El fotógrafo alicantino Ricardo Cases presenta su nuevo proyecto TOT, una serie compuesta por 1.655 fotografías que retratan la cotidianidad que se enmarca en el paseo que lo separa del colegio de su hija, estará expuesta en el espacio La Trini hasta el 27 de marzo
VALÈNCIA. Nada más llegar a la inauguración de TOT y acercarme al fotógrafo Ricardo Cases este comienza a quejarse de un dolor en el brazo: "¿Tú sabes que en Italia hay un hospital en especializado en las lesiones que sufren los músicos?", me dice, a lo que yo contesto que lo más cercano que tenemos aquí es la Unidad de Medicina de la Música de Manises. Cuando Cases estuvo fotografiando a los músicos callejeros españoles de Hamburgo le contaron esta peculiar historia: "Los músicos tienen problemas relacionados con sus instrumentos, a los violinistas se les hacen callos, los que portan instrumentos grandes tienen problemas de espalda… pues lo mismo sucede con los fotógrafos y yo empiezo ya a sufrirlo”. Con 50 años Cases nota que tiene el hombro izquierdo un poco fastidiado, seguramente por portar la cámara a todos lados.
El fotógrafo intenta llevar siempre a cuestas su cámara pese lo que pese, gracias a ello ha conseguido retratar escenas de cotidianidad que le rodean, y por primera vez en TOT se ha comprendido también como parte del relato. Esta muestra fotográfica que comprende 1.655 fotografías retratan el paseo de 15 kilómetros que le separan entre su hogar y el colegio de su hija, en este recorrido la pequeña es la maestra de ceremonias y todo lo que le rodea son personajes secundarios que enriquecen el relato. Cases hace este paseo todos los días de enero a junio del 2019, y durante esos 6 meses se dedica solo a captarlo a través de su cámara, una experiencia que la define como algo similar al Show de Truman: “El trabajo de la fotografía en TOT tiene mucho que ver con el making of, los límites son un tablero de juego del que decides rascar más allá”.
Lo que encuentra Cases al sumergirse en TOT es una idea universal pero compleja: “Vivo en el entorno y soy parte de él”, el autor de normal ya ha dialogado mucho con la costa mediterránea (que la considera como su caladero) y comprende a través de esta exposición una forma de explorar cada detalle de su entorno más cercano. Esta idea es un diálogo constante entre el sujeto y lo que le rodea, y el fotógrafo es el encargado de retratarlo: “La diferencia entre el aficionado y el fotógrafo es que el fotógrafo se detiene, se embelesa y se deja llevar por lo que le rodea. La maravilla de la fotografía es que la cámara es la excusa para vivir un montón de vidas que no son la tuya”. En este caso el artista vive la vida de su hija, y de los sujetos que le rodean en su trayecto hacia la escuela, a veces a través de un trayecto en coche y a veces en diálogo con las paredes que le acompañan en el paseo, en el que nunca encuentra sola.
Otra de las peculiaridades de TOT es su propio nombre, que responde a dos motivos: el primero es porque por primera vez Ricardo Cases se autorretrata dentro del proyecto fotográfico, y aunque sea de manera residual aparece en este: “A veces aparezco en algunos lugares y no hay manera de quitarme, aunque en cierto modo yo también formo parte del paisaje”. El segundo motivo es el fotográfico, y como se ven los entresijos de todo lo que hace incluso comprendiendo su vida privada: “Si habláramos de escritura comprenderíamos los versos, y en el caso de este trabajo ahora todo está escrito en prosa”. De hecho en la escritura surge el origen de esta idea, a través de la lectura de Sabrina de Nick Drnaso, la primera novela gráfica en ser galardonada con el premio de literatura Man Booker: “Leí un artículo sobre el tema y me picó la curiosidad. Compre el libro, lo leí y me dió la sensación de que los dibujantes tienen una libertad que se comprende en una retícula sin fin, fue ahí cuando me aventuré a plantearme este proyecto”, confiesa Cases.
En esa voluntad por captar el entorno y desgranar el making off se comprende también la técnica, y por supuesto la manera de contar el relato. Parte de la magia de la fotografía para Cases reside en la investigación, y en la forma de reflejar ideas nuevas a través de los nuevos puntos de vista: “Un día de repente decido por ejemplo investigar sobre la luz, y como la capta mi cámara. Decido jugar con el diafragma y de alguna manera ver como se refleja esa sensación a través de la fotografía, mi trabajo está en eso también”. El fotógrafo emplea estos recursos para representar lo que le rodea, y también para contar a su hija esas historias que les rodean a ambos: “Empleo todo los recursos que tengo como fotógrafo y veo si los puedo representar, para explicarle el mundo a mi hija a través de la fotografía”. Una historia que se relata desde los ojos de un fotógrafo que también es padre, y que desciende unos centímetros para contemplar el escenario que transita día tras día, a través de conceptos que sólo puede captar (aunque no siempre explicar) gracias a la fotografía.
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