BOOTLEG STUFF  

Six Foot Turkey, ‘toys’ para adultos con sello valenciano

29/03/2022 - 

VALÈNCIA. Six Foot Turkey Toys es una marca de bootleg —más adelante, el concepto desgranado— creada por Alberto Mateos y Victoria Ribera, dos diseñadores procedentes de otras disciplinas del diseño distintas al modelado 3D que con su marca diseñan y modelan art toys, juguetes de diseñador, las figuras de colección que tienen un universo y mercado propio con un notable número de acólitos. 

“La historia de nuestro proyecto se remonta a hace dos años. Lanzamos nuestra primera pieza, en concreto una tirada de diez reproducciones de la misma, en abril de 2020. Aprovechando como otras muchas personas la brecha de tiempo de la pandemia, que nos otorgó la capacidad de poder dedicarle el 100 % de la energía y recursos a llevar adelante el proyecto que años antes ya se estaba fraguando. Por aquella fecha empezamos a invertir nuestros ahorros en los materiales necesarios para ir montando el taller, el cual incluye ciertas herramientas y maquinaria específicas y que a lo largo de este tiempo han ido conformando el espacio de trabajo que tenemos ahora”.

Six Foot Turkey Toys explican que el movimiento bootleg  se inició “allá por la década de los 80, las grandes marcas de juguetes de acción empezaron a ver el filón de comprar licencias de películas, series, etc. y por supuesto, a su vez, comenzó este movimiento cara B de particulares que tenían los conocimientos suficientes para recrear y comerciar con estas figuras a un nivel definitivamente más underground y económico, por lo que cualquier coleccionista tenía la opción de encontrar las figuras de su serie favorita en versión pirata, a menor precio”.

“Este movimiento en la actualidad evolucionó a la creación y reproducción de iconos de la cultura popular con toques sarcásticos, críticos o simplemente como ejercicio de estilo, apoyándose en las bases primigenias para pasar a ser un formato artístico más.

El proceso simplificado sería, partir de una idea ya existente, modificarla, realizar un trabajo de reproducción de esta modificación, y presentarla con un enfoque distinto al que pretendía la original. Esto es simplificar mucho, ya que a raíz de esa idea, pueden surgir obras originales, vueltas de tuerca, y en general, cualquier tipo de expresión artística basándose simplemente en el formato bootleg como manera de expresión”.

Puede sorprender, pero en España hay una notable escena de art toys, tanto a nivel consumo como profesional. “Existen muchos artistas en el panorama nacional que trabajan en esto de manera bastante activa. De hecho, muchos de nuestros referentes o personas que seguimos son españoles. No conforman la mayoría, pero hay bastantes. La cuestión es que el mundo de los juguetes de autor en general, o art toy, es muy amplio. Pasando por muchos estilos, maneras de trabajar, influencia cultural, etc. y habría que hacer una diferenciación entre el formato bootleg y otras vertientes. 

A nuestro entender en España se mira más hacia la corriente asiática, y los artistas basan en mayor medida sus trabajos hacia este lado con obras más escultóricas y con unas características un poco alejadas del formato bootleg cuyo origen es occidental. No obstante, en la escena del bootleg español hay verdaderos artistas con ideas muy buenas”.

En nuestro estudio siempre hemos tenido un leitmotiv muy claro, y es el no encerrarnos en un estilo, idea, o temario concreto para basar nuestra obra.  Es decir, hay una apertura total en cuanto a temática. Básicamente empezamos en esto por la facilidad que nos daba poder canalizar cualquier idea creativa en este formato. 

Partiendo de esta filosofía, las temáticas son muy variadas. Nos atrae versionar o fusionar conceptos. Básicamente sacar de contexto ideas y plasmarlas en una figura de acción usando, por ejemplo, iconografía del arte clásico y mezclándola con conceptos actuales como el vaporwave. Las sagas míticas galácticas también son muy recurrentes ya que nos dan mucho juego y son influencia directa del bootleg made in USA. En definitiva, cualquier expresión de la cultura popular que nos venga a la cabeza y creamos que puede ser un concepto potente para representar por medio de nuestra obra”.

Aunque el proceso de elaboración de estas figuras puede consistir en distintos métodos según el resultado perseguido, “el más común suele ser diseñar en 3D la primera pieza (el máster) o las modificaciones de la pieza que se va a versionar. Seguido de la impresión en resina de la misma (para esto utilizamos una impresora 3D de resina UV líquida, por la calidad del acabado) y la realización de moldes de silicona de ese máster previamente impreso.  Una vez tenemos el molde, se reproduce la pieza las veces que sean necesarias, en resina de poliuretano casi siempre, y a continuación se realiza el postprocesado de las mismas (lijado, pintado, etc.)”. 

Por otra parte, al mismo tiempo que se realiza este proceso, se diseñe y se crea el packaging de la figura, el cartón que la sostiene y que es esencial para valorar la pieza en su conjunto. “Esta parte es comúnmente la más visual de la obra, pues pone en contexto la figura que se reproduce. Para ello utilizamos programas de edición tipo Photoshop o Illustrator. Explicado a grosso modo, esto es lo propio del formato carded figure, el que más usamos”.  

Para Mateos y Ribera la lista de creadores que les inspiran es “demasiado larga para transcribirla aquí, porque en esencia, no solo nos inspiran artistas dentro del mundo del juguete de diseño si no que bebemos de muchas corrientes artísticas que a su vez nos sirven de inspiración directa para nuestro proceso creativo. Nos inspira cualquier artista o marca que se base en la creatividad, que intente hacer algo distinto a lo establecido sin pretensiones y que nos sorprenda”. Sí que facilitan algunos nombres: “para ser un poco más concretos y para referenciar artistas que trabajan formatos parecidos al nuestro os invitaría a echar un ojo a la obra de Ben Gore, Ryan Callanan, ReCollection Toys, Javi o Readful Things”. 

Aunque algunos toys pueden llegar a valer cifras de hasta tres y cuatro ceros, vivir exclusivamente de estos productos no es fácil. “En nuestro caso concreto definitivamente no. Entre otras cosas porque tampoco es algo que se pretenda, ya que en el momento en que tu sustento depende al 100 % de algo acaba siendo por lo general tedioso de hacer y no es la filosofía que nos gusta llevar en nuestro proceso creativo. Habrá algunos casos, sobre todo en el extranjero y más concretamente en USA donde el bootleg está mejor y más considerado, en los cuales no me extrañaría que mucha gente viva completamente con lo que gana de sus muñecos. Pero por estos lares aún no ha calado lo suficiente”.

Hay varios factores importantes. La limitación de la obra es uno de ellos ya que nosotros trabajamos y trabajaremos siempre con un formato de tirada de edición muy limitada con el cual no es sencillo ganar dinero como para vivir de ello. Ni se pretende.

En definitiva, el taller puede sustentarse a sí mismo porque todos los materiales que utilizamos son de carácter consumible y al final son las gallinas que entran por las que salen. 

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