en la frontera / OPINIÓN

Setenta céntimos

14/02/2021 - 

Setenta céntimos por alicantino es lo que le costaría mantener al Ayuntamiento de Alicante los Fondos de Cooperación al Desarrollo que gestiona la Concejalía de Igualdad (Cs). Es la cuenta que ha hecho Compromís con su portavoz al frente, Natxo Bellido, y su escudero en el sub-frente, el dicharachero Rafa Mas. Pero no: se va a producir un rebaja de más del 40% inducida por Luis Barcala para garantizarse el apoyo de Vox en los presupuestos municipales. Esa es la cera que arde estimado Paco Sanguino, por mucho que queramos explorar en la cuadratura del círculo y por mucho que repliques en este mismo periódico la carta dominical del Información. Yo te creo, si te sirve de consuelo. Falta que te crean los tuyos (Ángel Franco no te cree) y el citado periódico tampoco; exótica empatía. No pasa nada. Hay que resistir. Y además cuentas con el amor incondicional de Juan Carlos de Manuel, una garantía etérea, intelectual… y emocional. Valiosa.

Natxo tiene razón. Setenta céntimos, menos de lo que cuesta un café. Las promesas de que en futuras ampliaciones de crédito se puede subsanar el desaguisado son papel mojado. A los negritos, ni agua, Paco, porque lo dice Barcala y porque lo secunda Cs (José Luis Berenguer) sin rechistar: su arte, Berenguer, es similar al de Mao Tse Tung, ahora Mao Zedong, que obligaba a las masas proletarias agrarias a cavar fosas para luego rellenarlas, generando así "empleo". La Revolución Cultual. Eso es lo que hace don Berenguer, supongo que con buena intención y con no pocas dosis naïf. Porque lo dice Barcala y porque lo dice Mario Ortolá, que es quien manda. Para qué andarse con rodeos a estas alturas del partido. Ni negritos, ni minorías sexuales, ni "ideología de género", ni desahuciados de la vida que duermen en los bancos y en los cajeros automáticos. Y en el Rico Pérez.

Un sector de la derecha, Paco, repito, un sector, no entiende de matices. Tú, que matizas tanto y que lees griego clásico. Ya ves. Entiende el generalísimo que siendo suaves con Barcala se allana una moción de censura en la Diputación: cosa que no va a ocurrir; bastante tienen Julia Parra y Javier Gutiérrez con dirimir su futuro político, es decir, a ver si suena la gaita y los ficha Carlos Mazón (virrey) o Ximo Puig ( rey). Digo ellos, digo toda la tropa de concejales naranjas, diputados autonómicos, y senadores (senador). Vivo sin vivir en mí, y tan alta vida espero que muero porque no muero. Es lo que hay, Fernando Llopis, tú que estás en el centro.

Setenta céntimos. Suena como a 21 gramos, una de las obras maestras de González Iñárritu (casi todas sus pelis son obras maestras ahora que acabo de revisitar Babel). Setenta céntimos: aunque sea para que los negritos tengan vacunas ( hasta la ex duquesa de Palma, Cristina Borbón, se va a poner a ello; sueldazo incluido). Setenta céntimos: para que las gentes de bien (no todos, ojo) de las ONG, nos laven un poquito la conciencia para el desarrollo global. Setenta céntimos: menos de lo cuesta un condón. Se impone la pedagogía. Incluso una demagogia sana, prima bastarda de la pedagogía.

Pensará algún lector despistado (no es tu caso Enrique Martín) que me sitúo en la corriente dominante (mainstream) del buenismo bobo. No. Hay ONG que trafican con dictaduras impresentables ( Cuba, Venezuela, Nicaragua...). Lo que me repele es la ideología de mercadillo, Vox/Barcala, que no es ideología: es oportunismo líquido, sobre todo en el caso del alcalde, instalado casi siempre en la nube de la conveniencia, nunca en la nube de la convicción (lo de Vox no tiene remedio). Tanto es así, que mi propina de 70 céntimos se la doy esta semana a Pablo Iglesias, por haber tenido los santos cojones, sorry, de proclamar que en España no hay normalidad democrática plena: la hay en la Rusia de Putin. Se ve que Iglesias no ha visto ese inmenso documento fílmico que es Leviatán, de Andrei Zugasnintesv.

Iglesias , eso sí, ha conseguido una cosa en su alianza anti-natura con Puigdemont y compañía: dejar en bragas a toda la podemia post-comunista: desde Ada Colau hasta Rubén Martínez Dalmau, pasando por nuestros locales, Xavi López y Vanessa Redgrave, perdón, Vanesa Romero, la del aire acondicionado hetero-patriarcal. Iglesias, "apetito de gloria", como lo describe Antonio Lucas. Maldita gloria. Maldito apetito.

CODA 1: La Conselleria de Sanidad que regenta Ana Barceló ha pagado el doble de precio a una filial Ascires por los los kits de la PCR que lo que paga el Estado. Lo viene contando con pelos y señales en Plaza Xavi Moret. Escándalo (me pongo el temazo de Raphael).

CODA 2: Pablo Ruz, senador y líder local de PP de Elche, ha tenido el gesto de grabar un vídeo agradeciendo con amor a los sanitarios del Hospital General su entrega, a propósito de su estancia clínica por el maldito virus. Pablo, personita; caballero. Es lo que tiene ser cristiano de bien.

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