VALÈNCIA. El servicio de coches compartidos, un negocio conocido como carsharing, no ha encontrado acomodo todavía en la ciudad de València. Tras el proyecto piloto fallido del pasado mandato, impulsado por la compañía Cargreen de acuerdo con el Ayuntamiento, la falta de claridad sobre el modelo a implantar ha dejado en standby su desarrollo. Así, el consistorio busca un nuevo proyecto piloto que, ahora sí, pueda funcionar y sirva de objeto de estudio para organizar el desarrollo de esta actividad en el Cap i Casal.
La cuestión ha vuelto al debate municipal a raíz de una moción impulsada por el PSPV que pedía que el Ayuntamiento licitara un servicio de carsharing en la ciudad "para reducir la necesidad de la ciudadanía de tener coche en propiedad, liberando las calles de coches aparcados para recuperación de espacio público y mejorando las condiciones de aparcamiento de vecinos y vecinas". Una propuesta, suscrita por la edil socialista María Pérez, que no se labró el acuerdo del resto de partidos en la comisión municipal de Movilidad el pasado martes.
El gobierno municipal, para evitar votar dicha propuesta, planteó una alternativa donde acordaba "analizar la viabilidad de cualquier propuesta de carsharing para poder determinar los posibles requisitos y condiciones, así como la limitación del número de autorizaciones" a los operadores, y "promover desde el propio Ayuntamiento la búsqueda de alternativas de carsharing". Desde la concejalía de Movilidad, que dirige el edil del PP Jesús Carbonell, explican que se está a la espera de "que alguna empresa presente una propuesta después del fracaso del anterior gobierno" para, con ella sobre la mesa, poner en marcha de nuevo una "experiencia piloto para conocer las necesidades" de los usuarios en la ciudad.