La petite mort que nos puede dar a las mujeres cuando vemos a Varoufakis cabalgando su moto de gran cilindrada y ataviado con su “chupa” de cuero es directamente proporcional al clímax que alcanza cualquier homínido de sexo masculino al volante de un Ferrari rojo. Y es que estamos de campaña electoral múltiple, como el momento culmen del que sólo disfrutan las homínidas de sexo femenino.
Vamos allá. Porque ya nos hemos metido en harina, digo, en campaña. La primera que nos ocupa tiene “sabooooor” masculino. Va de guapos. Porque yo no sé a qué carta quedarme si me dieran a elegir. A ver, tenemos como plato fuerte al actual Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el “chico nuevo”, como le llamó el Presidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker, en su primera Cumbre. La prensa británica le había bautizado como Mr. Handsome, Señor Guapo, así, sin complejos. Y es que a nuestro Presidente le acompaña un cuerpo de 1,90 entrenado en las canchas de baloncesto, una sonrisa profidén y una mirada de galán de Hollywood que derretiría a la mísmísima Gilda en otro momento culmen, el del guante. Como para no presumir…
Ah, pero es que esta vez la oposición no se queda atrás. Rememoro aquí la genial ocurrencia de la Ministra de Justicia, Dolores Delgado, que calificó en un programa de radio a los líderes de los tres partidos conservadores como “la derecha trifálica”. Eugenio no lo habría dicho mejor, con su eterno cigarrillo en la boca y su humor cáustico de voz “carajillera” -para los madrileños, “carajillo” es un café corto con un dedo de cognac-. Que yo no sé a qué cara, quiero decir, carta quedarme… Entre los dos guapitos del PP y Ciudadanos que, lo-juro-por-Snoopy, ni juntos los distingo a veces, y el macho-alfa de Vox, a ver quién da más.
Quiero recordar aquí que a Albert Rivera, así, en catalán, para provocar -recuerdo a los madrileños, sin acento en la A-, ya le hemos visto en algo menos que en paños menores. ¿Recuerdan la primera campaña electoral del entonces primer ciudadano de Ciutadans? Casi entramos en éxtasis al ver los carteles de aquél joven catalán cubriendo su desnudez con las manos por delante -las dos-, de 10x10 metros -el cartel-, que decía que quería ser presidente de la Generalitat, ¡y de la catalana! Claro que era en 2006…