Le sorprenderá, quizá, que me refiera a la fiesta oficial de Alicante como les “Fogueres de San Chuan” pero ahora le explico el motivo. Así se llamaban desde el principio en 1928, cambió de denominación por el de Hogueras de San Juan desde 1942 para cambiar de nuevo por el de Fogueres de Sant Joan en 1980 hasta nuestros días. Aquellas de 1940 cobran hoy mucha relevancia sobre las que tienen por venir en un futuro inmediato. Le diré porque, vea.
Después del estado de alerta, del confinamiento, de la vacunación masiva en curso, ¿habrá un renacimiento de les Fogueres? Por supuesto que sí, lo veremos en las del 2022 cuando todo sea como antes. O mejor, porque hay muchas ganas de emprender de nuevo estas fiestas a lo grande y resarcirse de tanta incertidumbre y no menos sufrimiento. Tenga en cuenta que después de tantas vicisitudes en España desde 1928 - año de la fundación de esta fiesta - hasta la actualidad, esta sólo se ha interrumpido dos veces: durante la guerra civil española (1937 y 1938) y por el covid-19 (2020 y 2021).
La guerra civil terminó el 1 de abril de 1939. Precisamente Alicante fue la última ciudad de España que se rindió al ejército de Franco (en realidad a sus aliados italianos de la División Littorio encabezada por el General Gambara). ¿No lo sabía? Por el puerto de Alicante se fueron muchos dirigentes republicanos que temían la represión franquista si hubieran sido apresados, después que lo hicieran los miembros del Gobierno – que aún no se habían marchado - que se exiliaron por el aeródromo de Monóvar. Terminó así la II República después de una guerra fratricida, empezando una férrea Dictadura militar.
Esta vez es conveniente volver la vista atrás y ver que pasó en 1940 cuando los alicantinos recuperaron sus fiestas mayores después de esa guerra, volviendo casi a la normalidad de antes de la contienda. Le aseguro que no reivindico con esto el poema de Jorge Manrique que manifiesta que “cualquier tiempo pasado fue mejor”, pero en esta ocasión la historia se repite y si aquellos alicantinos fueron capaces de resucitar esta fiesta de sus cenizas, ahora también lo serán.
Hay que destacar que ya en 1939 unos cuantos se implicaron para conseguir organizar esta fiesta desde principios de junio en tan sólo quince días. Permita que se lo cuente. Para que los alicantinos olvidaran sus penurias, algunas autoridades locales se comprometieron en celebrar les Fogueres de San Chuan en tan poco tiempo. Es apropiado poner nombre a quienes se implicaron de esta manera y mencionar de lo que fueron capaces. Vea.
Fue Juan Luís Bueno Martínez, Jefe Provincial del Servicio Nacional de Prensa y Propaganda, quien tomó la iniciativa. No podía hacerlo solo y se alió con las autoridades civiles locales más importantes como el Alcalde Ambrosio Luciáñez y el Gobernador Civil Fernando de Guezala e Igual. Ya ve, fue listo, dando protagonismo a aquellos sin los que la fiesta no podía activarse en tan poco tiempo. Sin olvidarse de las altas autoridades militares. Así, el Gobernador militar dio un paso al frente y manifestó que el Gobierno Militar se haría cargo de todos los gastos. Quizá quiso manifestar con su gesto quien mandaba en la ciudad en ese momento, decisión y generosidad de la que se beneficiaron los alicantinos.
Se hizo un programa de actos entre los que había conciertos, desfiles, y se lanzó la “palmera” desde el castillo San Fernando porque el castillo Santa Bárbara se estaba usando como cárcel para albergar a presos políticos. Se plantó una sola “hoguera” frente al Mercado Central que se había hecho en tan sólo ¡¡ 15 días ¡! En la novillada de la Feria Taurina de Hogueras debutó un muchacho de 12 años que tiempo después sería el gran torero Luís Miguel Dominguín. Los alicantinos tuvieron de todo, organizándolo en un escaso periodo de tiempo. Ya ve, echaron imaginación, trabajo y tuvieron grandes dotes de liderazgo para culminar con éxito estas fiestas.
