MADRID. Nos planteamos la cuestión que impacto ha tenido el endurecimiento monetario que los bancos centrales han emprendido en los últimos nueve meses aproximadamente. El desfase entre unas condiciones financieras más restrictivas y su impacto negativo en la economía no es una variable conocida a priori.
Los distintos estudios estiman que este desfase puede ser bastante amplio, es decir, de entre 12 y 36 meses. Sin embargo, el pasado mes de diciembre, la Reserva Federal de Kansas City realizó un estudio sobre este desfase y estima que podría ser más corto en Estados Unidos debido a la reducción del balance de la Reserva Federal estadounidense.
Sin embargo, la 'Encuesta sobre Préstamos Bancarios' publicada por el Banco Central Europeo (BCE) hace unos días ya muestra cierto deterioro de las condiciones crediticias en la Eurozona entre el tercer y el cuarto trimestre de 2022. Este deterioro del acceso al crédito ha afectado tanto a las empresas como a los consumidores, siendo -como era de esperar- el mercado inmobiliario el que más se ha resentido.
Así pues, el contexto no está especialmente claro para los bancos centrales -en particular para el BCE- en un contexto de revisiones al alza del crecimiento a corto plazo, de signos de desinflación cada vez más visibles, pero de inflación subyacente que sigue siendo demasiado elevada. Todo ello mientras que el endurecimiento monetario parece haber tenido ya un impacto significativo en las condiciones de crédito.
No cabe duda de que los debates serán tensos durante las próximas reuniones de política monetaria, en particular en marzo con las nuevas previsiones macroeconómicas. No obstante, seguimos inclinándonos por unos tipos más bajos con el tiempo, ya que creemos que el efecto desinflacionista debería extenderse gradualmente a la inflación subyacente.
François Rimeu es estratega senior de La Française AM
Informe elaborado por Julian Abdey, Justin Toner, y Damien J. McCann