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en la frontera / OPINIÓN

Tasa turística: un gatillazo de manual

17/04/2022 - 

Esta misma semana el Consell de la Generalitat, conformado por el tripartito de izquierdas, ha iniciado la tramitación de ley de la llamada tasa turística, que no es una tasa exactamente sino un impuesto: Impuesto Valenciano sobre Estancias Turísticas. La idea es que se lleve a Les Corts pasado el verano y que se aplique vaya usted a saber cuándo. El Botànic dijo hace ya tiempo que para 2023 hasta que se dieron cuenta de que es año electoral y que el impuesto de marras podría hacer peligrar votos para el PSOE. Más recientemente se han dado cuenta de la galopante inflación que padecemos y otros factores, guerra en Ucrania, que ponen en grave riesgo los índices de crecimiento económico con una gigantesca desproporción entre PIB y deuda pública. Por tanto se establece una moratoria para 2023. Se aplicará en 2024 si es que siguen gobernando los mismos: PSOE, Compromís, y Unidas Podemos. Carlos Mazón, candidato del PP a la Presidencia de la Generalitat, ya ha dicho por activa y por pasiva que una de sus primeras medidas estelares será la de suprimir el polémico tributo, que es optativo: solo para aquellos municipios que lo deseen, y que contempla además una variante de estacionalidad con el fin de gravar las temporadas altas.

Ximo Puig mostraba hace tres días su respaldo a los ayuntamientos que la rechacen: “Será una buena decisión”. Toma del frasco, Carrasco. Francesc Colomer, secretario autonómico del ramo: “Es surrealista”. El secretario general del PSOE de Alicante, Miguel Millana, hace unas horas como quien dice, mostrando también su oposición, lo mismo que el alcalde de Guardamar, el socialista José Luis Sáez, o el también alcalde socialista de Elche, Carlos González. EL PSOE no quiere el impuesto aunque algunos alcaldes de la Marina Alta han balbuceado que sí pero no, más bien todo lo contrario. ¿Quién quiere realmente este impuesto? Compromís (Jaime Llinares, alcalde de Altea) y Unidas/Podemos frente al resto del arco parlamentario autonómico. Voy a echar cuentas: 25 (17 Compromis, 8 UP) contra 74 (27 PSOE, 19 PP, 13 Cs, 9 el partido de las tres letras, 6 tránsfugas). ¿Para que se han metido entonces los socialistas en semejante barrizal? Para un bien quedar, de aquella manera, con sus socios de gobierno, y para un mal quedar con todos/todísimos agentes del sector turístico, con las patronales al frente. Un gatillazo de manual en cualquier caso.

 Foto PEPE OLIVARES

En todo este proceso, llevamos un año a vueltas con la tasita, se han hiperbolizado las posturas y se han exagerado los argumentos de forma exponencial. Eduardo Dolón, alcalde popular de Torrevieja: con el impuesto los turistas optarán por la Región de Murcia y abandonarán Torrevieja. Apocalíptico: el impuesto es optativo. Carlos Mazón hila más fino y pone en una red social el ejemplo de Benidorm: 16 millones de pernoctaciones a una media de dos euros... 32 millones anuales que los turistas dejarán de gastarse en restaurantes, pubes, comercios y discotecas. Bueno: son 32 millones que el Consistorio que preside el popular Toni Pérez, podría invertir en mejora de infraestructuras urbanas y en el mantenimiento de zonas verdes y parajes para consolidar y atraer a más visitantes. 32 millones que no tendrían que salir de los bolsillos de los ciudadanos empadronados en Benidorm. La botella medio vacía o medio llena. Si un turista paga 2 euros por un hotel de 4 ó 5 estrellas, ¿dejará de tomarse un gin-tonic por 8 ó 10 euros? ¿Hará botellón? La verdad es que no sé cual es el precio medio de un gin-tonic: no uso.

Ximo Puig (en sintonía con la patronal HOSBEC de Toni Mayor) apunta al posible meollo de la cuestión, posible: el impuesto puede generar cierto grado de pánico en el mercado de los tour-operadores, mercado esencial en Benidorm y en algunos destinos más de la Comunidad Valenciana. El impuesto está pensado fundamentalmente para València (Puig). Más espinoso me parece el tema del procedimiento: si no varía el proyecto de ley, es la Generalitat quien recaudará el gravamen y luego lo distribuirá entre los municipios que se hayan adherido. Qué peligro. Mejor dicho: qué peligro tendría el tema si el impuesto fuera de obligado cumplimiento para todos puesto que se pondrían en marcha mecanismos de nepotismo para favorecer o castigar a los consistorios en función de su color político: cultura hispana manda, la arrastramos desde el turnismo decimonónico; necesitamos una pequeña revolución en esto. Una revolucioncita, no más. Yo creo que al final, tendrán que pasar años, se impondrá la cordura: una ecotasa, que no un impuesto genérico, que refuerce las políticas de sostenibilidad, algo que ya aplica la derecha en no pocos sitios de Europa. 

CODA: En el Plan de Acción Territorial que diseñó el conseller José Ramón García Antón a finales de los 90, se contemplaba el tranvía como paradigma vertebrador en el eje que conforman Alicante y Elche con sus respectivas comarcas, una gran área metropolitana de más de 800.000 habitantes. De hecho se diseñó la mediana de la Vía Parque entre Alicante/Parque de Torrellano/Elche para eso. Luego se vio la necesidad de un ramal con el aeropuerto. ¿Alguien se acuerda? Carlos Mazón y Carlos González creo que padecen de amnesia. Veremos antes el TRAM (el existente) a Torremanzanas que a Elche. O nos habremos quedado todos calvos para cuando se modernice la actual línea de tren de cercanías entre las dos grandes ciudades de la provincia, ramal con el aeropuerto incluido.

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