ALICANTE. Gabriel Echávarri ha logrado este jueves reunir en el hotel Meliá a centenares de personas para dar los detalles del plan Alicante. Ha convertido el plan de peatonalización de la Explanada en una afrenta personal y si necesitaba un acto para hacer pedagogía de los renglones torcidos de este proyecto, pues ya lo tiene. Otra cosa es que lo haya conseguido. Y si quería hacer un pequeño acto de fuerza para subir la moral de la tropa socialista, pues también lo tiene. Sin sus socios de Gobierno, como ya estaba previsto: ni Compromís ni Guanyar hicieron acto de presencia. Sólo se dejó ver Francesc Sanguino, director del Teatro Principal de Alicante, nombrado a propuesta de Guanyar. Eso sí, Gabriel Echávarri sí que ha logrado concitar la atención de los principales líderes empresariales (Ineca, Cámara, Fempa, Terciario Avanzado, etc), el rector de la Universidad de Alicante, Manuel Palomar, y representantes vecinales.
También ha tenido su respaldo institucional, eso sí, de cargos socialistas de Alicante, como el delegado de Presidencia, Esteban Vallejo, y las parlamentarias del PSPV Ana Barceló y Sandra Martín. Es más, el acto ha sido un reencuentro de veteranos militantes socialistas, todo ellos, de corte susanista, como Echávarri, tras su cambiazo. Entre ellos, Ángel Franco, Manuel de Barros o el ex secretario general de la agrupación, Juan Antonio Román. Todos ellos, con el resto de ediles del PSOE del equipo de gobierno.
Además de Perfecto Palacio, de Ineca; Juan Riera, de la Cámara; Guillermo Moreno, de FEMPA, hubo representación de los hoteleros de APHA, los hosteleros de Aphea, de la plataforma Unidos 8 de Marzo y el presidente de los constructores de obra pública, Fopa, Javier Verdú. Entre los profesionales, estaba el presidente del colegio del colegio de Abogados, Fernando Candela, el ex presidente del Puerto de Alicante, Miguel Campoy o el arquitecto Roberto Pérez Guerras; Tomás Moya y Javier Portillo, del Hércules; el publicista Ernesto Ortiz de Zárate, entre otros muchos.
La vida política municipal tiene sus paradojas: cuando gobernada Sonia Castedo, la patronal no se dejaba ver en sus actos. A Echávarri le han respaldado casi todos, menos Coepa, y claro está, sus socios, quienes han sido muy críticos con el proyecto: en cómo se ha gestionado y las diferentes filtraciones de los planos sin que supieran nada. Esto ha generado muchas críticas de Compromís y Guanyar, quienes consideran que existen otras prioridades para la ciudad, o en el caso de la peatonalización de la Explanada, obras más prioritarias como el fin de la vía parque