butaca 51 / OPINIÓN

Un sueño del que hay que aprender

Foto: EFE
23/12/2016 - 

ALICANTE. Han pasado 24 horas desde que acabó el partido de vuelta en el Camp Nou, y ahora en frío ya me atrevo a escribir. Y si desde este misma 'Butaca 51' hace varias semanas surgía un símil del 1-1 en la ida con la calabaza que se convierte en carroza por una noche, lo primero que se me pasó por la cabeza mientras decenas de 'culés' italianos y japoneses que me rodeaban en el Camp Nou coreaban uno tras otro el capazo de goles que nos estaban cayendo, es que volvíamos a la cruda realidad. Y esa realidad se llama Gavà, Saguntino, Ebro o Eldense. Era, haciendo de nuevo un símil, como un sueño, que creemos que es la realidad porque estamos soñando, hasta que de repente a las 7:00 suena el despertador. Y nos damos cuenta de que era un sueño mientras lo apagamos, aún descolocados, y nos levantamos para ir a currar, y peor aún, con una gran resaca de la fiesta de la noche anterior.

¿Quién no ha sido capaz de recordar alguna vez, tras despertar, lo mejor del sueño? Seguro que podemos contar por cientos los 'selfies' y videos de herculanos que conforme se asomaban al vomitorio del Camp Nou quedaban maravillados de ver con sus propios ojos el mayor campo de fútbol de Europa y tercero del mundo, o simplemente contemplaban los exteriores del impresionante estadio, o bien visitaban la Sagrada Familia con su camiseta y su bufanda herculanas, cargados de bendita ilusión. En lo más alto del Camp Nou ondeaba la bandera del Hércules, y sonaban los nombres de los nuestros por megafonía mientras a más de uno se le ponían los pelos de punta. Y el balón empezaba a rodar, estábamos aguantando el 0-0 con muchísima dignidad, creando incluso alguna tímida ocasión, y la ilusión continuó hasta que llegó el minuto 36. A partir de entonces, poco a poco se fue apagando hasta convertirse en resignación y tristeza para algunos y en bochorno y cabreo para otros.

Vamos a buscar excusas, pienso que la mayoría justificadas: La abismal diferencia de presupuesto entre ambos clubes (relación 350 a 1 en la temporada actual), absolutamente nada que ver con el Hércules de primera que ganó al Barça en Liga en las temporadas 96/97 y la 10/11, o incluso con el de segunda A que se enfrentó en Copa en la 95/96. O las estadísticas de resultados coperos en los partidos de vuelta para los de primera cuando les toca jugar contra uno de los "Guijuelo y compañía". O que también le cayó un 7-0 al Valencia en el Camp Nou en Copa del Rey el pasado 3 de Febrero. Ah, otra más, que al Barça le cayó un 7-0 (4 en Munich y 3 en Barcelona) en Champions contra el Bayern en 2013. Y respecto al partido en sí, el 1-0 en fuera de juego, que de no haber subido al marcador podía haber cambiado el rumbo del encuentro. No se me ocurren más excusas de autoconsolación, ni me apetece seguir pensando. Quiero pasar página y hablar sólo de la Liga a partir de ahora.

Sin embargo, sería irresponsable conformarnos con las excusas y no hacer autocrítica del 7-0 en el Camp Nou, ya que de este sueño que ya ha acabado también hay algo que aprender. Y a pesar de que el Barça, contra quien hemos jugado un partido de guante blanco (qué poquitas faltas hemos hecho, ¿no? ¿no será falta de intensidad?), no es un indicador válido para el juego de los rivales con los que nos enfrentamos y enfrentaremos en liga y play-off, me preocupa y mucho la "gestión de la resaca". Sr. Tevenet, confío plenamente en Ud. como psicólogo para levantarle la moral a la tropa, que ahora mismo no está por los suelos sino por las catacumbas, por mucho que nos vendan lo contrario, y que la goleada del Camp Nou no nos pase factura. Confío también en el trabajo de la Secretaría Técnica para incorporar algún fichaje del mercado de invierno que pueda convertir al Hércules en el primer clasificado del grupo, con muchísimas más opciones de ascenso que si finaliza la liga regular como segundo, tercero o cuarto.

Pero hay algo más que no se nos debe olvidar (el partido contra el Barça ha captado durante las últimas semanas la centralidad informativa), y es la muy probable desestimación por parte del Tribunal General de la Unión Europea de la solicitud de suspensión cautelar de la obligación de pagar la multa de 6,9 millones de euros (con Bruselas no se juega), y el necesario trabajo en el Área Jurídica. Me temo que el despertar del sueño de la eliminatoria se va a hacer muy duro, y conformarnos con las excusas sin ver más allá sería imperdonable. 

¡Felices Fiestas y Macho Hércules!

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