ALICANTE. La ansiada permanencia matemática del Elche ya está aquí. El club franjiverdeya sabe que en el curso 2022/23, en el que celebra su Centenario, militará también en LaLiga Santander.
Será su vigesimocuarta temporada en la máxima categoría del fútbol español y la tercera consecutiva... de esta época, toda vez que en sus años dorados, en las décadas de los 60 y 70 del siglo pasado, compitió en Primera División bastante más de tres campañas de manera continuada.
El mérito es de una plantilla que ha brillado tanto por aptitud como por actitud, especialmente en la segunda mitad del curso, firmando números notables para un equipo que compite por la permanencia. Y, por su puesto, lo es del técnico, un Francisco Rodríguez que se hizo cargo de un equipo que rendía por debajo de sus prestaciones y al que ha conseguido darle la vuelta como un calcetín, llevarlo al objetivo.
El almeriense volvía a hacer gala de su ambición la noche del miércoles, tras el partido ante el Atlético de Madrid, cuando lamentaba la derrota encajada y se marcaba la meta de mejorar los 41 puntos que obtuvo el equipo en el curso 2014/15 con Fran Escribá en el banquillo, precisamente su antecesor en el cargo. Teniendo en cuenta que restan dos jornadas por disputarse, con solo una victoria mejoraría esa marca y, muy probablemente, también su actual decimocuarta posición en la tabla. Esto último es importante para todos los actores ligados al Elche: para el técnico, porque su posición con respecto al club y a su propietario, Christian Bragarnik, sería todavía más fuerte en la negociación de su nuevo contrato (el inicio de una temporada por parte de un equipo depende mucho más de lo que se cree de cómo finalizó la anterior); para la plantilla, pues la prima por la permanencia tiene un componente variable que se hace depender de la posición final en la tabla; y también para la entidad en su conjunto, para el empresario argentino como titular (a través de Score Club 2019) de más del 97% de las acciones del Elche, pues una parte de los ingresos que perciben los clubes por la cesión y comercialización de sus derechos audiovisuales en una temporada depende de la clasificación final.
Al igual que en esta campaña, en la 2022/23 el Elche tampoco partirá de cero. La continuidad del técnico no está garantizada, pues acaba contrato, pero teniendo en cuenta el rendimiento del equipo y que en el animo de Francisco y en el de Bragarnik está el llegar a un acuerdo de renovación, lo normal es que este se alcance más pronto que tarde.
El almeriense no es el único en el vestuario local del Martínez Valero cuya vinculación con la entidad expira con la finalización de la temporada. Hay jugadores que acaban contrato e interesa que continúen y otros que teniendo o no contrato en vigor la próxima temporada no seguirán por no interesar o por hacerlo más a otros clubes: el ejemplo más claro de este último grupo es el de Lucas Boyé, quien este jueves publicaba en las redes sociales un mensaje en el que dejaba entrever su salida (todo apunta a que con destino al Sevilla, aunque el club hispalense no es su único pretendiente), pero el delantero ítalo-argentino no es el único futbolista franjiverde por el que preguntan terceros.
Si el Elche consigue cerrar la continuidad de Francisco y mantiene, dentro de lo posible, la columna vertebral del equipo que tan buenos resultados ha obtenido en 2022, tendrá mucho avanzado. Josan y Gonzalo Verdú, Edgar Badía y Pere Milla o Johan Mojica y Boyé son claros ejemplos de lo importante que es retener el talento.
