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Suzi Quatro, la bajista salvaje del 'glam rock'

Joan Jett, Debbie Harry (Blondie), Tina Weymouth (Talking Heads), Chrissie Hynde (The Pretenders), Donita Sparks (L7) y tantas otras instrumentistas y compositoras citan a Suzi Quatro entre sus primeras influencias

23/01/2025 - 

VALÈNCIA. Más allá de los 55 millones de discos que ha vendido a lo largo de su carrera y de la indudable proeza que supone haber prolongado hasta los setenta años su actividad como artista de giras y directos, la figura de Suzi Quatro (Detroit, 1950) resulta interesante por la inusual determinación y la actitud de “no me toques las narices” que demostró desde la adolescencia. No fue ni mucho menos la primera instrumentista “rockera” de la historia -antes estaban virtuosas como Sister Rosetta Tharpe o Carol Kaye, por ejemplo-, pero sí que ha pasado a la historia como la primera bajista que consiguió convertirse en una estrella del rock de éxito comercial y masivo.

Cuando Suzi se dio a conocer a las masas gracias a su primer éxito comercial, “Can in the Can” (1973) -previo paso por el archiconocido programa de televisión británico Top of the Pops-, su electrizante presencia escénica causó un impacto enorme. Especialmente entre chicas jóvenes a las que les gustaba el rock y vieron en esta norteamericana de aspecto rudo la posibilidad real de subirse a un escenario con un instrumento grande y poderoso como el bajo y liderar una banda de hombres sin jugar la carta de la niña buena ni la sexy sumisa. Suzi era un torbellino de energía enfundado en un mono de cuero negro -atuendo inspirado tanto en la Barbarella de Jane Fonda como en su gran héroe, Elvis-. Tocaba bien, se movía en el escenario como una macarra a lo Chuck Berry, llevaba la voz al desgarro y no tenía pinta de ir a disculparse con nadie por tomar las riendas de su vida. 

En realidad, la trayectoria musical de Suzi empezó mucho antes, en su Detroit natal. Una ciudad dura, industrial y con pocas opciones de ocio para los jóvenes, pero que -quizás por eso mismo- fue también un gran semillero de los géneros musicales del descontento. Allí surgieron las bandas de protopunk MC5, The Stooges o Death, así como pioneros del hard rock como Alice Cooper. La “Ciudad del Motor” fue también el lugar en el que Suzi y sus hermanas Patti y Arlene formaron, a mediados de los años sesenta, The Pleasure Seekers, una banda de garage rock femenina que tuvo cierto éxito en el circuito nacional y lanzó un sencillo “What a Way to Die”, que hoy en día es un clásico de culto. Llegaron a firmar un contrato con Mercury Records, pero el proyecto no fue mucho más lejos porque ellas mismas se dieron cuenta de que si querían apuntar alto, tenían que abandonar el rollo sixties y abrazar el sonido que se abría paso entre la juventud norteamericana: el hard rock. Así es como nació Cradle, una banda en la que tocaban Suzi, Nancy y Patti Quatro junto a Jerry Nolan y las hermanas Leigh y Lynne Serridge, y se mantuvo activa durante solo tres años. Su álbum The History es una rareza de proto-metal a lo Black Sabbath que, escuchado hoy, resulta muy interesante.

En 1971, el conocido productor británico Mickie Most -The Animals, Donovan, Jeff Bek, etc-, que estaba de paso en Detroit, fue a ver un concierto de Cradle. La banda no le interesó, pero vio en la bajista un diamante en bruto, así que le ofreció un contrato como solista con su sello RAK Records -es decir, dejando atrás a sus hermanas-. Suzi, que ya había dejado sus estudios por la música hacía varios años, se mudó sin dudarlo a Inglaterra para desarrollar su carrera. 

En el documental Suzi Q (Liam Firmager, 2019) queda claro cómo, a pesar de haber transcurrido varias décadas desde aquello, el rencor por aquel “abandono” permanece vivo de alguna forma. Especialmente en el caso de Patti, que una vez disuelto Cradle se incorporó al grupo de hard rock Fanny, muy relevante dentro de la historiografía de género del rock, pero lejísimos del bombazo que experimentó la carrera de Suzi a partir del momento en que Most reclutó al dúo de compositores y productores Mike Chapman y Nicky Chinn para ayudarla a encontrar su estilo. 

La respuesta la encontraron, claro está, en la escena glam rock británica del momento, liderada por Marc Bolan y Bowie. El primer tema compuesto por Mike para Suzy, "Can the Can", fue número uno en el Reino Unido y Australia. (Por cierto, no me extrañaría nada que Marilyn Manson hubiese tomado inspiración en el rotundísimo ritmo marcial de este tema para su canción “The Beautiful People” (1999)).

"Can the Can" fue el primero de muchos éxitos que Quatro y su banda —compuesta por el guitarrista (y futuro marido) Len Tuckey, el baterista Dave Neal y el tecladista Alastair MacKenzie— alcanzarían en el Reino Unido y Australia durante los siguientes cinco años. "48 Crash", "Devil Gate Drive" y "The Wild One" siguen siendo clásicos indiscutibles. 

Suzi Quatro “Can the Can”

Sin embargo, a pesar de realizar giras periódicas en su tierra natal (incluida una gira en la que su acto de apertura fue una banda neoyorquina desaliñada pero ambiciosa llamada Kiss), Quatro tendría que esperar hasta 1978 para finalmente conseguir un éxito en Estados Unidos. El aspecto andrógino y la actitud osada de Suzy encontró en la prensa -en los periodistas hombres, habría que especificar- muchas voces críticas a ambos lados del Atlántico. Se la acusó, por ejemplo, de ser un producto mercadotécnico, obviando el hecho de que ella llevaba desde los catorce años tocando delante del público en distintas bandas. No era nueva, y no era ingenua. 

Gillian G. Gaar, autora del libro She’s a Rebel. The History of Women in Rock and Roll, hace hincapié en la doble vara de medir que existía en aquel entonces. “En una época en la que artistas como David Bowie, Elton John y Freddie Mercury jugaban a mezclar los comportamientos asociados a la masculinidad y la feminidad, las mujeres tenían que pagar un precio muy alto por ejercer esa misma libertad”, apunta. 

Reinventarse o morir

Toda carrera tiene sus altibajos, y la de Suzi Quatro experimentó un progresivo declive a partir de los años ochenta. Lejos de retirarse, decidió reinventarse como actriz, aunque eso en algunos casos supusiera cargarse la imagen de “rockera dura” que sus fans tenían de ella. A su famoso papel de Leather Tuscadero en la serie televisiva norteamericana Happy Days le siguieron proyectos más peregrinos, como el musical Annie, Get Your Gun (ambientado en el siglo XIX) o aquel otro centrado en la vida de la actriz Tallulah Bankhead. 

Entre una cosa y otra, Suzi continuó lanzando álbumes periódicamente y girando por Reino Unido, Australia y Japón -sus principales bastiones-. El disco grabado con su hijo Richard Tuckey -No Control (2019)-, The Devil in Me (2021) y el último, publicado en 2023 junto a la compositora escocesa KT Tunstall bajo el título Face to Face, ya están plenamente alejados del hard rock y el glam setentero, y muestran a una artista madura que todavía encuentra motivación para asociarse con artistas más jóvenes y renovar su sonido. Tal y como comentan en el documental varias compañeras como Joan Jett o Cherie Currie, de las Runaways, es una lástima que el nombre de Suzi Quatro sea tan poco conocido entre las nuevas generaciones.

Suzi Quatro “No Control”

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