ALICANTE. Quien tuviera diez años a comienzos de los noventa y una madre suscrita al Círculo de Lectores, que te obligaba a elegir un libro de su catálogo cada mes o te enviaba la recomendación, probablemente haya leído e incluso tenga en su estantería esa joya de la literatura juvenil que es 'Todos los detectives se llaman Flanagan', escrito a cuatro manos por Jaume Ribera y Andreu Martín, y que dio lugar a una serie con su continuación 'No pidas sardina fuera de temporada'.
El protagonista del libro, que sueña con ser detective privado y ejerce como tal para familiares y amigos, elige el sobrenombre de Flanagan por la razón que indica el título. El director de cine (y series) de terror Mike Flanagan no tuvo que elegir el apellido, pues le venía de familia, pero también lo está situando como 'el' apellido del género a golpe de genialidad. Flanagan, que viene marcando el camino al terror en pantalla grande y chica desde 2016 (su ópera prima, Oculus, es de 2013, pero resulta muy inferior al resto de su obra, aunque la crítica la haya elevado a los altares a posteriori), acaba de saltar a Prime Video tras criarse en Netflix, donde ha firmado algunos de los mejores productos del género.
Su última creación para la plataforma de la gran N roja será 'La caída de la casa Usher', adaptación del cuento de Edgar Allan Poe, que debería estrenarse el próximo otoño. El rodaje finalizó a finales del año pasado y en el reparto destaca la presencia de Mark Hamill, durante años fagocitado por su personaje de Luke Skywalker y que con la madurez (y después de protagonizar el capítulo de Los Simpson en el que Homer se mete a guardaespaldas) ha demostrado que es actor, además de granjero de Tatooine. En cuanto a Prime Video, la llegada de Flanagan trae consigo una nueva serie sobre otra historia de Stephen King cuya primera adaptación al cine dejó mal sabor de boca, pese a Idris Elba y Mathew McConaughey, 'La torre oscura'. Veremos.
A la espera de poder ver sus nuevas creaciones para Netflix y Prime, la carrera del director que en unos años pondrá nombre a la profesión, como Kempes lo puso a los goles, Danone a los yogures o Flanagan a los detectives, tocó techo entre 2018 y 2019 con sus dos mejores creaciones hasta el momento, una para cine y otra para televisión: en 2018 Netflix, donde Flanagan ya había brillado con las películas 'Hush' (2016, protagonizada por su mujer y actriz fetiche, Kate Siegel) o 'El juego de Gerald' (2017, otra buena adaptación de míster King con Carla Gugino), incorporaba a su catálogo la que sigue siendo la obra cumbre del director: 'La maldición de Hill House'.
Una serie de ocho episodios que sigue las desventuras de la familia Crain tras pasar una temporada en una casa encantada. La serie, que alterna la narración del presente con la infancia de los cinco hermanos, ha sido analizada como una metáfora del duelo (cada uno de los hermanos sería una fase), y la casa como un 'cuerpo'. Pero lo cierto es que más allá de la habilidad de Flanagan para hablar de las personas a través de historias de monstruos y de una factura técnica impecable, lo que es 'La maldición de Hill House' es una magnífica historia de terror magníficamente contada, que cada treinta segundos te eriza el vello de la nuca y no te deja dormir por las noches.
A esta todavía insuperada serie siguieron 'La maldición de Bly Manor', otro cuento clásico de miedo con mansiones, niños y fantasmas (y la colección de actores y actrices colaboradores habituales de Flanagan), y la aclamada 'Misa de medianoche'. Siendo dos grandes historias muy bien contadas, no llegan al nivel de 'Hill House' si de lo que estamos hablando es de terror. Tampoco 'El club de la medianoche', que además se queda sin la segunda temporada que iba a cerrar la historia por la salida de Flanagan de Netflix.
Un año después de 'Hill House', no obstante, Flanagan se coronó con su mayor genialidad hasta la fecha: la cinta 'Doctor Sueño', que nos permitía volver al hotel Overlook treinta años después de 'El resplandor'. Con Ewan McGregor en la piel de un Danny Torrance cuarentón que oculta su resplandor bajo litros de alcohol y gramos de cocaína, hasta que la pequeña Abra Stone (Kylilegh Curran), una niña con poderes mucho mayores que los de Danny, requiere su ayuda para vencer a un grupo de 'vampiros de resplandores' comandados por una excepcional Rebecca Ferguson (a la que puede que recuerden como agente del MI6 en las dos últimas entregas de Misión Imposible). Dos horas y media que se quedan cortas, que cuentan una historia redonda en la que Danny se redime y hace las paces con su padre, infinidad de guiños, bellas imágenes 'mentales', un puñado de jumpscares y nuestro hotel preferido para pasar el invierno. Y que cuenta con la etiqueta de 'Stephen King approves this', que como sabemos no es fácil de conseguir.
Probablemente 'Doctor Sueño' nunca se convierta en un clásico como lo es 'El resplandor'. Pero cuando llegue el día en que todos los directores de terror se llamen Flanagan, la última frase de este artículo ya no parecerá una fanfarronada: 'Doctor Sueño' es una película muy superior a 'El resplandor', y lo único que nos impide reconocerlo es que Flanagan no es Kubrick; y ni falta que le hace.
Está producida por Fernando Bovaira y se ha hecho con la Concha de Plata a Mejor Interpretación Principal en el Festival de Cine de San Sebastián gracias a Patricia López Arnaiz