ORIHUELA. El pacto para la ciudad oriolana sigue en el aire, con gestos y reuniones, pero sigue sin concretarse. Esta semana ha servido para que el posible pacto, que parecía fraguarse, jugando con las exigencias desde Ciudadanos (Cs), -que pediría, además de la reorganización del Ayuntamiento en cinco grandes áreas, estar al frente, al menos, en la de Obras- diera un paso más en cuanto a posiciones se refiere. El hecho de que Cs votara en contra de la propuesta de sueldos del PP en el pleno extraordinario ha servido para echar un pulso, desde la formación naranja a los populares, y mostrar que un gobierno en minoría, con solo nueve ediles, puede encontrarse muchas trabas para gobernar, teniendo de frente a Cs.
Tanto por parte del PP como por Cs, abiertamente, ya han dicho que refieren pactar y conseguir una alianza más pronto que tarde. En estos momentos la formación naranja tiene más puntos para poder negociar más áreas, dentro de la propuesta que mostraron hace días sobre la mesa, fusión progresiva de áreas y tener la gestión de Obras, contando con pedanías, Costa y casco y un gran peso en la construcción de la ciudad oriolana. También habrían pedido estar al frente de otras dos áreas. La reorganización es lo que pidieron en campaña y piensan que deben apostar por mejorar la organización interna del Ayuntamiento, pero matizaron que esas reformas se acometerían de manera progresiva, si fuera dentro de un gobierno de coalición. Lo que sí dan por hecho en el Ayuntamiento es que tanto PP como Ciudadanos ven como objetivo deseable ese pacto de gobierno, que aún no tiene acuerdo.
Lo que queda claro es que el panorama pinta difícil para el PP, con la menor representación en el Consistorio oriolano en años. La pregunta que cabe hacerse es si se alargará por mucho tiempo esa minoría en el gobierno local y cuántas cuestiones tendrá que lidiar el PP en esta posición, cuántas logrará salvar, y con el apoyo de quién.
En la oposición, a pesar de que Ciudadanos votó en contra de los sueldos propuestos por el PP, durante las reuniones, al parecer habría al menos algún edil reacio a negar esta votación o molesto con la decisión de la formación. Fuentes del Consistorio hablaron de "algunas caras no muy conformes" con lo que como grupo, acordaron, como dirección de voto. Desde el PP ya aseguraron que habría que volver a reunirse y proponer otro plan de sueldos. Seguramente, las negociaciones, sobre todo con Cs, se aprovecharán para tratar la posible coalición.
El reparto de competencias del PP, justo después del pleno extraordinario fallido también ha servido para marcar su postura. Almagro ya dio pistas de su predisposición tras la sesión plenaria, asegurando que la situación continuaría sin sueldos "hasta que alguien caiga del burro y vea que no se va a ningún sitio así", añadiendo que pensaba que se trataba de "un juego político, un intento de bloqueo del equipo del gobierno del PP en la primera partida, me parece legítimo y normal pero debemos ser consecuentes".
La delegación de competencias carga la mochila de cada uno de los nueve ediles con demasiadas competencias. Los ediles con menos áreas, llevarían tres o cuatro, y algunas de ellas, a pesar del número son de gran carga, como las de Dámaso Aparicio, que lleva el peso de Transparencia, Medio Ambiente, Limpieza Viaria y Residuos Sólidos Urbanos y Playas. Por otra parte, Víctor Valverde, sumaría hasta ocho delegaciones, que son: Emergencias, Desarrollo Rural, Empleo, Infraestructuras, Mantenimiento y obras, Parques y Jardines, Agua y Alumbrado Público. El paso adelante del PP repartiendo delegaciones también ha servido para dejar ver que será complicado llevar, en solitario, la labor de todas las delegaciones. En las próximas reuniones, se verán los resultados de los nuevos encuentros.