El pueblo quería vivir en paz, quería olvidar quien tuviera que olvidar hechos de la guerra que no le hacían bien, y recordar quien quisiera recordar acontecimientos familiares y sociales que les reconfortara anteriores a la guerra. Y con la paz, el pueblo quería divertirse, necesitaba estar de celebración, desconectar de los problemas y disfrutar de sus fiestas mayores.
El cartel de les Fogueres de San Chuan de 1940 surgió de un concurso público. Como nos cuenta Enrique Cutillas en su Crónica, el jurado estuvo presidido por el concejal Rafael Del Pozo, siendo vocales Ramón Guilabert, Presidente de la Comisión Gestora de Hogueras; Fernando Orts, Director de la Gaceta de Alicante; el artista Gerardo Bernabeu; y el arquitecto Municipal Miguel López. Otorgaron el primer premio, dotado con mil pesetas, al boceto titulado “Alacant en flames”, de Manuel Moreno Pezzi.
Les Fogueres de San Chuan resurgieron con ganas en ese junio de 1940. Se organizaron “pasacalles, verbenas, disparo de tracas y castillos de fuegos artificiales, … Representaron un cambio de imagen de la Capital durante unos días en los que los monumentos y las barracas estuvieron en pie en distintos puntos, siendo pasto de las llamas el día de la cremá, el 24”, según narra Francisco Aldeguer Jover en su libro “Alicante, 1940-1944”.
El Monumental-Salón Moderno fue donde se eligió a la Bellea del Foc y su Damas de Honor. La primera fue Teresita Penalva Mora, representante del Distrito de Benalúa; y sus Damas fueron Josefina Esteve Planelles, de Calderón de la Barca, y Mercedes Iborra Jordá, de plaza Chapí.
El 22 de junio las belleas desfilaron en carruajes por el coso de la plaza de toros, junto con la banda de música, acompañados de gigantes y cabezudos. Ese mismo día se realizó una competición de boxeo en la que participaron los alicantinos Santacruz, Francés, Meseguer y Ruiz Ortiz. En el Casino se celebró una verbena-baile cuya entrada costaba 12 pesetas.
En el Festival taurino destacaron las corridas de toros del 23 de junio con los diestros Domingo Ortega, José Mejías Bienvenida y Manuel Rodríguez “Manolete”. Este también toreó el 24 de junio, tal era el interés en verlo torear por el público aficionado después de las extraordinarias críticas taurinas de la prensa de Madrid y Barcelona durante la temporada anterior. El Cordobés se estrenó ese año en el coso alicantino. También el 23 de junio, se realizó una cena de gala en los salones del Real Club de Regatas de Alicante en el que se homenajeó al General Aranda.
En 1940 fue la primera fiesta oficial de fogueres después de la guerra civil. Se plantaron 26 monumentos, poco más de la mitad de las que hubo en 1936 antes de la guerra. Las hogueras de primera categoría tenían tres premios de 800, 500 y 250 pesetas; y las de segunda categoría, otros tres de 500, 300 y 150 pesetas.
Alfonso el Sabio y calle San Vicente, primera y segunda categoría, fueron las ganadoras. El ninot indultat fue el que tenía por título “Talento” que representaba un dolçainer.
El 24 de junio se celebró, también, una Carrera Pedestre “Vuelta a las Hogueras” organizado por la Central Nacional Sindicalista que partió de la plaza de Gabriel Miró para terminar en el paseo de la Explanada de España después de un largo recorrido por diversas calles alicantinas donde se había instalado una Foguera.
Ya ve, les Fogueres de Sant Joan son orgullo y celebración de los alicantinos y de todos los que quieran divertirse con estas fiestas populares. Cuando vuelvan a organizarse, el covid-19 será una anécdota y los alicantinos y amantes de esta fiesta volverán a disfrutar de los monumentos hogueriles, de la ofrenda de flores, de la “palmera”, de la noche del fuego. Que así sea.