ALICANTE. La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Alicante ha confirmado las condenas a dos años y tres meses de prisión por un delito continuado de robo con fuerza a un hombre que sustrajo hasta ocho colchones de un almacén de Alicante, así como de un año y ocho meses de prisión por un delito de receptación a otro que los vendió a bajo precio a través de Internet.
La Sala ratifica así la sentencia dictada en mayo de 2024 por el Juzgado de lo Penal número 4 de Alicante, que estableció esas penas pero absolvió a uno de los condenados de un delito de estafa del que también estaba acusado.
Los penados deberán hacer frente de forma conjunta a una indemnización de 1.785 euros que abonarán a la empresa propietaria de los colchones en concepto de responsabilidad de civil. Los hechos ocurrieron entre los meses de febrero y marzo de 2022 en el Polígono Las Atalayas de Alicante, en un almacén de la empresa perjudicada.
Según relata la sentencia, en la parte exterior del almacén pero dentro del recinto, que estaba protegido por un muro de dos metros, los empleados de la firma dejaban algunos colchones que no se iban a poner a la venta porque tenían taras o porque estaban en mal estado.
Uno de los ahora condenados aprovechó esta situación y acudió en diversas ocasiones al almacén para llevarse colchones con la intención de obtener ilícito beneficio patrimonial.
En ocasiones, el hombre saltaba el muro para acceder al recinto y otras veces aprovechaba que la puerta estaba abierta para apoderarse de los colchones que estaban en buen estado y marcharse con ellos tras cargarlos en una furgoneta que tenía aparcada en la entrada. De este modo actuó en, al menos, ocho ocasiones. A continuación, el ladrón los vendía a un precio muy bajo al segundo condenado que, según la resolución judicial, conocía el origen ilícito de los mismos.
Este segundo acusado ofrecía a su vez los colchones en una plataforma web de compraventa de productos por un precio reducido en comparación con el precio de venta en tienda y concertaba citas con los clientes interesados en un local de Alicante.
En marzo de 2022, el vendedor concertó una cita con un cliente supuestamente interesado en adquirir uno de los colchones a bajo precio que era realmente un detective privado contratado por la empresa fabricante.
Ese detective constató que el ejemplar que le vendía a través de la plataforma había sido robado días antes y se lo intentaban vender por 280 euros cuando en el valor del producto era de 840.
La defensa del condenado por el robo con fuerza recurrió la sentencia del juzgado de lo Penal y alegó, entre otros argumentos, la existencia del denominado "delito imposible", tras sostener que su representado no incurrió en ningún delito debido a que los colchones no le eran ajenos y estaban destinados al reciclaje por parte de la empresa.
Sin embargo, el Tribunal, de acuerdo con el criterio fijado en la sentencia inicial, descarta esta tesis y concluye que los efectos sustraídos "no eran de acceso libre sino que estaban en un recinto cerrado, de acceso prohibido y protegido", y que, pese a que iban a ser reciclados, "sí tenían un valor económico real pues tras el reciclaje de esos materiales iban a ser transformados para darles un nuevo uso".