En lo que va de año, el principal foco de atención de los mercados han sido las expectativas sobre los recortes de los tipos de interés en las principales economías, lo que a su vez ha determinado la evolución de otros indicadores clave para los ciudadanos, como por ejemplo el Euríbor, el índice de referencia para las hipotecas variables.
A principios de año los mercados asumieron que los tipos de interés se mantendrían altos durante más tiempo del previsto inicialmente. Esto hizo que el Euríbor, estrechamente ligado a las expectativas y evolución de los tipos de interés del Banco Central Europeo, rompiese en febrero con tres meses consecutivos de bajadas y cerrase el mes en el 3,671% de media, superando ligeramente el valor de enero. En marzo, el Euríbor anotó la segunda subida mensual consecutiva y cerró el mes en el 3,718%, su nivel más alto desde noviembre.
Desde entonces, sin embargo, se observó un cambio de tendencia y el Euríbor volvió a descender de forma gradual, a medida que los recortes de tipos por parte del BCE parecían cada vez más reales. En abril, el indicador cerró el mes en el 3,703%, lo que supuso una ligera bajada respecto al mes anterior. En mayo, el Euríbor registró otro ligero retroceso mensual, al cerrar el mes en el 3,68%. El indicador de referencia para las hipotecas volvió a traer buenas noticias para los hipotecados en junio, ya que retrocedió por tercer mes consecutivo, cerrando el mes en el 3,65% de media, debido al recorte de tipos llevado a cabo por el Banco Central Europeo en su reunión de junio. Es cierto que el movimiento de tipos del BCE era el esperado, pero desde que el banco central diera el pistoletazo de salida a su ciclo de flexibilización, el descenso del Euríbor ha sido continuo. De hecho, el Euríbor volvió a descender en julio, cerrando el mes en el 3,526% de media.
Hasta julio, el Euríbor mantuvo una tendencia bastante estable, y las caídas fueron bastante contenidas. Sin embargo, ahora esa estabilidad se ha roto y estamos viendo ya un descenso real en el indicador. De hecho, la caída del indicador en agosto fue muy significativa y la media del mes se situó en el 3,166%, registrando así su quinta caída mensual consecutiva. Además, la caída de agosto supuso la mayor caída intermensual desde octubre de 2022 y la mayor interanual desde marzo de 2013. Sin duda, esta fuerte bajada es una buena noticia tanto para el mercado hipotecario como para los ciudadanos que tienen contratada una hipoteca a tipo variable, que por fin verán como las cuotas de sus hipotecas bajan en la siguiente revisión.
En septiembre el Euríbor ha seguido descendiendo en su tasa diaria, cayendo por debajo del 3% por primera vez desde diciembre de 2022, ya que los mercados parecían haberse adelantado al recorte de tipos esperado en la reunión de septiembre del BCE. Tal y como se esperaba, el BCE recortó los tipos en 25 puntos básicos en su reunión de septiembre. Así, tras el nuevo recorte de 25 puntos básicos, el tipo de depósito de la eurozona se sitúa en el 3,5%.
Sin embargo, el banco central dio a entender a los mercados que es improbable que se produzca otro recorte de los tipos de interés en octubre, lo que, tal y como anticipamos, llevó a un ligero repunte del Euríbor en su tasa diaria en los días posteriores a la reunión, ya que antes de la reunión los mercados asignaban una posibilidad de un recorte de 25 puntos básicos en octubre.
Esta semana, todas las miradas estaban puestas en la reunión de septiembre de la Reserva Federal, en la que finalmente el banco central dio el pistoletazo de salida a su ciclo de flexibilización con un recorte jumbo de 50 puntos básicos. Esto ha permitido que el Euríbor vuelva a retomar sus descensos en su tasa diaria y ha llevado la media de septiembre a situarse en el 3%. Un gran recorte de tipos, en teoría, debería presionar a la deuda mundial y sus intereses a la baja. En este escenario, el Euríbor podría ver cómo acelera las bajadas, que lleva experimentando durante gran parte de septiembre, ya que el Euríbor responde al interés que aplican los bancos en sus operaciones para financiarse entre ellos, un tipo también sometido a las presiones del mercado.
De cara al futuro, los comunicados del BCE de la reunión de septiembre fueron coherentes con nuestra opinión de que el BCE mantendrá por ahora los recortes trimestrales, y que el próximo no se producirá hasta diciembre. Aunque las perspectivas de crecimiento a corto plazo han empeorado, la prioridad sigue siendo la lucha contra la inflación, que claramente aún no se ha ganado. La probabilidad de que el ritmo de los recortes del BCE sea gradual podría llevar a también a un ligero repunte del Euríbor. Por todo ello, aunque la incertidumbre sobre dónde se situará el indicador a finales de año es elevada, mantenemos nuestras previsiones de que el Euríbor se situará en torno al 3% a finales de 2024.