ELCHE (EFE).- El Elche CF culminó con el descenso a Segunda División B, tras dieciocho campañas seguidas en el fútbol profesional, con un campeonato irregular en el que sufrió un desplome sin precedentes en el último tercio de la Liga, que le llevó de la zona media a la cola de la tabla.
El conjunto ilicitano, diseñado para pelear por el ascenso, solo ha sumado un punto de los últimos veintisiete tras un año de inestabilidad, cambios e irregularidad y aunque hasta abril pensó en la promoción de ascenso, desde entonces bajó su pulso competitivo y se dejó llevar hasta consumar la debacle.
La temporada ya comenzó con sorpresas, ya que Rubén Baraja, técnico de la pasada temporada, renunció a seguir en el club, al igual que Lucas Alcaraz, quien ni siquiera llegó a ser presentado tras la salida de Ramón Planes, director deportivo que abandonó el club al no ver garantizada su independencia en la parcela deportiva.
El consejo contrató a José Luis Molina como director deportivo, quien confió en Alberto Toril como entrenador. El cuerpo técnico diseñó una plantilla con una mezcla de juventud y veteranía, apuntalada por jugadores con un gran calado en la afición, como Sergio Pelegrín, Edu Albacar y, sobre todo, Juan Francisco Martínez 'Nino'.
El Elche apostó por una forma de juego atractiva, aunque desde el inicio descubrió una preocupante debilidad defensiva que le llevó durante varias jornadas a ser el equipo más goleado de la categoría.
Partidos como el del Nàstic (4-4) reflejaban la irregularidad en el juego del equipo, capaz de firmar triunfos de prestigio en Zaragoza (1-3) o Huesca (0-3) o descalabros en el Martínez Valero como los sufridos ante Lugo (0-3) o Zaragoza (0-3) y Numancia (1-3).
También las lesiones pasaron factura al equipo, que perdió en las primeras jornadas a sus dos centrocampistas titulares, Javier Matilla y Armando Sosa 'Mandi', víctimas de graves dolencias en la rodilla.
El equipo, incapaz de enlazar dos victorias seguidas que le engancharan a la zona de promoción, se reforzó en el mercado de invierno con jugadores como Borja Valle, procedente del Deportivo de La Coruña y Fabián Ruiz, del Betis, además de la llegada de jugadores de prestigio como Andrés Túñez y Dominique Malonga.
Sin embargo, no mejoró sus prestaciones y mantuvo un comportamiento irregular que le descabalgó del ascenso directo en las primeras jornadas del campeonato y lo mantuvo alejado entre cinco y seis puntos de la promoción.
Ante el Sevilla Atlético (3-2) el Elche dio su último coletazo antes de entrar en barrera y perder de forma consecutiva seis partidos, el peor récord de siempre en la historia de la entidad.
Tres de esas derrotas le costaron el cargo a Toril, relevado por Vicente Parras, técnico del filial, pero el equipo ya había entrado en barrena y, además de seguir sin sellar su portería, había perdido potencia de fuego en ataque y sufrido una plaga de lesiones.
Parras afrontó los dos primeros partidos ante el penúltimo, Mallorca, y el último, Mirandés, y en ambos el Elche perdió con un gol en el tiempo de descuento. El equipo quedó hundido anímicamente y entró en zona de descenso, de la que ya no supo salir, consumando un fracaso histórico.