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unas zapatillas ilicitanas con mercado en expansión

Reinventarse o morir: el caso de Flamingos' Life y su apuesta por lo vegano y millenial

15/08/2017 - 

ELCHE. La crisis y la situación social ha hecho que algunos agudicen su ingenio para localizar nuevos nichos de mercado, sea por necesidad o por creatividad. Algo de los dos términos hay en el caso de Flamingos' Life, una empresa que empieza su andadura en mayo de 2015 con dos ingenieros y un sociólogo que se meten en un entorno que les era ajeno pero sin embargo, el de la industria ilicitana por excelencia: el calzado. Una decisión mediante la cual se embarcan en un proyecto en el que también empiezan a hacer sus pinitos en el márketing online, de acuerdo a las nuevas tendencias empresariales y que las PYMEs están empezando a desarrollar poco a poco. Como pasa en tantos casos de emprendedores y pequeñas empresas, con el método de ensayo-error, van buscando su hueco en el mercado. Y al contrario que con algunas negocios pequeños que acaban bajando la persiana, a pesar de su mala experiencia con la venta de cangrejeras hasta septiembre de 2016, deciden seguir adelante pero cambiando la visión del negocio.

Así pues, en noviembre de 2016 le dan una vuelta al modelo y deciden empezar a vender zapatillas en lugar de cangrejeras, más supeditadas al mercado estival. Eso sí, necesitaban financiación, así que la pidieron para poder lanzar las mil primeras zapatillas que habían de vender en dos meses. No sólo lo lograron, sino que vendieron 1100 y lograron salir adelante. No fue tarea fácil, puesto que 200 llegaron con pequeñas taras, así que volvieron a tirar de ingenio y aprovecharon la oportunidad: decidieron ofrecerlas a un 50% si los consumidores estaban dispuestos a cogerlas. Las vendieron en una hora. Un hecho que ya les hacía ver que habían encontrado su nicho de mercado.

Como se suele decir, el que no arriesga no gana, y los inicios no fueron fáciles. Necesitaban una persona que echara un cable con atención al cliente, y como no había dinero para pagar, enrolaron en los primeros meses a uno de sus mejores amigos sin pagarle. Ahora, él forma parte de una plantilla de diez personas. Un compromiso con él y un compromiso con la sociedad, puesto que son lo que ahora se llama socialmente responsables; aportan su granito de arena con causas justas como Médicos Sin Fronteras. Por cada vez que compartían una determinada publicación, donaban un euro a una ONG de ayuda a los refugiados sirios.

Transparencia, Instagram y vegano: producto joven 

Desde entonces, el ascenso de la empresa ha ido en aumento, y tiene previsión de llegar al millón de euros facturados en 2017. Además, han empezado su andadura fuera de España y han abierto su mercado en Alemania con un distribuidor. Y dentro de nuestras fronteras, empezarán a comercializar sus zapatillas en el Corte Inglés en noviembre. Con una mentalidad Start Up, como relata el CEO Carlos García, detectaron que apenas había mercado en este ámbito, por lo que tuvieron que convertirse en especialistas del marketing para poder sobrevivir. Después de un periodo de rodaje y tras un estudio, ese nicho de mercado ya estaba claro: público millenial, producto ecológico y free animal. Es decir, un proceso de elaboración de la zapatilla en la que ningún material se hubiera creado con animales. Se trata, por tanto, de un ejemplo de cómo lo vegano ha ido en aumento en los últimos tiempos, no sólo en lo que se refiere a la comida.

El propio hecho de haber tenido que buscarse la vida con el marketing les hizo expertos en el uso de redes sociales y sus servicios publicitarios como Facebook ads, algo que no todas las empresas pueden decir, puesto que externalizan dicho servicio. Se pasan horas al día analizando los movimientos y big data para mejorar resultados. Precisamente esa presencia en redes sociales es clave teniendo en cuenta que su público objetivo suele ser millenial. Como indica García, “esta es, junto a la transparencia, una de las señas de identidad de la marca, pues el consumidor tiene mucho peso”.

Con respecto a esa transparencia y feedback con sus consumidores, publican las nuevas colecciones en Instagram Stories con un “Yes or Not?” para que los usuarios respondan. Cualquiera puede votar y decidir si el modelo gusta o no. Así se aseguran que el producto tenga repercusión, lo que a su vez supone una forma de economía colaborativa, puesto que el usuario forma parte del proceso: el producto se ajusta a la demanda. Ahí queda Flamingo’s Life como el ejemplo de empresa joven que puede triunfar de la mano de las nuevas tecnologías y siendo responsable con su entorno.


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