Sobrio y emotivo 9 d'Octubre en Elche en homenaje a la lengua, a la memoria, el trabajo en equipo o los DDHH 

ELCHE. Un sobrio aunque emotivo —gracias también a ese trío de cuerdas que tocaron himnos institucionales o el Canon de Pachelbel— acto el del 9 d'Octubre en Elche en la jornada del viernes al que asistieron sobre un centenar de personas por las restricciones sanitarias. Una celebración en la que se entremezclaron precisamente la pandemia, cómo no, por la medalla del Bimil·lenari al Centro de Transfusiones de Alicante, pero también otros valores como el del trabajo en equipo, encarnados en el Club Balonmano Elche y en José Rojo, 'Pacheta', el de la solidaridad, con la misma distinción a María Dolores Bouvard, fundadora de Amnistía Internacional en la ciudad, o la memoria colectiva y popular, encarnadas en esta medalla para la Cátedra Pere Ibarra o la familia Villalobos por su histórico bar. Y cómo no, la gran protagonista cada 9 d'Octubre, la lengua valenciana, esta vez con Tudi Torró, académica de la Academia de la Llengua Valenciana, al recibir el Ram d'Or, máxima distinción local. 

Del pachetismo al bocadillo de atún

Precisamente en este primer acto municipal desde el 14 de marzo, el último propietario del icónico Villalobos, Vicente Villalobos, agradeció a la ciudad el cariño durante décadas y décadas de cariño y su histórico bocadillo de atún, además de a toda su familia por estos años, visiblemente emocionado. Tampoco pudo esconder su emoción en su discurso Pacheta, quien comprobó una vez más antes de la gala el cariño que se le tiene en la ciudad. De sus orígenes humildes, ligados a la agricultura y al compromiso, como se destacó en su presentación, emergió rápidamente el espíritu del trabajo en equipo y la humildad que forman parte de su ADN, y con el que el Elche CF pudo volver a la máxima categoría rescatándolo desde 2ªB. "Yo soy solo el que recoge este reconocimiento", apuntaba el exentrenador, que destacó que esta medalla para él es "inimaginable" y que no lo olvidará nunca, añadiendo por último que los máximos responsables son los jugadores, en un ejemplo más del ya célebre pachetismo. 

Precisamente sobre valores habló también Francisca Ferrer, responsable de Promoción del Centro de Transfusiones de Alicante, quien recogió también esta medalla de plata, poniendo en valor la "los más de 8.000 cachitos ilicitanos de corazón" que se lleva el centro, en referencia a las donaciones de sangre durante la pandemia, huella clara de la solidaridad ilicitana a la que enfatizó en un momento complejo. En un gesto que también el honra, no olvidó a colectivos más invisibles, "como las limpiadoras y los conserjes que nos han acompañado cada día". De solidaridad y mucha historia habló también María Dolores Bouvard, luchadora incansable de la ciudad a sus 87 años, fundadora de Amnistía Internacional en Elche, que recogió su distinción del Bimil·lenari a toda su trayectoria. 

Desde su posición como auxiliar de enfermería en la extinta casa de salud hace décadas, ocupando espacios que para entonces no estaban habituales para las mujeres, aseveró que no olvida su "ciudadanía universal" y que necesitaba trasladar a la práctica de alguna forma su lucha por la dignidad "en una sociedad injusta, desigual e intolerante", de ahí que decidiera fundar AI en la ciudad. Fiel a su espíritu reivindicativo, abandonó el escenario recordando al Ayuntamiento el compromiso que tiene desde hace años de dedicar un huerto urbano a los Derechos Humanos. 

La memoria histórica de un pueblo

En un tono más desenfadado e irónico como el que le caracteriza, entró en escena Miguel Ors, historiador y director de la Cátedra Pere Ibarra: "Ánimo con los plenos". Algo de lo que también sabe al ser edil independiente con el grupo socialista en la oposición. Agradeció esas 500 personas que entran diariamente a la web "y 800 si llueve, por lo que siempre queremos que llueva" su aportación día a día a la Cátedra, un ejercicio indispensable de recuerdo de memoria de todo un pueblo, que no sería posible sin su equipo "con un becario de 73 años" inclusive, al que también dedicó el reconocimiento. Se despidió recordando que a alguno de los presentes "les he pedido la biografía 8-10 veces".

Recibieron la última Medalla del Bimil·lenari las capitanas del Club Balonmano Elche Visitelche.com, Ana Isabel Martínez y María Flores en representación de las otras guerreras. Si el de Pacheta fue uno de los aplausos más efusivos, el suyo no se quedó atrás, ya que siendo un club humilde, como destacaron, han logrado ser las subcampeonas de la Copa de la Reina. Un club que sigue creciendo día a día, "gracias a las instituciones públicas y apoyo privado", indicaron, y que esperan pueda seguir siendo referencia para niños y niñas. 

La lengua como herramienta para la inclusión

Y ya por último, la ilicitana de adopción Tudi Torró, elegida para el Ram d'Or, hizo un breve repaso de su historia en la ciudad, empezando su docencia en el Ruiz de Alda, hoy colegio Candalix en 1977, desvelando cómo la ciudad fue conquistándole con su desarrollo progresivo aunque desigual según barrios, arropados siempre por el Palmeral. Cómo no, destacó la creación de les escoletes, las escuelas infantiles en 1985, así como la inmersión lingüística. Precisamente aseveró que en tiempos convulsos como los de hoy, la lengua "es inclusión, es cultura, es conocimiento", e hizo un llamamiento para que se siga transmitiendo el valenciano de padres a hijos, entre la familia, para mantenerla viva. Tampoco se olvidó de la política, dando algún tirón de orejas, pidiendo a la corporación municipal que no utilice la lengua de forma partidista. 

Finalizó el acto el alcalde con un extenso discurso, frente a las concisas intervenciones de los galardonados, con la retahíla de proyectos anunciados y otros en marcha, así como el ya tradicional mensaje a las distintas administraciones. Con claro mensaje de nuevo a la Diputación. Aunque sin duda, los protagonistas del acto fueron esos valores y lugares, colectivos o iniciativas que tejen día a día la historia de Elche.