ALICANTE. Así es, Remedios Uriarte y Coderch (1864-1918) fue emprendedora, mecenas, benefactora… Nació en la calle Teatinos (actual Barón de Finestrat) el 22 de diciembre de 1864, hija de Faustino Uriarte Sanz, de Navarra, y de Remedios Coderch Vallés, de Alicante.
En ese año sucedieron muchas cosas. Permita que sitúe este nacimiento en su época, con algunos de esos acontecimientos que entonces ocurrieron en España, y en Alicante. Vea. Este era uno de los últimos años del reinado de Isabel II. En Alicante, nos encontramos al frente del Gobierno Civil una sucesión de gerentes del orden público de nombre Francisco Rubio, Enrique de Cisneros y Jose Francés de Alaiza. Eran tiempos convulsos en los que conservar autoridad y cargo era tarea imposible.
En la Diputación Provincial se nombró a su Presidente por votación: Vicente Bernabeu, que fue el primero que no ostentó a la vez este con el cargo de Gobernador Civil. Por su parte, Tomás España Sotelo estaba al frente del Ayuntamiento de Alicante como su Alcalde. Es el año en el que se plantea el derribo del Baluarte de San Carlos, ante la oposición del Capitán General que argumentó al Gobernador Civil que de hacerlo el puerto de Alicante se quedaría desprotegido ante ataques enemigos. Aunque demoró la decisión, ese derribo se culminó para desarrollar la ciudad urbanísticamente por ese lado.
También 1864 es el año en el que se hizo el enverjado de la plaza de Isabel II (actual plaza Gabriel Miró). A su vez, el 5 de febrero de 1864 se publicó una Real Orden en el que se autorizaba a Domingo Gallego Álvarez, Carlos Moreu y Lucio Verdier (Marqués de Verdier) para que realizasen los estudios oportunos para que - en tres años - desarrollar un ferrocarril entre Alicante y Murcia pasando por Orihuela. Ya ve que había iniciativas para todos los gustos.
Pero permita que vuelta con Remedios Uriarte y sus circunstancias. Su padre se instaló en Alicante para emprender y fue cautivado por su clima, su luz, la hospitalidad de sus gentes y los ojos de quien sería su mujer. Quedó prendado, se enamoró, casó y desarrollo su negocio en la capital alicantina.
Con mucha personalidad y una actitud positiva desde su infancia, Remedios Uriarte ya apuntaba maneras para emprender su gran provenir. Aunque le duró poco. Inquieta en conocer nuevos horizontes heredó de su padre sus afanes empresariales liderando un equipo de empleados a los que les contagiaba su ímpetu y actitud positiva en hacer bien las cosas.
Se casó con el comerciante José Torras Herp con quien tuvo 4 hijos. Al quedarse viuda en 1902, casó con Julio Sellés Charques tres años después. Trabajó en el almacén de drogas, coloniales y paquetería “La Navarra”, propiedad de su padre. Instalada en la calle Teatinos, posteriormente se trasladaron a la calle San Francisco. Pero la inquietud empresarial de Remedios no tenía límites, quería más, y después del fallecimiento de su primer marido administró una fábrica de pastas para sopas ubicada en el barrio de San Blas. Le puso, también, el nombre de “La Navarra”.
Entre sus obras filantrópicas está la colaboración con el Orfeón Alicante. Este se constituyó el 15 de septiembre de 1901, aprobado por el Gobierno Civil el 17 de octubre del mismo año. Sus artífices fueron el músico Vicente Poveda y el médico Antonio Rico Cabot (Dr. Rico). El Orfeón debutó el 9 de enero de 1902 en el Teatro Principal alicantino en el que se estrenó el Himno de Alicante, escrito en alicantino (dialecto del valenciano), por José Mariano Milego y Francisco Martínez Yagües, con música del pianista Juan Latorre. También se estrenó ese día La Marsellesa cantada en español. El Orfeón tenía entonces 22 tenores primeros, 23 tenores segundos, 19 barítonos primeros, 28 segundos y 28 bajos.
Tras un incendio en el local donde ensayaba el Orfeón, Remedios les dejó otro en la calle Gerona junto a la “bombonera alicantina”, pequeño teatro llamado Calderón de la Barca. Actualmente inexistente, en el mismo solar se construyó el Instituto Nacional de Previsión, actual edifico de Especialidades de la Seguridad Social. Remedios también cedió terrenos al Ayuntamiento para el desarrollo urbanístico de la ciudad.
Remedios Uriarte falleció - demasiado pronto - a los 54 años por una neumonía. Había tenido una vida plena. Si esta circunstancia enseña algo es ese dicho popular que dice que “no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy” porque no sabes lo que te depara el destino.
En 1956 el Orfeón Alicante hizo un homenaje póstumo en memoria de Remedios Uriarte ante sus hijos Luis y Faustino Torras Uriarte. Desde 1967 el Ayuntamiento de Alicante hace un reconocimiento a Remedios con la designación de una calle a su nombre en el barrio de Carolinas.
Por cierto, ¿sabe por qué se llama Carolinas a este barrio? Se lo cuento desde el principio. Tiene que ver con un archipiélago y con unas islas. Mire, los primeros europeos en conocer las islas Carolinas fueron los exploradores españoles Toribio Alonso de Salazar y Diego de Saavedra. Desde su barco descubrieron la isla de San Bartolomé (Taongui) el 22 de agosto de 1526. El 1 de enero de 1528 Álvaro de Saavedra tomó posesión de las islas Uluti en nombre del Rey de España. Fueron muchas las expediciones que se realizaron a las islas de este archipiélago por su importancia estratégica.
En 1686 fue Francisco de Lezcano quien las llamó Carolinas en honor de Carlos II Rey de España. Se preguntará ¿qué tiene que ver esto con el nombre del barrio?. Todo. Las primeras casas se construyen en el barrio del mismo nombre coincidieron con un conflicto diplomático entre España y Alemania. En 1885 estos reclamaron a España la propiedad del archipiélago de las islas Carolinas en el océano Pacífico. No se ponían de acuerdo con riesgo a que terminara en un conflicto internacional de envergadura. Incluso intervino el Papa León XIII, quien se puso de parte de la decisión española de manifestar como propia la soberanía de este archipiélago.
Cuando parecía que las aguas se habían calmado, España decidió vender este archipiélago a Alemania en 1898, después de la guerra hispanoamericana, por 25 millones de pesetas. Al observar este barrio desde el castillo San Fernando o el de Santa Bárbara se veía que las casas estaban dispersas y desperdigadas aquí y más allá como las islas o islotes de un archipiélago. Por una asociación de ideas, los vecinos del lugar fueron llamando Carolinas a este barrio y así se quedó el nombre. ¿Lo sabía? Una curiosidad más que conoce de Alicante.
Sobre el origen del nombre de las calles del barrio de las Carolinas Alfredo Campello escribió un interesante librito, aunque sin profundizar en los personajes, al estilo del que escribió el cronista provincial Vidal Tur hace muchos años sobre el nombre de las calles de la ciudad de Alicante.