ALICANTE. El Pedro Ferrándiz acogió un nuevo partido con tintes de exhibición del HLA Alicante, en el cual los de Pedro Rivero superaron a Aquimisa Laboratorio Queso Zamorano por 90-65, firmando un espectacular segundo cuarto que les catapultó a la victoria, con labor destacada de Cheick Conde, y notable actuación de Ortega y Toledo. Los alicantinos tendrán que esperar a lo que haga Villarrobledo a falta de cuatro jornadas, pero con el final cerca, siguen metiendo presión en el duelo por la primera plaza.
El HLA Alicante arrancó el partido con una alta intensidad defensiva que propició el primer robo del encuentro a los pocos segundos, con Nacho Díaz recuperando un balón con el que Conde abriría la lata. Le costó reaccionar a Zamora, pero cuando lo hizo entró con Lucentum en un toma y daca que les llevó a enlazar varias jugadas en las que vimos una gran elaboración ofensiva por parte de ambos conjuntos.
Con el paso de los minutos se fue acelerando el ritmo del encuentro, con Nacho Díaz de nuevo como protagonista enlazando dos canastas prácticamente consecutivas, y con Pitts apareciendo para firmar una de sus ya clásicas bombas. Tras un triple de Arriaga que mantenía cerca en el marcador a los zamoranos, Conde y Toledo tomaron las riendas del equipo para firmar una primera ventaja de +6 a la finalización del primer cuarto.
Los alicantinos firmaron un primer diferencial de dos dígitos gracias a una canasta de Devin Schmidt, minuto y medio transcurrido el cuarto, y un pase de Garrido a Galán que rompió la defensa castellana, con tiempo muerto de Saulo Hernández como consecuencia. Walter Cabral intentó contentar a su coach con un triple a la salida del impás, pero Carlos Toledo contestó desde el exterior para tapar la reacción visitante.
El segundo cuarto emuló la climatología del Viernes Santo en Alicante, con una lluvia de puntos que seguía haciendo engordar la ventaja de los de Pedro Rivero. Con cinco minutos por jugar, los alicantinos acumulaban una renta de +13 que fueron gestionando a pesar de la resistencia de Zamora. La defensa de Sidibe fue fundamental en los instantes previos al descanso, con un triple de Schmidt que hizo llevar la diferencia al +18 llegado el intermedio.
La segunda parte la comenzó Cheick Conde de igual manera que la primera, anotando para llevar a su equipo a un +20 al que sumó un punto más de ventaja Toledo desde el triple. Rivero inculcó en el paso por vestuarios algo más de intensidad defensiva a los suyos, desembocando en un festival de tapones, algo que hizo mella a un Zamora que seguía sin encontrar el rumbo, con mucho por remontar y con cada vez menos tiempo para lograr el milagro.
A falta de menos de cinco minutos para arrancar el último cuarto, la victoria local parecía ya casi asegurada. Varios minutos de inspiración locales, con Pitts y Sidibe a un nivel estratosférico, levantaron a una grada enfervorizada con los suyos, con un triple de Conde incluido, que sorprendió a propios y extraños. Otro triple, ésta vez de Chumi, hizo llegar el diferencial alicantino al +30 por primera vez en el duelo, dejando la oportunidad a los alicantinos de ir gestionando el resto del encuentro con mayor tranquilidad.
Rivero dio minutos a un Kingsley Sam que volvía tras varias semanas, y que se dejó ver con acierto desde el exterior. El último cuarto fue de mero trámite tanto para alicantinos como para zamoranos, que ya pensaban en el regreso hacia tierras castellanas al que ya llegarían el Sábado de Gloria. Rivero aprovechó para dar minutos a Kingseley, además de gestionar la rotación para dar descansos, habida cuenta de los viajes y compromisos que deberá afrontar el cuadro lucentino en las próximas semanas. Eso sí, el técnico lucentino hubo de parar a los suyos con menos de cinco minutos por jugar por el bajón de intensidad en los instantes finales.
Con la victoria, el HLA Alicante sigue metiendo presión a un Villarrobledo obligado a ganar una jornada más. Los alicantinos tendrán tres partidos por delante para seguir aspirando a un ascenso directo que atesoran en estos momentos, visitando la próxima semana la cancha de Iraurgi, penúltimo y con nada en juego, pisando el Ferrándiz por última vez ante un Navarra en lucha por la Final Four, y cerrando el curso a domicilio ante un Marín en la misma situación que los forales.
