A este libro de Maria Nicolau he llegado por la inefable labor periodística de Montse Virgili en Les dones i els dies, el programazo radiofónico que según creo, saca su nombre del poeta Gabriel Ferrater. En la entrevista que le hace la Virgili a la Nicolau, esta declara que «la vida es muy difícil, necesito ser mi cheerleader». Cierto es que en los más de veinte años que ha trabajado en restaurantes de España y Francia, de distinta estofa y profesionalidad, desde que se graduó en una escuela de cocina comandada por el Opus (la única a la que pudo entrar por cuestiones pecuniarias y de disponiblidad) la vida le ha puesto más de una zancadilla pero como se dice, siempre ha caído de pie.
Antes de ¡Quemo!, publicado en castellano por Península y en catalán por Columna, escribió Cocina o barbarie. Colaboradora habitual en El País, Catalunya Ràdio y TV3, Nicolau vive ahora en Osona, un pueblo catalán de trescientos habitantes, mucha naturaleza y, que yo sepa, ningún gastrobar con falsos azulejos hidráulicos y baos. Dicho por la editorial, ¡Quemo! es «la historia de una joven que deja la facultad para entrar en una escuela de cocina al mismo tiempo que en España se desata la revolución gastronómica del siglo. El salto que hace la propia protagonista desde la fonda hasta la cocina de vanguardia, pasando por hoteles en decadencia o restaurantes con ínfulas, es el mismo que en pocos años hizo la cocina española en general, dejando por el camino a muchos, elevando a los altares a otros y olvidando, en algunos casos, los valores esenciales de una gastronomía que ya era rica de antemano».