Una victoria sin alas

Antonio Guerra, nada que ver en lo familiar, con ese socialista de pro, y militante anti amnistía, que es Alfonso Guerra, aunque ambos pertenezcan al PSOE, escribió hace décadas “La Victoria sin Alas, Diario de la transición”; reutilizando la frase que acuñó Jose Antonio Primo de Rivera, ante la corta victoria de la CEDA, Confederación Española de Derechas Autónomas de José María Gil Robles, seguida muy de cerca por el partido de centro de Alejandro Lerroux, en diciembre de 1933, como una victoria sin alas; y esto es lo que en parte le ha ocurrido, últimamente, a más de un candidato de la derecha.

Porque algunos vencedores de elecciones por el mundo últimamente, parecen que han obtenido una victoria pírrica, unos parecen que les está costando mucho conseguir los apoyos parlamentarios para ser nombrado primer ministro, como al holandés Geert Wilders, con su Partido de la Libertad, que ha recibido, por el momento, el rechazo del Partido Popular por la Libertad y la Democracia de Dilan Yeşilgöz-Zegerius y del Partido Nuevo Contrato Social de Pieter Omtzigt. Y es que las negociaciones para conformar gobierno han empezado con mal pie para Wilders, porque su emisario, el senador Gom van Strien, ha dimitido por un posible caso de corrupción económica, ya ven la naturaleza humana y sus debilidades alcanzan a todas las ideologías, como es lógico.

Seguiremos atentos a  Wilders por si alcanza el gobierno, pues nos puede afectar de pleno. Los Países Bajos, recordemos, son la quinta Economia de la UE, justo después de España, aunque con casi el doble de nuestro PIB per capita, con un porcentaje de deuda pública menor que la de España (menos de la mitad de la nuestra) y muy por debajo del 60% exigido por las reglas fiscales europeas, que vuelven a aplicarse en el 2024 tras el paréntesis pandémico, además presentó un déficit de las Administraciones Públicas de un 0,10% en 2022, frente a los 4,73% de España. Y son estos últimos datos los que nos pueden complicar el futuro próximo, sobre todo para un gobierno ávido de Fondos europeos, pues recibir financiación para satisfacer y sostener nuestra endeudada economía es un mantra de nuestro particular establishment, y claro los países cumplidores en las obligaciones de estabilidad presupuestaria y suficiencia financiera, y dentro de ellos las posiciones más liberales (caso de Wilders), exigen que todos los socios de la UE cumplan con los objetivos del Pacto de Estabilidad y Crecimiento europeo, con las consiguientes medidas económicas reprensivas para los incumplidores, cosa que nos afectaría directamente.

Otro caso de victoria sin alas, aunque en esta ocasión, si que ha alcanzado el poder, es el del porteño Javier Milei, presidente electo de la República Argentina. Las elecciones argentinas en dos vueltas se asemejan a las españolas de la siguiente forma, las autonómicas y locales serían la 1ª y las generales la 2ª, y la semejanza es en cuanto el efecto pendular y de movilización del electorado, la victoria de la fuerza política A en la  primera vuelta, a logrado la movilización y el efecto pendular para que en la segunda vuelta ganase el partido B cuya idea fuerza era impedir que A llegase al poder, acción y reacción (tercera ley de Newton aplicada a la política). Una de las grandes diferencias ente las dos elecciones, es que el efecto se ha conseguido de forma bastante espontánea en el caso argentino, y en el caso español ha sido una estrategia perfectamente diseñada, el partido del gobierno había diseñado un plan b, para el caso que perdiera las autonómicas y locales (cosa que era bastante lógico por el evidente descontento), los españoles castigaban al gobierno de la nación en las primeras elecciones, en este caso sobre los cargos de ámbito territorial, para después, con un control perfecto de los tiempos y la narrativa (con trampa incluida), convocar por adelantado las generales, con un único lema evitar que la oposición repitiera la victoria esta vez a nivel general, cosa que finalmente lo consiguió, pues el PP tuvo una victoria sin alas, dado que no tuvo capacidad o no quiso formar gobierno, de nuevo con VOX, su socio en autonómicas y locales.

