Valencia Plaza

el callejero

La vida en tromba de Carlos Martín

  • Foto: KIKE TABERNER

VALÈNCIA. El 11 de marzo, Carlos Martín, un reputado trombonista de Sedaví, estaba en Colombia. Alejandro Sanz iba a cantar en Bogotá y la banda, repleta de excelentes músicos, le acompañaba en La Gira -así se llamaba la gira- por Sudamérica. Pero la pandemia lo quería todo, se canceló el concierto y el 12 de marzo los metieron a todos en un avión. Al día siguiente aterrizaron en Madrid y al siguiente, Pedro Sánchez ordenó vaciar las calles de España.

Muchísimas personas sufrieron y se deprimieron entre el aplauso de las ocho y los experimentos con levadura, pero, sobre todo, con la soledad de este encierro que se hizo largo y pesado. Carlos Martín, músico, soltero y hombre tranquilo, se tomó este descanso como un regalo de la vida. "El confinamiento me ha dado la oportunidad de tener tiempo libre, que llevaba una racha de trabajo muy salvaje. Pude bajar las pulsaciones y, como a muchos músicos, me dio tiempo para crear, componer o darle vueltas a qué quiero hacer, o indagar en lo que tengo curiosidad. He estudiado unos cuantos libros de arreglos, que es una cosa que me apasiona".

Los grandes estadios, como aquel de Bogotá, siguen cerrados, pero los conciertos más pequeños han vuelto y esto ha permitido a Carlos Martín, un músico de 41 años, recrearse en lo que más le gusta, las actuaciones de jazz más modestas pero también más intimistas. Un día después de la entrevista le espera un bolo en Buitrago de Lozoya, dentro de la programación de Sesión Vermú, un ciclo de conciertos de músicas creativas impulsado por la Comunidad de Madrid. Eso era el domingo y servía de cierre a una semana que arrancó en San Sebastián, que el jueves le llevó a Barcelona y el viernes a casa. Luego el viaje a Madrid y el lunes, vuelta a empezar.

Recibe toda la actualidad
Alicante Plaza

Recibe toda la actualidad de Alicante Plaza en tu correo