ELCHE. Un sueño. El marcador indicaba el minuto 23 cuando Carvajal lanzó un centro al área, muy alto. Impulsado por la fuerza de sus paisanos, y por su inagotable voluntad, Saúl voló sobre el cielo que le vio nacer para mandar de un certero cabezazo el balón a la red de Kalinic. El estadio se rindió a sus pies.
Escoltado por Busquets, y acompañado por Ceballos en el centro del campo, el ilicitano parece haberse convertido en un habitual en la medular de la nueva España de Luis Enrique. Ya sobresalió en Wembley en la victoria ante Inglaterra, con gol incluido, y en el encuentro ante Croacia no ha sido menos.
El pupilo de Simeone, fijo en uno de los Atléticos de Madrid más grandes de la historia rojiblanca, aporta toque, algo indispensable en esta selección, pero también fuerza, y, sobre todo, llegada. Algo que se ha echado mucho menos en las últimas grandes citas.
En el minuto 64, el técnico asturiano sustituyó al centrocampista para delirio de su afición, que le dedicó una sonora ovación. El electrónico reflejaba un 5-0 a favor de España, ante toda una subcampeona del mundo como Croacia. La noche que todo niño soñó.
De sangre futbolera
Nacido en Elche un 21 de noviembre de 1994, apenas cinco meses después de que la Italia de Roberto Baggio eliminara a España del Mundial de USA´94 por el famoso codazo de Tassotti a Luis Enrique, el pequeño de los Ñíguez es orgullo de su ciudad.
Y es que esta saga familiar lleva el fútbol en las venas. Boria, el padre, fue jugador del Elche, Sabadell y Cartagena entre otros, en los años 80 y principios de los 90. Jony (33), el mayor de los hermanos es actual jugador del Elche; y Aarón (29) hace lo propio en el Real Oviedo.
Saúl, en una visita exprés a su tierra, pero seguro inolvidable, ha dejado claro que le haría ilusión jugar en el Martínez Valero, pero no solo con La Roja, sino también con el Elche. A sus escasos 23 años, parece que su techo aún no se atisba. Pero ya es, sin dudarlo, bandera franjiverde allí donde va.