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¿Sigue siendo el mayor espectáculo del mundo?

26/12/2022 - 

“¡Señores y Señoras! ¡Damas y Caballeros! Pasen, pasen, y vean el mayor espectáculo del mundo que ha llegado a su ciudad.”, así da la bienvenida a los espectadores el regidor de sala del circo antes de cada función.

¿Se acuerda? Seguro que ha sido usted alguno de esos invitados a pasar a las gradas de la pista a lo largo de su vida, incluso en varias ocasiones. Bajo la lona del circo disfrutabas de un mundo de sensaciones nuevas donde los malabaristas, magos, trapecistas, domadores de fieras, payasos, te hacían pasar una tarde inolvidable. Te divertías, reías, despertaban tu imaginación, incluso te llevabas algún susto en los espectáculos con fieras, mientras te sorprendían en cada escena.

Me considero forofo del circo, más el de antes - lo reconozco - que el de ahora, aunque el de entonces ya no pueda ser lo que era. Luego le digo a qué me refiero. He ido varias veces a ver el mayor espectáculo del mundo. De niño con mis padres. Más tarde, con mi mujer y mis hijos. Con ellos fui muchas veces con la sugerencia de ver algo diferente, saliendo del espectáculo satisfechos de haber disfrutado de tantos protagonistas que hay en el circo porque cada uno lo es con su espectáculo.

El periodista Javier Ramos dice que quien ama y ha ido mucho al circo no puede ser mala persona. Pues eso. A su vez, Ramón González De la Serna manifestó que “el que más tardes de circo tenga en su haber, antes entrará en el reino de los cielos”. Pues que bien.

Muchos son los circos que se han pateado España para estar en la mayor parte de las poblaciones de su territorio, como el Alaska, Atlas, Americano, Circus, Italiano, Europa, Maravillas, Ruso, … Muchos de ellos, han estado en Alicante durante varios días mostrando su talento y su originalidad.

El circo ha dado en España grandes artistas con su arte y sus habilidades que han conseguido extraordinarias tardes de espectáculo y diversión. Deje que le cite algunos. Permita que empiece por ellas, las damas primero. Pinito de Oro, nacida en 1931 en Las Palmas de Gran Canaria. Su fama no tenía límites. Actuó en uno de los circos más famosos del mundo, el Ringling Bross, Barnum & Bailey. Se dedicó al trapecio con actuaciones de difícil equilibrio. Esta destreza con tanto riesgo le provocó lesiones por diversas caídas porque en sus espectáculos primaba la espectacularidad. Su alter ego en el Ringling fue la sevillana Mis Mara, también especializada en el trapecio. Se balanceaba con este sujeta sólo por la nuca o los talones, sin usar las manos y sin red donde amortiguar una posible caída. Su valentía no pudo evitar algunos accidentes.

En los circos no pueden faltar los payasos. En España los ha habido y los hay muy buenos. Le citaré algunos de ellos. Empiezo por el aragonés Marcelino Orbés (1873-1927). No necesitaba hablar para que el público se partiera de risa. Llegó a compartir cartel con los famosos hermanos Fratellini. Charles Chaplin dijo de él que “su número es divertido y encantador, y todo Londres enloquecía. El público se moría de risa”. En el Hippodrome de Broadway también fue el número uno (1905). Era “el hombre más divertido de la tierra” según lo describía el New York Times. Chaplin se inspiró en Orbés para hacer el personaje de su Candilejas (1952) con la que consiguió un Oscar.

Hay más payasos españoles. Los Hermanos Tonetti, los Martini-Llata, los Hermanos Cape, los Hermanos Díaz, … Inolvidables son la Familia Aragón. Cuánto hacen aún reír en los escenarios. La saga empezó con Gabriel Aragón. Se acordará de Los payasos de la tele que popularizó Televisión española en los años 70 del pasado siglo, después que los hermanos Aragón tuvieran un notable éxito en su gira por el extranjero. Cada uno tiene un payaso Aragón en su retina. Para mí Fotó era espectacular. Sin olvidarme del incombustible Fofito, incluso a Emilio Aragón, que aún siguen generando sonrisas en los escenarios.

No me he olvidado de la cuestión planteada al inicio de esta crónica. Digo que soy forofo del circo de antes porque ahora ya no participan las fieras domadas como artistas. Comprendo los motivos para que así ocurra, la mínima sombra de duda de que había maltrato animal en la pista, en los entrenamientos o durante su cuidado, justifican esta decisión. Pero también se ha perdido la espectacularidad del domador de leones o la belleza y las piruetas del desfile ecuestre, por poner unos ejemplos.

Las fieras se incorporaron al circo herederos de los pequeños zoos ambulantes que recorrieron Europa en siglos pasados. Primero los animales exóticos, después los más fieros, eran admirados por el público y el circo hacía de efecto llamada para ir a verlos. Cuando estos animales – domados – se convirtieron en uno más de “los artistas del espectáculo, dieron el salto a las carpas y escenarios”, en palabras de Javier Ramos en su libro Eso no estaba en mi libro de Historia del Circo. Y añade que “la esencia del circo moderno nace del caballo y de los espectáculos ecuestres con Phillip Astley y sus acrobacias alrededor de la pista circular en el siglo XVIII. Pero un circo sin animales salvajes no podría ser considerado el mayor espectáculo del mundo”.

En España los domadores más destacados fueron Jesús Vargas Liquiñano y Ángel Cristo. Era una actividad de mucho riesgo porque, aunque la fiera estuviera domada, en un momento dado podía despertar su instinto animal y producir serias heridas a su domador, como así ocurrió con los leones de Angel Cristo en reiteradas ocasiones.

En la actualidad, el circo tiene que adaptándose a los tiempos y modificar sus actuaciones cada año para no perder el interés del público. Sugerentes títulos atraen al espectador a sus taquillas: Circo fantástico, Circo Clásico, Circo Encantado, …. En pleno siglo XXI el circo se reinventa para seguir siendo el mayor espectáculo del mundo. Que así sea.

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