El edificio del Teatro Principal de Alicante.ALICANTE. El Banco Sabadell da el sí quiero a la cofinanciación de la reforma del Teatro Principal de Alicante. La entidad bancaria con sede social en la ciudad ha confirmado su implicación en el proyecto al asumir la firma del convenio regulador planteado por el Ayuntamiento de Alicante para planificar la ejecución de las obras, tras validar el estudio de necesidades facilitado por la Concejalía de Cultura.
El convenio compromete a ambas partes a aportar la misma suma para sufragar los trabajos: los 1,5 millones que el banco y el ayuntamiento percibieron respectivamente tras la venta a la Generalitat de parte de sus participaciones en la comunidad de bienes propietaria de la sala, materializada finalmente en diciembre de 2018. Se trataba de una suma con carácter finalista, de modo que quedaba garantizada su uso para rehabilitar el histórico inmueble encuadrado entre la calle del Teatro y la Plaza de Ruperto Chapí.
Además, en ese acuerdo -ahora sujeto a la última supervisión por parte del departamento municipal de Intervención- se establece que se agotará el 100% de esos tres millones para la mejora de las instalaciones del Teatro, en el supuesto de que las obras de remodelación puedan generar sobrantes. Entre las cláusulas del convenio se delimita que ese hipotético remanente se destinará a la adquisición de equipamientos y a la modernización de sus instalaciones.
Lo cierto es que está por ver que lleguen a generarse tales ahorros, ya que el informe de evaluación sobre el estado del edificio elaborado por los técnicos de la Concejalía de Infraestructuras elevan la inversión necesaria para rehabilitar y acondicionar el teatro por encima de los 3,5 millones. En ese estudio se detalla que el inmueble requiere de una intervención global para reparar los desperfectos originados como consecuencia del deterioro de los materiales, con especial atención a su cubierta, en la que se habría originado la existencia de filtraciones de agua, como informó este diario.
Hasta ahora, el departamento de Cultura que coordina el edil Antonio Manresa ha venido planteando la posibilidad de que la reforma pueda ejecutarse por fases, mediante una posible división en lotes por la distinta naturaleza de los trabajos a ejecutar, de modo que se iniciarían en los elementos exteriores para no afectar al desarrollo de la programación. Así, la intervención en los espacios interiores quedaría postergada hasta el momento en el que se interrumpiese su actividad: previsiblemente con motivo del fin de temporada por el habitual parón vacacional de agosto.
Eso sí, todavía no se habría concretado en qué momento podría llegar a abordarse la realización efectiva de los trabajos. Fuentes consultadas indicaron que, a priori, se debería dar cuenta de la formalización del convenio de cofinanciación de la reforma en la próxima reunión de copropietarios, que se podría convocar en septiembre. En ese mismo encuentro, se debería adoptar el acuerdo que dé active el proceso de licitación para la redacción del proyecto o de los proyectos en los que se considere adecuado fragmentar la intervención. A partir de ahí, las primeras obras podrían dar comienzo a mediados de 2023. Con todo, el calendario definitivo no se concretará hasta que se dé el pistoletazo para la redacción de los pliegos de los primeros concursos.
