Series y televisión

EL CABECICUBO

Ser un anciano de la España vacía

Un corto documental español premiado en certámenes europeos de cine presenta el perfil de algo que nos es tan poco ajeno, pero sí desconocido muchas veces, como el de un anciano de un pueblo de Teruel

VALENCIA. Estamos en Valencia y quizá haya pasado inadvertida la publicación de La España vacía’, de Sergio del Molino. Es un ensayo sobre la España que no es Madrid ni el litoral. Un lugar sujeto a cientos de tópicos, frases hechas y maledicencias varias –recuerden que Pablo Iglesias ha perdido las elecciones mesiánicas por culpa de los viejos de los pueblos que votan mal, según decían sus fans en las redes- que despierta todo tipo de sospechas por muchos motivos, pero uno de ellos destaca: por puro desconocimiento. 

En esta columna reseñamos recientemente el programa de la Televisión de Castilla y León sobre la vida en esto que llamamos “España vacía”. Su título Me vuelvo al pueblo parecía querer hacer incidencia en el fenómeno de los neorrurales, gentes que abandonan la ciudad y regresan al pueblo. A veces como evocando un pasado edénico que quieren recuperar. Como el libro de Del Molino explica, es un paso que no tiene nada de romántico. La vida rural es dura y solitaria. Basta el retrato de los neorrurales de Fago, en Huesca, que el autor pudo conocer tras cometerse el asesinato del alcalde de la localidad. 

Cualquier realizador estadounidense que fantasea con las truculencias del medio oeste de su país tendría aquí un filón. Del Molino hablaba de personajes que desconfiaban unos de otros, estados de paranoia, deseos de volver a la urbe gris y nada bucólica, pero segura y fácil. 

Un documental de Línea 900 en, cómo no, La 2 de TVE, ya advirtió de que no era jauja el retorno con todos los trastos a la aldea. Precisamente, aparecía en él Manuel Grima, el alcalde de Fago, un año antes de ser asesinado, y su asesino condenado, Santiago Mainar, ya advirtiendo de que no le gustaba el edil. Ambos hablaban de que la vida rural tenía sus vicisitudes. Particularmente, de lo que acusaban al alcalde era de no dejar empadronarse a nuevos ciudadanos que pudieran quitarle el báculo por cuatro votos. Luego aquello acabó como acabó. 

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