zoido y Cristóbal Montoro, el Lendakari Iñigo Urkullu, la alcaldesa Ada Colau, los portavoces de ERC Joan Tardá y Gabriel Rufián,…en fin, toda una pléyade de intervinientes que nos hablarán de las comunicaciones entre Gobierno y Generalitat, del despliegue policial con la operación piolin incluida, del control financiero de Cataluña…

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