ORIHUELA (EFE). Salvemos Cala Mosca, el colectivo ecologista que lucha por preservar el último rincón virgen de la playa de Orihuela, que dejará de serlo tras la construcción de cerca de 2.000 casas en el entorno, ha denunciado ante la Fiscalía de Medio Ambiente "la destrucción de ejemplares del arbusto protegido ‘jarilla cabeza de gato'". En una visita realizada el pasado día 19, miembros de esta entidad, constataron el desbroce generalizado de la vegetación de la mayor parte del sector sur de ese espacio natural, afectado por unas obras de urbanización y que alberga una importante población de dos especies protegidas: el ‘jarilla cabeza de gato’ y el molusco terrestre ‘tudorella mauretanica’.
Se trata de especies protegidas a nivel autonómico, nacional, europeo y global a causa de la precariedad de sus poblaciones. Por este motivo, la Generalitat, para garantizar su protección, estableció unos condicionantes ambientales para la aprobación de la construcción de más de 1.500 viviendas en el último kilómetro sin urbanizar de la costa oriolana.
Estos condicionantes recogidos en la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) emitida en 2018 y ampliados en una resolución complementaria de esa DIA de 2022 contemplaban la delimitación de una denominada ‘Área de Conservación’ de más de 50.000 metros cuadrados (m2), que debería quedar fuera de cualquier tipo de actuación urbanística.
Según el grupo ecologista, el desbroce apreciado en esta área ha supuesto la "eliminación de un importante número de ejemplares de jarilla cabeza de gato, ya que en ese enclave se hallaba una de las mejores poblaciones conocidas de la especie".
Ha alertado, además, de que con esa actuación "se ha destruido el hábitat de ‘tudorella mauretanica’, lo que supone un duro golpe contra la biodiversidad, afectando a dos especies que se encuentran en grave regresión y por ello protegidas por la legislación internacional".
Unos hechos que el colectivo ha denunciado y ha pedido que sean investigados al considerar que "son claramente constitutivos de delitos contra el medio ambiente".
Esta denuncia que se suma a la realizada hace unas semanas por el colectivo ecologista ante el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil por la recolección supuestamente irregular de ejemplares del molusco en esa zona.
El colectivo ha lamentado el “irreparable daño ambiental" causado "sobre estas dos frágiles especies emblemáticas de Cala Mosca y de la costa alicantina”, y ha afirmado que "los hechos denunciados evidencian el profundo maltrato al que es sometido el patrimonio natural para beneficio de una minoría".
La asociación ha requerido al Ayuntamiento de Orihuela y a la Generalitat "responsabilidad en las actuaciones para la protección de su valor ambiental más valioso y la longevidad de la población amenazada", y ha recordado que la preservación de las especies no se limita a ellas, "sino también a su hábitat y a la biodiversidad del entorno que las alimenta y protege".