ALICANTE. Ha sido una semana intensa: ha acabado de una manera que casi no recordamos que pasó al principio. Pero la inmediatez del momento lo hace todo pasajero. En una semana hemos visto un adelanto electoral; la confección de muchas candidaturas, el forcejeo empresarial por una silla (y quién sabe si por una influencia futura); la exhibición del feminismo y la visita de Pablo Casado, y su idilio con Elche, cuyo candidato a la Alcaldía, Pablo Ruz, es la única persona que genera consenso de todos por parte del PPCV.
El lunes fue un día histórico, cuyas consecuencias y objetivos están por ver. Ximo quería pasar a la historia por apretar el botón nuclear. Y lo ha hecho, pero quizás detrás de su decisión más que partidismo hay tacticismo: adelantar las elecciones, hacerlas coincidir con las generales, supone mantener viva la llama de Podemos, el eslabón necesario del Botànic por seguir al frente del Gobierno valenciano. Un mal resultado de los de Podemos puede echar todo por la borda para la izquierda, que sólo coincide en una cosa con el PP: Vox también puede llegar deshinchado, aunque más en las municipales. Pero tanto una cosa como la otra está ver. La suerte está echada. Con el paso del tiempo veremos las sensaciones de cada uno. El problema será después del 28-A: qué perdedor -porque alguno/a habrá- es capaz de levantar la moral de los alcaldes y concejales.
Los socialistas ya tienen candidatos, y listas. Se ha consumado el gran temor sanchista: Ángel Franco encabeza la lista al Senado. Ver para creer. Volvemos a los años 90. El veterano dirigente socialista se ha cobrado todo el trabajo de llevar a Francesc Sanguino en volandas a la cabeza de la lista de Alicante y, además, ha hecho la lista. Pocos gestos ha concedido: dejar a Izquierda Socialista en el número 12 e integrar a los hombres de Javier Fernández, que en 2014, quisieron rivalizar con Echávarri. En la mayoría de los sitios ha habido integración, con dificultades, pero todavía sin cerrar en Torrevieja, La Vila y en El Campello. En Alicante, Sanguino (y Franco) no querían ninguna huella del tripartito del pasado.
El sanchismo caviar se siente traicionado: no sólo vuelve Franco sino que se le atribuye a Soler que sólo ha colocado a los suyos, y ha dejado a muchos en la estacada, y lo mismo piensan de Ábalos, que su (nueva) amistad con Ximo Puig ha consumado el biscotto.
Revuelo de nuevo entre los empresarios. Cuando parecía indicar que la CEV era el establishment, incluso el de Alicante, y que lo de Uepal iba camino de convertirse en los vestigios de Coepa y la añoranza del pasado, resulta que la vacante que deja Rosana Perán en la Cámara de Comercio va camino de convertise en otro episodio del pasado. Pero, ¿de verdad es la pugna de una silla? ¿es un choque entre CEV y Uepal para medir su fuerza ante una hipotética fusión (por absorción)? En la Cámara de Alicante nunca se da punta sin hilo. Si alguien lanzó el debate por algo sería.
Es viernes y nos hemos olvidado del adelanto electoral, y de las listas del PSOE. Ciudadanos también cierra la suyas con unas primarias pírricas. Pero el viernes, el 8M vuelve a dar una lección de movilización trasversal: la exhibición de fuerza es mayor que la del año pasado, y eso da a entender que las mejoras llegan en cuentagotas y que existe una amenaza real de regresión en el consenso y en las políticas de discriminación positiva hacia la mujer para conseguir una igualdad real. El reposicionamiento de algunos partidos (con las alianzas en Andalucía) puede ser clave en el voto del centro. Y lo que no se entiende es que Ciudadanos regale todo ese flanco a la izquierda. Sólo la concejala de Elche, Eva Crisol, se dejó ver en una manifestación. Del resto de (cargos destacados) nos sabemos, o no supimos.
El líder del PP ha elegido Elche para llevar un acto singular e importante en su campaña: una cena con 660 mujeres. ¿Por qué Elche? Hay varias razones: además de ser la ciudad de su mujer, y de sus suegros, en Elche es posiblemente la única ciudad de la Comunitat Valenciana en la que su candidato tenga el consenso de todos los sectores del PP surgidos a raíz de las primarias. Todos quieren que Pablo Ruz sea alcalde, y Ruz es estos momentos, al dirigente que todas llaman para que medie para que diputados y senadores puedan repetir en las listas. Pero se espera una renovación total en las candidaturas del Congreso y del Senado. No por Pablo Ruz, sino por Casado quiere gente de confianza en una mandato que se avecina clave.
Esto fue el viernes por la noche. El lunes se aprobó el primer adelanto electoral de la Comunitat Valenciana. Ha pasado todo en una semana, pero parece que se haya cumplido un siglo. Disfruten, que lo que pueda pasar será un suspiro.