Un sistema más sostenible y todo un modelo de construcción industrializada han llevado a esta empresa alicantina a conquistar el mercado africano. La mejora de los procesos productivos y la apuesta por el empleo local le han permitido hacerse hueco en un territorio necesitado de viviendas. Strong Forms es un ejemplo de ingenio alicantino en plena fase de crecimiento
ALICANTE. La crisis agudiza el ingenio. Y tanto. Una buena idea, más inversión e investigación ha llevado a la empresa alicantina Strong Forms a conquistar el mercado de la construcción en la zona francófona africana. El diseño de unos equipos de encofrado de aluminio únicos representa 3.000 viviendas en tres años y otras 3.200 en lo que resta de 2017.
Toni Masián procede de un negocio familiar dedicado al aluminio, Alumed. La crisis no fue distinta con ellos. Viendo cómo se construían casas industriales en África, supo que podía mejorar el sistema. Unos años después, en 2015 y, tras distintos procesos de comprobación, constituía Strong Forms. El sistema, salvando diferencias, es el mismo que se empleó para levantar la famosa torre giratoria de Dubai.
"Aquí hacemos I+D+i, más S de sufrimiento, más A de ansiedad", bromea el director de Marketing Ramón Pla para explicar todo el proceso de innovación que se ha llevado a cabo en siete años. "Hemos diseñado un sistema único en Europa, hasta donde conocemos, que se basa en la construcción de unas piezas de aluminio de unos 600 centímetros de ancho por casi tres metros de altura que se encajan como piezas de Lego gigantes. Con ellas, creas la estructura de la casa como si fuera un molde, echas el hormigón y tras el secado las retiras y las utilizas para volver a construir otra vivienda", detalla Masián.
"Aquí hacemos I+D+i, más S de sufrimiento, más A de ansiedad", bromea el director de Márketing Ramón Pla para explicar todo el proceso de innovación que se ha llevado a cabo en siete años
La vida útil de cada equipo – conjunto de piezas– es de 600 a 1.000 usos. "El aluminio es el metal más reciclable. Se recupera el 100% del mismo y para su recuperación, sólo se consume un 5% de la energía que utilizas para su creación a partir de la bauxita", explica el ingeniero y director técnico Paco Gómez. "No se producen casi escombros", puntualiza Masián, para quien los controles de calidad y las ventajas que aporta la propuesta desde el punto de vista de respeto al medio ambiente son fundamentales para tener éxito.
"Nuestros clientes son las empresas constructoras", según explica el director de Marketing, "nos mandan un plano y a partir de ahí trabajamos". Es una manera de indicar que las calidades y las características quedan en manos de estas empresas.
Respecto a una "casa convencional de nuestra zona, el coste puede bajar entre un 30-35%", señala Pla, "por motivos como las preinstalaciones que se hacen durante el montaje del armazón". Respecto a la construcción africano, Masián puntualiza "en líneas generales nosotros ponemos un 20-30% más de cemento que se pone en la casa africana. El precio es el mismo, pero tienes más calidad. Cien metros cuadrados suele estar por 25.000 euros, por decirte un precio medio, pero nosotros no determinados esa cantidad".
Strong Forms puede personalizar las viviendas y, de ahí, que se le pueda clasificar como modelo de construcción industrializada. Son capaces de crear moldes a partir de plano. Lógicamente cuanto más azúcar, más caro y su importe puede rondar los 200.000 euros. "Los equipos son un puzzle por lo que si no están bien hechos, no se puede montar", el máximo responsable de la empresa, con lo que tienen ahora toda una nave dedicada a montar las estructuras antes de embarcarlas. Es un control de calidad.
La investigación es constante, pues, a medida que han aumentado los pedidos, la empresa ha ido perfeccionada y, sobre todo, industrializando los procesos de construcción y ensamblaje de las piezas. "Hemos creado los brazos robóticos y la maquinaria. Nuestra apuesta es por producto español y eso ya nos ha valido que el ICEX nos incluya en su listado", explica Toni Masián, quien es un perfecto conocedor del mercado de países del nordeste africano. Níger, Guinea, Guinea- Bissau, Senegal y Costa de Marfil son sus actuales mercados. No esconde las dificultades y viaja regularmente a la zona porque los tratos precisan de contacto.
Esta amplia zona africana tienen unas necesidades de viviendas brutal, en palabras del directivo alicantino. El primer pedido fue, en 2015, para levantar 300 viviendas en Costa de Marfil. "El próximo que tenemos son 30 equipos para Conakry, la capital de Guinea, para levantar 30.000 viviendas en siete años", añade Masián. Con este dato, expresa, además, las necesidades y las oportunidades que se le presentan.
La sencillez de manejo de las piezas también es importante para explicar la fórmula de éxito. "Nosotros llevamos dos o tres técnicos y en una o dos semanas, ellos lo saben montar, pero los trabajadores son locales. Les formamos y a partir de ahí ellos construyen la estructura. Eso lo valoran mucho las empresas, porque dan empleo", Masián.
La expectación del sistema ha llegado también a organizar un concurso de ideas con el Colegio de Arquitectos de Alicante. El antiguo presidente Antonio Maciá es conocedor del proyecto y uno de los colaboradores activos con los que cuenta la empresa. De hecho, este próximo jueves tendrá lugar la entrega de premios del “Concurso de ideas Alumed Strong Forms” y la presentación de los proyectos en la sede de la plaza Gabriel.
En los planes de futuro, hay dos cuestiones. Vista para sentencia: La ampliación de espacio. El ritmo de crecimiento previsto les llevará a una nueva ubicación, pero para eso falta, estima su propietario, un año. Ahora tiene una docena de empleados y con este paso, podría duplicarla. El otro tema es analizar la opción de alquiler de equipos, porque es una petición más europea. La curiosidad que despertó el sistema en la pasada feria de Barcelona, en especial, en países nórdicos donde el tiempo de construcción es limitado por las temperaturas, ha puesto la cuestión sobre la mesa.