ELCHE. Dice Vicente Sanchis, director del Festival Internacional de Cine Independiente de Elche (Ficie), que “los buenos cortometrajes te atrapan en poco tiempo”. Sin embargo, construir un relato cinematográfico en menos de 30 minutos y, más aún, convencer al público en ese breve espacio temporal no parece una tarea sencilla. Pese a ello, la industria del corto no ha cesado su actividad en los 44 años de vida del Ficie, ni siquiera con un virus de por medio. Esta vez, l’Hort del Xocolater acogerá en sus noches del 16 al 23 de julio unas 80 proyecciones de hasta 47 países del mundo.
En su segunda edición pandémica, el festival —organizado por la Fundación Mediterráneo— estará protagonizado por un cine de ficción predominantemente dramático y siempre arriesgado. “El autor de cortometraje no se guía por criterios comerciales, sino por el instinto, por las inquietudes del momento que le toca vivir”, explica Sanchis. De ahí que los cortos, apunta, sean difíciles de colocar en ciertos festivales y, en cambio, sí que tengan cabida en el Ficie por su carácter independiente. “Vamos a ver cortos de pandemia, eso es obvio; historias de violencia machista, porque es algo que preocupa; y también historias difíciles como la del corto que ganó el Goya, A la cara. Hay mucho drama, pero también habrá humor para el público familiar”, aclara el director.
La programación, que puede consultarse en la página web del Ficie, incluirá los platos fuertes de lunes a jueves. Aun así, puntualiza Sanchis, los fines de semana también se expondrán títulos interesantes. Destaca en este sentido el documental realizado por tres mujeres sobre su preocupación por el cine porno. “Se preguntan por qué el cine mainstream tiene que ser heterosexual y piden promover un cine porno ético. Es algo muy valiente que el jurado ha decidido seleccionar para que el público vea esta corriente de pensamiento”, subraya.
Aunque, como su propio nombre indica, el Ficie es un festival de alcance internacional, la proporción de películas españolas sigue siendo mayoritaria. No obstante, en esta edición, participarán un total de 47 países de distintos continentes. Entre ellos, predominan —“por razones culturales e históricas”— los de Hispanoamérica, entre los que destacan Argentina, México, Brasil y Chile. También Asia llega hasta Elche, con cortos de Malasia, Tailandia e incluso Japón. Por supuesto, el mercado anglosajón no se queda atrás. “Europa participa muchísimo”, remarca Sanchis. Francia, Bélgica, Reino Unido o Alemania son algunos de los países inscritos.
De Norteamérica, por su parte, han enviado películas Canadá y Estados Unidos, si bien es cierto —matiza— que es una zona “poco acostumbrada a subtitular en español”, por lo que han tenido que incentivar su participación dándoles facilidades. Hace un par de años, el festival decidió firmar un convenio con la Universidad de Alicante y, concretamente, con el departamento de Subtitulación de la Facultad de Filología. El objetivo era y es ofrecer este servicio a los cortos extranjeros que lo requieran. “Es una manera de ir poco a poco abriéndonos a ese mercado y está dando resultado con alguna distribuidora, pero cuesta”, reconoce el director.
Como no podía ser de otra forma, el Festival de Cine de Elche también se suma a la conmemoración del Año Berlanga y lo hace, además, con un doble homenaje. Esta edición contará con un galardón especial: el premio Luis García Berlanga al mejor cortometraje de ficción. Un cortometraje que, en palabras de Vicente Sanchis, deberá reunir, a criterio del jurado, el espíritu de sátira e ironía del cine berlanguiano. Asimismo, para celebrar el centenario del director valenciano, el Ficie inaugura este viernes, 16 de julio, la exposición Berlanga ilustrado, una muestra itinerante de la Generalitat formada por 34 carteles de 17 películas reinterpretados por estudiantes actuales de la Facultad de Bellas Artes de la Universitat Politècnica de València.
Otra novedad de este año es la recuperación de las óperas primas, la primera de las cuales ha sido la ganadora del Goya El Inconveniente, de Bernabé Rico, proyectada este jueves 15 en los cines Odeón como previa de la semana grande. Pero si por algo sigue recibiendo el Ficie tantas propuestas —hasta 6.000 en alguna ocasión y 2.300 esta vez por el aumento de requisitos—, es porque es el único festival de cortos de la Comunitat Valenciana —y de los pocos de todo el país— que envía dos producciones a los premios Goya, una como mejor corto de ficción y otra como mejor corto documental.
Además de estos galardones principales, el Ayuntamiento de Elche concede otro de ficción, mientras que el propio festival tiene preparada toda una batería de premios (también en metálico) dada la segmentación del certamen: mejor documental, animación, mejor corto de la Comunitat, corto amateur, autor novel o corto realizado con teléfono móvil. No obstante, puede que el reconocimiento más significativo sea el del público del Xocolater. A este 44º festival, la gente podrá seguir accediendo de forma gratuita, aunque reservando previamente su asiento a través de la web del Ficie. Algunos directores de cortos ya han confirmado su asistencia, de modo que, aunque no se celebrarán coloquios posteriores, sí que se les permitirá realizar una breve presentación previa. Quizás, incluso, se organizará algún encuentro entre ellos al margen del festival.