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crónicas por los otros

Tengo un sueño, un solo sueño, seguir soñando

  • Martin Luther saluda al público congregado para escuchar su discurso.

El concepto justicia social es el que ha ido dando forma a lo que conocemos como Estado del bienestar. Una de las aproximaciones más acertadas tiene que ver con, igualdad de oportunidades, remover los obstáculos que generan desigualdad y llevar a cabo acciones compensatoria con las personas o colectivos que parten en inferioridad de condiciones. Los entramados resultantes son los que conocemos como sistemas de protección social.

Uno de los principales impulsores de medidas reivindicativas en ese camino, erradicando los elementos discriminatorios, Martin Luther King, lanzó un grito El 28 de agosto de 1963 durante una histórica manifestación en pro de los derechos civiles para los negros en los EE.UU:

"Tengo un sueño, un solo sueño, seguir soñando". Su discurso recogía las voces de miles de personas que reclamaban una mayor igualdad de derechos para los afroestadounidenses. Este es un ejemplo de cómo los sueños forman parte de esos anhelos que a veces se cumplen, pero, siempre, siempre, sirven como impulso, o palanca de cambio para remover aquello con lo que no nos sentimos identificados, que no compartimos o simplemente detestamos y pretendemos cambiar, tanto en el ámbito privado como en el colectivo. La condición humana es sorprendente y hay veces que se comprende mejor a través del análisis de los sueños que de la propia realidad que vivimos.

Son las reflexiones del experto Gustavo Zaragozá conocedor, defensor y trabajador desde hace años en el sistema social actual. Esta próxima semana, el miércoles 27 febrero en el Museo del Carmen a las 19:00 horas, presenta su libro, Entre sueños y realidad un viaje de ida y vuelta, un libro de relatos que se adentra en esos entresijos del ser humano y lo hace con relatos que sorprenden, relatos tristes y también divertidos, amables.

El libro cuenta historias como Tiranicidio que casi con el nombre está descrita, es la historia de una actuación injusta en un entorno militar, la respuesta inesperada en ese contexto y las consecuencias. Pero también hay otras, El Poeta describe una historia de malos tratos con unos protagonistas poco habituales para esa problemática, dejando claro que se puede dar donde menos se espera. Y en La mujer barbuda el hilo conductor es la sumisión, especialmente en el mundo femenino.

Sin un sueño, una ambición, como palanca de cambio, difícilmente hubiéramos alcanzado metas como los que, ahora, identificamos en el concepto justicia social tal y como asegura Zaragozá. 

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