ALCOY. Hace unos meses aseguró en una entrevista que no creía en los ovnis. Pero sí lo hace, y mucho, en la ciencia ficción. Marea nocturna, el elenco de sirenas 'capitaneadas' por Dennis Hopper, y Carnival of souls -'El carnaval de las almas'- como sus películas de referencia así lo avalan. El joven director de 39 años natural de Elche Chema García Ibarra prepara nueva fecha -la primera, para marzo pasado, quedó suspendida- para el rodaje de su nuevo trabajo, Espíritu sagrado, hecho a cuatro manos, contando las suyas, claro. Una producción 'a pachas' entre dos casas españolas, la del alicantino Miguel Molina, Jaibo Films, y el sello vasco Apellaniz & De Sosa -Ion de Sosa ya codirigió su último corto, Leyenda dorada-, en coproducción, a su vez, francesa -La Fábrica Nocturna Productions- y también turca, esta última la misma que le encargó La disco resplandece.
La historia del primer largometraje del cineasta de Elche cuenta cómo un grupo de aficionados a la ufología prepara su noche de avistamientos mientras el país está inmerso en la búsqueda de una niña desaparecida. Uno de estos aficionados guarda un secreto que no es baladí: la suerte de la humanidad depende de él. "No diría ópera prima, sino mi séptima película; así es como llamo a mis cortometrajes desde hace tiempo. La única diferencia ahora consiste en que, en vez de durar quince minutos, será hora y media", insiste el realizador ilicitano. En este sentido, tampoco hay nada nuevo, entre comillas. "Será una 'peli' de autor y se notará que está hecha por un amante de la ciencia ficción, así que, si te han gustado mis otros trabajos, probablemente este también, y si no, ni te molestes", reta. La ventaja que aporta su estilo marcado volverá a estar presente, por tanto, en Espíritu sagrado. "Me gusta elegir cuatro coordenadas y hacerlo todo ahí; me interesa muchísimo profundizar en esos temas, personajes y lugares, en el ambiente obrero, de ciudad industrial, con localizaciones reales", detalla. Con todo eso, tan costumbrista, jugar con lo fantástico. "Como una ciencia ficción a la que le quitas la ciencia ficción; pues lo que queda, una especie de atmósfera, tensión en el ambiente", añade García Ibarra.
Una de las inquietudes que le surge ahora es dónde rodar. No pierde las raíces, asegura, para trabajar "mejor". "¿Por qué Elche es el mejor lugar? Bueno, porque es el sitio que mejor conozco, cada rincón, cómo es la gente, cómo habla, cómo viste e incluso por dónde se mueve", confiesa. Esto le permite llegar a niveles "más profundos", explica. "Me interesa su carácter como ciudad española estándar. Vemos en el cine siempre el caso de Madrid o Barcelona, pero son capitales culturales poco representativas", añade. "Elche es el ejemplo de un lugar ni especialmente feo, ni tampoco muy bonito. Con sus rollos y su periferia". En este sentido, el barrio de Carrús, que fue destino de emigrantes andaluces y manchegos en la década de los sesenta y setenta por la industria del calzado, se llevará el protagonismo. "Mayormente se va a rodar aquí, con lo que, más que Elche, será el Carrús, barrio obrero, gigantesco, construido en poco tiempo", matiza. "Necesito un par de casas, estoy haciendo un casting para escogerlas", avanza el director de Elche. ¿Para el fenómeno paranormal destinado a los amantes de la ufología? También tiene pensada localización, aunque no confirmada. "Sí, rodaremos una especie de secuencia exterior para el tema de la ciencia ficción muy importante, que tiene que ver con un lugar que hay en Crevillente, un paraje rojizo, bellísimo, lo tengo fichado hace tiempo", reconoce. Ese lugar "marciano", como él mismo define, que podría llevarnos inevitablemente a pensar en uno de los emblemáticos yacimientos arqueológicos del municipio, el poblado amurallado del Castellar Colorat.
"Las medidas que tenemos que adoptar las iremos sabiendo conforme avance todo", explica García Ibarra. Mientras tanto, la 'moda' de hacer los casting online sigue instaurándose y se extiende al reparto, claro. "Te puedo decir que será gente de la zona no relacionada con el mundo del cine", asegura. Los interesados pueden dirigirse a la web www.espiritusagrado.com para consultar los distintos perfiles que se buscan e inscribirse.
Un proyecto con sello 'heleno'
"La idea en este tipo de cine es el circuito de siempre: mover la película por festivales antes de estrenarla en salas, pero primero tendremos que ver cómo está el mundo, y acabarla, claro". El director ilicitano se marca el primer trimestre de 2021 como fecha límite para lanzar Espíritu sagrado. "Los montajes de mis trabajos suelen ser rápidos porque utilizo planos secuencia", añade, sumado a la experiencia que le ha llevado a 'poner un pie' en festivales como la Berlinale, Cannes, Sundance o San Sebastián, además de los doscientos reconocimientos que suman sus cortos.
En el caso de Espíritu sagrado, aún hay más. Primero, el hecho de ser uno de los cinco proyectos que se desarrollaron en la segunda edición de 'La Incubadora' de la Escuela de Cinematografía y del Audiovisual de la Comunidad de Madrid (ECAM), donde ejerce de profesor en la rama de cine experimental desde hace seis años. "Es una vertiente muy interesante; son las películas que están hechas con mucha libertad. Algunas van hacia lo 'chusco', lo cutre, pero a veces salen hallazgos narrativos o visuales muy interesantes", relata. La segunda razón nos lleva directamente a Grecia. El proyecto de guion de la considerada ópera prima de García Ibarra pasó el año pasado por varios laboratorios, uno de ellos en Costa Navarino. "Fui seleccionado por el Oxbelly Screenwriter's Lab. Tuve la suerte de estar con Lucrecia Martel, una de mis directoras favoritas, persona inteligentísima, que me dio unas ideas brillantes para el guion, con lo que, después de pasar por ahí, creo que la película es mucho mejor, estoy agradecido", asegura. Algo que supuso alguna que otra secuencia añadida a la primera versión, prácticamente intacta, tras pedir muchas opiniones a distintos profesionales del sector. "Hay unas no necesariamente narrativas que sirven para pasar un tiempo con los personajes en su vida normal, acercarse a ellos, y al final te acaba importando su destino". Un lazo con el que, nuevamente, el espectador queda prendado, expectante, de esta apuesta tan prometedora que comenzará a ponerse a punto después del verano.