Valencia Plaza

COMER ESCAÑOS

El lado más comestible de los programas electorales

«A mí, donde me pongan un chuletón al punto, eso es imbatible». Imposible resistirse a citar la desautorización de Pedro Sánchez a Alberto Garzón para arrancar este artículo sobre lo gastronómico —o no— del proceso electoral. Como queriendo retractarse de tal desaire —al menos, sobre el papel—, los socialistas valencianos dedican una sección de su programa a la alimentación sostenible: Ley Valenciana de Calidad Agroalimentaria, relevo generacional y mayor tasa de mujeres en el campo, producción ecológica, etiqueta de bienestar animal… Ontológicamente, el bienestar animal y la producción que acaba en muerte, son categorías excluyentes. (Sólo hay vegetarianos / veganos reconocidos entre las filas de PACMA. En las últimas elecciones explicitaron que las cabezas de sus listas son vegetarianas o veganas, por coherencia con su programa electoral).

Compromís, por su parte, traza una serie de mandamientos: «Diseñaremos un plan de fomento de la ganadería extensiva, la agricultura de secano, la pesca artesanal y la gestión forestal sostenible. Garantizaremos el pago de precios justos a los productores agrarios con el desarrollo de un cálculo de los costes efectivos de los productos. Crearemos ayudas directas al sector agrario para paliar los costes sociales y económicos de los efectos adversos de la emergencia climática, los movimientos especulativos de la tierra o la volatilidad de los mercados. Favoreceremos el diálogo entre el sector apícola y el citrícola para fomentar las variedades no susceptibles a la pinyolà y estableceremos ayudas agroambientales por los servicios de polinización que ofrece la apicultura. Impulsaremos planes de adaptación y mitigación de la actividad agrícola al cambio climático que incluya un mejor aprovechamiento de recursos hídricos y la reconversión de ciertos cultivos. Aprobaremos una moratoria a la apertura de nuevas macrogranjas hasta evaluar los impactos en la salud pública, medio ambiente y calidad del agua de este tipo de instalaciones…». Y así, hasta veinte promesas largas como largos han sido estos meses sin lluvia.

¿Hedonismo en las urnas?

¿Y el hedonismo? ¿Cabe en los programas electorales? «Sí cabe, si pensamos en el hedonismo desde una perspectiva de lo común, basado en la idea de la mayor felicidad para el mayor número de personas. Esta postura es la que llevaría a los partidos a defender medidas políticas que repercutan en el bienestar de todos los ciudadanos a través de las políticas del Estado del bienestar: garantizar una buena educación, una buena sanidad, unas buenas políticas sociales… Desde una perspectiva más individual, el hedonismo se observa más claramente fuera de los programas electorales. Por ejemplo, en el día a día de los políticos y en lo que comparten en sus redes sociales. No es raro, en esta campaña electoral, ver imágenes de los políticos disfrutando, por ejemplo, del placer de comer». La politóloga Blanca Nicasio nos da unas pinceladas de los usos y costumbres en período electoral: «Es frecuente que se organicen actos de campaña en torno a una comida con simpatizantes y militantes: paellas es lo más común, pero también arroz con costra, all i pebre, coca amb tonyina, fartons y horchata… O que se dejen fotografiar con productos de proximidad (naranjas, albaricoques, alcachofas…), especialmente en los mercados locales.

Es una forma interesante, de un lado, de aparecer en colectividad para mostrar la red de apoyo con la que cuenta el candidato, y, de otro, de conectar con el electorado, compartiendo hábitos, costumbres y mostrando su interés por las tradiciones locales».

Los Desayunos electorales de esta casa, Valencia Plaza, no han sido para chuparse los dedos, precisamente. Los y las candidatas que han pasado por ellos, más que erguidos estaban hirsutos. Si el desayuno es la comida más importante del día, estos encuentros con la prensa han dejado unas imágenes de institucionalidad que no marida con el interiorismo en colorinchis del restaurante Al Pomodoro. Ni con el placer estético de la comida. Pero no siempre son hieráticos respecto a lo culinario: «Alguno se lanza incluso a cocinar. Carlos Mazón publicó un vídeo cocinando un arroz de pericana. María José Catalá compartió cómo preparaba un roscón de Reyes y otros pasteles en navidad. Incluso Sandra Gómez compartió imágenes de los almuerzos de las Cofradías del Marítimo durante la Semana Santa. En período electoral, estas imágenes suelen ir acompañadas de medidas políticas para promocionar los comercios locales. Por lo que les permite no sólo conectar con sus posibles votantes, sino también aprovechar para anunciar medidas políticas».

Recibe toda la actualidad
Alicante Plaza

Recibe toda la actualidad de Alicante Plaza en tu correo