Y matizo el triunfo del libertario Milei, como una victoria sin alas, aunque haya sacado más de 11 puntos porcentuales a su oponente, el oficialista y peronista Sergio Massa, en olor de multitudes, por los medios humanos con que cuenta para aplicar su programa vencedor, que según él mismo durará varias décadas, tanto desde el punto de vista político como de gestión, ademas del seguro entorno hostil.

Desde la perspectiva política, Milei cuenta con pocos mimbres para respaldar su proyecto libertario, pues su recién creado movimiento tiene pocos representantes politicos, menos de 40 diputados de un total de 257, y 7 senadores de un total de 72, por lo que inevitablemente tendrá que negociar (lo lógico es que ya lo haya hecho, que seguro) con Mauricio Macri, con el que ya se reunió y negocio para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, y habrán diseñado las líneas de acción estratégica a desarrollar.

Y por supuesto, desde el punto de vista de la gestión, también, parece que tiene falta de profesionales de la gestión pública entre los cuadros del partido o entre sus simpatizantes, dado lo bisoño de su formación política. Por lo que navegará en la lógica crisis de adolescencia, o que se quiere ser de mayor, cosa que aqui no pudo superar Podemos. En este sentido también inevitablemente Milei, tendrá que contar con Macri, por lo que conformarán un peculiar binomio de combate político, que debe de estar perfectamente sincronizado, cual pareja de baile, por todo lo que se les puede venir encima, y no sólo por el peronismo, y el Foro de Sau Paulo, que se quedo mudo por la victoria de Milei de tal modo que en su web a fecha 01/12/2023 sólo tiene recogido (con fecha 24/10/2023) que Massa (intitulado democracia, reflejo de su totalitarismo) pasaba a la segunda vuelta.

Milei, ademas del enemigo interior (desde argentina e iberoamericano como ya he citado), va a tener en frente a numerosos enemigos exteriores, dado su posicionamiento pro Occidental (de hecho este martes pasado hizo una visita relámpago a los USA) y ha marcado como una de sus prioridades (junto a los USA) a Israel, por supuesto con la oposición del bloque euroasiático de Rusia-China, con el que Argentina tiene importantes acuerdos comerciales, sobre todo con el dictador comunista Xi Jinping, como las inversiones en la Presa de Santa Cruz, una planta fertilizante y una central térmica en Tierra de Fuego, entre otras, además de venderle cebada, soja y carne bovina, por no hablar de la Estación de Espacio Lejano en la provincia argentina de Neuquén, donde funcionarios chinos (más bien militares) trabajan para una división de la Fuerza de Apoyo Estratégico del Ejército Popular de Liberación en el lanzamiento de satélites de China y control de seguimiento general en el espacio, justamente cuando la carrera espacial entre potencias vuelve a estar sobre el tablero de la Geopolítica.

Y por si todo ello no fuera suficiente, Milei se enfrentará también con esas fuerzas económicas occidentales de las grandes corporaciones, que gustan de las fuerzas políticas de centro derecha globalistas que priorizan las cuentas de resultados y son entusiastas con la Agenda 2030, frente a las fuerzas de derechas nacionales que fijan la prioridad de sus discursos y su narrativa en sus países y ciudadanos, el ejemplo claro fue el “American first” de Donald Trump; ya ven que lo tiene complicado.

Por cierto uno de los grandes “globalizadores” en el sentido académico de sus estudios y de la acción política que desempeñó hasta sus últimos momentos, Henry Kissinger, nos acaba de dejar a los 100 años de edad, para pasar a la vida eterna (profesaba el judaísmo); un personaje histórico (aunque se polémico) a la altura de Charles-Maurice de Talleyrand, o Klemens von Metternich, u Otto von Bismarck, sobre los que escribió y estudió por cierto, de los dos primeros en su Tesis doctoral en 1957, y del último en su libro de 1994 Diplomacia; descanse en paz.