VALÈNCIA. Lo bonito y lo terrible en política, al igual que en la vida, es que a menudo los propios protagonistas -y más aún los medios de comunicación- desconocen qué es lo que va a ocurrir. No es raro ver cómo los cuidadosos planes se hacen añicos o cómo lo inesperado se convierte en argumento principal del relato.
Probablemente, los asistentes a la reunión convocada este miércoles por el presidente del PP, Pablo Casado, no pensaban que estarían casi cinco horas encerrados en una sala de reuniones de la segunda planta de la calle Génova debatiendo sobre la dimisión del líder. Después de la masiva exigencia de un congreso extraordinario por parte de casi todos los 'pesos pesados' del partido y la soledad de 'jefe', los presidentes autonómicos citados debían pensar que el adiós de Casado sería una cuestión relativamente breve. Error.
La cita, finalmente, no concluyó con la dimisión efectiva de Casado, si no con una promesa de conducir el partido hasta la Junta Directiva Nacional del próximo martes que convocará el congreso extraordinario pero no solo eso, seguirá hasta que se produzca el cónclave, donde se retirará sin presentar batalla. Para este tránsito, se designa a la portavoz parlamentaria, Cuca Gamarra, como coordinadora general del PP hasta el cónclave y al eurodiputado valenciano Esteban González Pons, como presidente del Comité Organizador del Congreso (COC).
Una propuesta que salió adelante pese a las notables reticencias de varios de los barones autonómicos asistentes a la cita, que pedían la dimisión inmediata, quizá por deseo de poner fin a la crisis de una vez o tal vez por miedo a que se produzcan nuevas situaciones que compliquen el ya fabricado relevo a través del presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo.
Así, esa reunión-velatorio de corto recorrido preparada para este miércoles se convirtió más bien en una tarde, noche y madrugada de masoquismo y ensañamiento. Masoquismo por parte del propio Casado, tratando de resistir y lograr una salida digna -quién sabe si con el sueño de emular la épica que protagonizó en su día Pedro Sánchez- pese a las reiteradas humillaciones y azotes sufridos estos días. Ensañamiento en la estrategia de los barones -algunos creen que propuesta por Feijóo- de exigir la dimisión inmediata de Casado como si temieran que pudiera resucitar si se le da unos días o semanas de asueto, pese a haber perdido todos sus apoyos y emitir un discurso de despedida en el Congreso bastante dramática.
Desde las 20.45 horas, cuando comenzó la reunión, hasta que se dio por finalizada pasada la 1.30 de la madrugada, circularon todo tipo de teorías que los principales medios nacionales fueron desgranando.
Primero, que Feijóo pretendía la dimisión de Casado para que, como marcan los estatutos, fuera el Comité Ejecutivo el que nombrar un presidente como relevo sin necesidad de un congreso, una opción que salieron a desmentir fuentes del entorno, asegurando que el presidente gallego quería concurrir en un congreso extraordinario. Segundo, que en la primera ronda de intervenciones, la mayoría de responsables autonómicos pidieron la dimisión inmediata a Casado, algo a lo que se habría negado el presidente nacional, insistiendo en su deseo de conducir el partido hasta el congreso y poder intervenir en la Junta Directiva Nacional.
Posteriormente se produjo otra ronda de intervenciones, en la que según informó El Periódico de España, algún barón habría llegado a solicitar por escrito que Casado iba a renunciar al liderazgo. Finalmente, esas posiciones parecieron modularse por parte de los presidentes autonómicos con el compromiso de Casado de anunciar que no se presentaría a la reelección. Con ese enunciado, y con el respaldo del todavía líder a la candidatura de Núñez de Feijóo, se pudo desatascar el encuentro y permitir que Casado permanezca en su puesto.
Tras el comunicado emitido, en el que se fija además la fecha del congreso para el día 2 y 3 de abril, salieron los distintos presidentes autonómicos. Cierre de filas: nadie confirmó haber pedido la dimisión de Casado y todos coincidieron en el respaldo unánime hacia la candidatura del gallego Núñez Feijóo como futuro líder.
El presidente del PPCV, Carlos Mazón, celebró la "altura de mrias", "serenidad" y "responsabilidad" que a juicio presidió el encuentro. Así, el líder valenciano se mostró "muy satisfecho" y "esperanzado con el futuro", además de insistir en que había solicitado a Feijóo que diera "un paso al frente".