Valencia Plaza

de vinos y cervezas

La Belgique más pizpireta

  • Turismo de Bélgica

Porque sí, amiguis hedonistas, para muchos y nosotros hasta el más bárbaro brebaje puede ser placer, que como en todo sólo hay que saber. Saber hacerlo bien para así beber mejor. Y disfrutar como egipcios o sumerios, que en el mundo cervecero también hay historias y bondades, así que hoy hablamos de fermentados y cereales. De malta, lúpulo y levadura, que cuando se sumergen en el líquido elemento hacen el espumoso milagro. Hay dos importantes tipos: las lager, más comunes, ligeras y facilotas, en las que la fermentación se produce en la zona baja de la cuba; y las ale, más complejas, de alta fermentación y a las que hoy dedicaremos nuestra atención. A partir de ahí tenemos otras variadas variantes como las que llevan dos o tres clases diferentes de malta, las lambic, que fermentan espontáneas en el valle del río Senne, o las llamadas trapenses, elaboradas en las abadías de dicha y redicha orden. De todo un poco y variopinto habrá en este viaje, que de saltito pequeño nos plantamos en Bruselas con tanta sed como ilusión por conocer.

Hacemos la primera parada en la cervecería Bier Circus, amable lugar de tranquilas sonrisas donde nos iniciamos con la Lambic Girardin (Brouwerij Girardin). Joven imberbe, sin gurbujas y con curiosona acidez frutosa.  Nos comemos una vieira con crema de apio y pedimos la 25 Years Bier Circus (Browerij Den Hopperd), una creación especial de celebraciones y aniversarios que dentro de su frescura nos llena de aromas que interesan con unas salchichas de campagne y su stoemp. Y seguimos que nos apetecen unos vinos y un paseíto nos lleva hasta Chemin de Vignes, gran tienda con zona de degustación donde probamos un divertido Bugey Cerdon Methode Ancestrale 2016 (Philippe Balivet). Ancestral venido del Jura a base de gamay y poulsard que alegre y resultón nos bebemos sin más dilación. Cata informal, juergal y con un poquito de azúcar residual que combinamos con una croqueta de gambitas azules. Y nada mal.

Regresamos al cervemundo en Au Bon Vieux Temps, encanto de ambiente imprescindible delante de una botella de Chimay Bleue (Abadía Notre-Dame de Scourmont). Negruza trapense de tostados ligeros y regusto a cafeses que imaginamos con un onglet de ternera con cebolla. Terminamos con el ambarino directo y resultón de la Vieux Temps (Anheuser-Busch InBev Belgium) y una sopa de cebolla bien caliente. Continuamos.

De Pitufinas a Azraeles pasando por nenucos meoncetes 

Entre Pitufina y Azrael nos deshacemos de algún Gargamel para llegar a Moeder Lambic Fontainas donde nos espera la Val Dieu de Nôel  (Brasserie de l’Abbaye du Val-Dieu). Invernal y melosa nos invade de especias y equilibrio. La acompañamos bien vestida con unas boulettes en salsa de tomate. Y rematamos la jugada a lo Jean Marie Pfaff con la Gueuze Tilquin (Gueuzerie Tilquin). Lambic de enormísima acidez con limones de agrio sin acritud y con la que llegan otras bolitas, unas albóndigas a la liégeoise.

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