Así fue. Un joven poeta, gobernador civil de Alicante. Ya sé que esta frase engaña, sin querer dar a entender que no fuera capaz para ese cargo, que lo fue, y mucho.
Miré lo que se decía de él: “Jamás sus adversarios políticos hallaron en su gestión - honrada y prudente - motivo para zaherirle ni molestarle. Fue el único español que después de figurar en política más de 50 años consecutivos, no conoció enemigo personal”, así lo define el periodista Fernando Gil en su libro “Alicante Siempre”. Y añade que “era amigo leal, caballero cumplidor, bonachón y decidor, agudo y benévolo con los defectos ajenos; ni conoció el egoísmo, ni le desvaneció jamás la popularidad algo más que ruidosa que sus obras le valieron”. Con estos datos, ya impresiona el personaje, ¿a qué sí?
A ver cómo resumo su legado. No es tarea fácil. El protagonista de esta crónica es Ramón de Campoamor. Nació en Navia (Asturias) el 24 de septiembre de 1817. Estudió Latinidad, Filosofía, además de Lógica y Matemáticas. También ingresó en la carrera de Medicina, pero se la dejó porque ya le dedicaba mucho tiempo a la poesía consiguiendo unos resultados muy positivos. Con 20 años publica sus primeros versos, del género romántico, influenciado por Byron o Víctor Hugo.
Deje que le cite la evolución de su fulminante carrera en diversos ámbitos personales, culturales y políticos. Con 23 años publicó su primer libro titulado “Ternezas y flores”; con 28 años inicia sus composiciones líricas con “Doloras”; a los 29 lo nombraron auxiliar del Consejo Real, nada menos; con 31 años recibe el nombramiento de Gobernador Civil de Alicante (también lo fue de Castellón y de Valencia en momentos diferentes); … Como cuentan algunos marinos, tuvo una novia en cada puerto, en cada una de las ciudades donde ejerció de Gobernador, manteniendo relaciones con todas ellas a la vez. Un Don Juan. También un fresco, ¿no le parece? Tenía que madurar, y decidirse por una de ellas. La de Castellón era muy guapa, con ojos y pelo negro; la de Valencia, de brillante posición económica; la de Alicante, de cabello rubio, ojos azules, espléndida figura y porte aristocrático, según cuenta Gil Sánchez, oriunda de Irlanda y alicantina de adopción. ¿Sabe cuál fue su decisión? El mismo se respondía. La primera era la que más le gustaba, la segunda era la que más le convenía y la tercera era a la que más quería. Se decidió por esta última, la “alicantina” Guillermina O'Gorman, con quien se casó con 32 años en la ermita de la Finca Abril.
Sigo con su recorrido profesional. Una de las primeras cosas que hizo como Gobernador de Alicante fue ordenar la limpieza de los pueblos de la provincia, instando a sus alcaldes el revoco y blanqueo de las fachadas de sus casas, salvo iglesias y edificios públicos. Puso fecha para que estuviera hecho: el 15 de diciembre de ese año. No quería que su medida cayera en saco roto, o en el baúl de los recuerdos, por no hacer nada. Era exigente consigo mismo, también con sus subordinados, no iba a dejar nada al azar.
Con 34 años cesa como gobernador; a los 40 es diputado en Cortes por la provincia de Alicante; con 44 años ingresa en la Real Academia de la Lengua; también ejerció de periodista en varios medios, de dramaturgo y de escribir zarzuelas, además de ser presidente de la Diputación Provincial de Alicante (1848-51); … Fue senador del Reino; miembro del partido moderado, después del monárquico conservador.
En Alicante es también recordado por su lucha contra el cólera, así como por el Paseo que lleva su nombre. Fue así por su empeño, incluso compró fincas colindantes para hacerlo más grande. Después de la explanación del terreno, la obra quedó terminada en 1850 con el nombre de Paseo de la Alameda. El nombre actual se puso después, en 1917, en el centenario de su nacimiento. Celebraban también que fue el primer gobernador civil de Alicante. La entrada a este paseo tenía una portada clásica. Hoy no queda casi nada de aquello, salvo el nombre y la explanación pavimentada con bancos y árboles, situados frente al Auditorio provincial. Aunque el barrio colindante también se llama Campoamor.
Tuvo fama como poeta, admirado por Emilia Pardo Bazán, Rubén Darío, Bécquer, los hermanos Machado… Venga, vamos a ver lo que decían de él compañeros de letras. Mire. Clarín lo definió como “uno de los poetas más interesantes del siglo XIX”. Por su parte, Ángel Valbuena Prat dijo que fue “el eco, en verso, de toda una sociedad” mientras que Alonso Pueyo manifestó que “sus poemas se adueñaron del gusto de una época post-romántica. Sus versos aceptan y reflejan benévola e irónicamente la realidad social, son humanísimos, y por eso quiere escribir como todos piensan y sienten”. Ya ve, tenía buena crítica y muchos seguidores que le dieron fama y placer, que a nadie le disgusta el aplauso sincero.
La mayor parte de su obra poética la escribió en Alicante, en una casa solariega de la huerta de San Juan, muy cerca de la capital alicantina. A esta finca le pusieron el nombre de O'Gorman. Ya sabe por qué. El nombre de su musa, de su mujer, con quien se inspiraba muchas noches de luna y plasmaba en sus versos. La casa tenía dos plantas. Por la parte central del piso superior se accedía a una especie de torre con tejado a dos aguas a través de una escalera de caracol. Este rincón de la casa era el estudio de Campoamor donde se retiraba a escribir. En esta finca el gobernador encontró el sosiego necesario después de sus ajetreadas jornadas laborales.
Falleció en Madrid el 12 de febrero de 1901 después de una vida plena y llena de multitud de acontecimientos sociales y políticos.
En agradecimiento de tantas cosas, Ramón de Campoamor fue nombrado Hijo Adoptivo de Alicante según acuerdo del pleno del Ayuntamiento.